Agencia SINC •  Antonio Villarreal •  Ciencia •  24/04/2025

Primera prueba ósea de combates entre gladiadores romanos y leones

Un nuevo estudio ha identificado en Inglaterra marcas de mordedura de gran felino en un esqueleto humano del siglo III, lo que confirma por primera vez la participación de estos animales en espectáculos de la entonces provincia romana de Britania.

Primera prueba ósea de combates entre gladiadores romanos y leones

Un equipo internacional de arqueólogos y osteólogos ha hallado en York (Reino Unido) la primera evidencia física de un combate entre un gladiador y un león en el mundo romano. El estudio, publicado en la revista PLOS One, describe un esqueleto humano con lesiones compatibles con mordeduras de un gran carnívoro, posiblemente un león, lo que supone la primera confirmación osteológica de este tipo de espectáculos fuera de Roma.

La investigación, liderada por Tim Thompson, profesor de Antropología en la Universidad de Maynooth (Irlanda), se centró en un esqueleto masculino enterrado en el cementerio romano de Driffield Terrace, un sitio que ya había sido vinculado anteriormente con gladiadores debido a sus inusuales características funerarias.

“Durante años, nuestra comprensión de los espectáculos de gladiadores con animales se basaba en textos antiguos y representaciones artísticas. Este hallazgo proporciona la primera prueba directa de que estos eventos tuvieron lugar, lo que transforma nuestra visión del entretenimiento romano en Britania”, explica Thompson.

El individuo, de entre 26 y 35 años, presentaba marcas no cicatrizadas en la pelvis, idénticas a las de mordeduras de leones modernos utilizadas como referencia en experimentos forenses. Estas lesiones habrían sido fatales y apuntan a un enfrentamiento con un gran felino poco antes o en el momento de la muerte.

“Las marcas de mordida probablemente fueron hechas por un león, lo que confirma que los esqueletos enterrados en este cementerio eran gladiadores, y no simplemente soldados o esclavos”, afirma Malin Holst, osteoarqueóloga de la Universidad de York y codirectora del estudio.

Lesión en la espina ilíaca izquierda. / Thompson TJU et al.

A la búsqueda del anfiteatro

El hallazgo también revela que el espectáculo violento no era exclusivo de Roma. Aunque no se ha descubierto aún el anfiteatro romano de York, los investigadores creen que existió uno, y que en él se habrían celebrado eventos similares a los del Coliseo.

“Esta es una contribución importante para desmitificar nuestro pasado romano«, añade John Pearce, de King’s College London. «Estas mordeduras son testigos tangibles de la brutalidad de los espectáculos celebrados en anfiteatros de Britania”.

El estudio ha sido fruto de una colaboración entre varias instituciones, incluidas las universidades de York, Durham, Cranfield y el King’s College de Londres. Además, pone de relieve la importancia de la investigación interdisciplinaria y el uso de nuevas tecnologías para reinterpretar hallazgos arqueológicos ya excavados.

“Uno de los aspectos fascinantes de la arqueología es que seguimos haciendo descubrimientos incluso décadas después de una excavación. Esta investigación aporta una perspectiva sin precedentes sobre la vida —y la muerte— de este individuo”, concluye David Jennings, director de York Archaeology.

Este hallazgo refuerza la idea de que Britania, a pesar de su distancia del corazón del Imperio, formaba parte integral del mundo del espectáculo romano, con luchas sangrientas que incluían no solo gladiadores, sino también animales exóticos como leones.

Referencia:

Thompson TJU et al. (2025) Unique osteological evidence for human-animal gladiatorial combat in Roman Britain. PLoS ONE 2025

Fuente: SINC


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