Julio Maroto-Ramón •  Memoria Histórica •  19/03/2025

Familias masacradas. El genocidio franquista

El libro aborda  la represión fascista sobre la familia del autor en un contexto histórico general, viéndose el genocidio franquista en toda su dimensión.

Autor: Julio Maroto-Ramón.
Editado con BoD y Amazon. 2025.

Familias masacradas. El genocidio franquista

Familias masacradas supone, por parte del autor, el intento de recuperación de la historia de buena parte de la familia, en una época extremadamente complicada para todos, quizá para algunos un poco más, como es la guerra civil y la posguerra franquista.

La obra tiene dos partes bien diferenciadas: la primera se centra en afirmar y consolidar la línea historiográfica que considera el fascismo franquista, al menos durante su primera etapa, que dura hasta bien entrados los años cincuenta, como un auténtico genocidio cultural, político y humano. Y el autor se centra en dejar claro que la represión franquista lo ocupó todo, cualquier faceta de la vida de las gentes; fue, en ese sentido, una represión poliédrica, un mismo fenómeno con muchas caras: asesinatos en las cunetas, los bandos de guerra, los fusilamientos y los sumarísimos de urgencia mediante un derecho penal “invertido” que castigaba a los leales acusándolos de rebelión, las cárceles, los campos de concentración, el trabajo esclavo en las múltiples formas ideadas por el Patronato de Redención de Penas por el Trabajo y, luego, el robo de niños, el trabajo esclavo de las mujeres, el maldito Patronato de Protección de la Mujer y… tantas caras más de la represión fascista.

Esta primera parte, dice el autor, sería una recensión basada en obras de los que saben auténticamente y llevan años investigando y escribiendo sobre ello: Espinosa Maestre, Preston, Viñas, Casanova, Díaz Balart, Lafuente, Gutmaro y tantos y tantos. De hecho, el apéndice de bibliografía es muy amplio y una buena relación de artículos y obras para aquellos que quieran adentrarse en el tema del genocidio franquista, subtítulo de la obra.

En la segunda parte se aborda la historia de los distintos miembros de su familia, contextualizados todos en el entorno y el momento. No es una simple narración de penalidades, para nada.

El autor confiesa haberse llevado una sorpresa pues, aunque conocía buena parte de la historia de su padre, teniente de Ingenieros en la 216 Brigada Mixta, herido en combate y luego cautivo, que pasó por campos (plaza de toros de Valencia, Torres Torres, Portaceli), destacamentos penales (Cuelgamuros-Banús, Hotel Felipe II) y cárceles (Gandía, Porlier, Ocaña), desconocía que su abuelo paterno pasó por circunstancias similares (pena de muerte conmutada en el último momento, trabajo esclavo en Cuelgamuros, cárceles varias); también su abuela paterna (presa en Getafe y Ventas y luego desterrada varios años); también el hermano de su padre (exiliado a Francia, huido de campos franceses, luego batallones de trabajadores en España, con la guinda de la mili de Franco, tres años en África); también su abuelo materno (un pequeño burgués, con pescadería y camión, que visitó la cárcel por ser afiliado de la Izquierda de Azaña); también que un tío por la rama materna conoció bien la DGS, ese sitio donde la señora Ayuso no quiere poner una placa, también que primos hermanos de su padre, por ambas ramas, pasaron por cárcel, campos, batallones de trabajo o las tapias del cementerio del Este, también… tantos y tantos.

Por eso no es de extrañar el título elegido de “Familias masacradas”, porque la familia fue amplia y duramente castigada. La investigación, de años, se enmarca dentro de nuevas tendencias memorialistas de historias personales que, en todo caso, no hacen sino complementar la historia general de ese periodo.


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