Couso recuerda que la islamofobia en la UE o el caso de los rohingya demuestra que no sólo los cristianos están perseguidos en el mundo
El eurodiputado de IU avisa al Parlamento Europeo de que dedicar debates completos únicamente a la persecución contra una religión “sólo sirve para atizar el conflicto del odio y la confrontación”.
Estrasburgo, 14 de noviembre de 2017.
El eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso avisó ayer de que el Parlamento Europeo se equivoca de estrategia si se dedica a condenar única y exclusivamente la persecución contra los cristianos en el mundo. Algo que “es una realidad y hay que combatir”, pero que no es la única, como demuestra el reciente caso de los rohingya, el de los yazidíes o el aumento exponencial de la islamofobia en la propia Unión Europea.
En un debate en el pleno de Estrasburgo que se celebra esta semana sobre La persecución de los cristianos en el mundo Couso señaló que la persecución, la represión y los asesinatos por motivos religiosos se están incrementando en muchas zonas y que este es un problema que debe tratarse “de forma global” y no centrándolo en una sola religión.
“Hay muchos ejemplos de ello”, señaló Couso, quien citó de partida “la persecución salvaje contra los yazidíes por el grupo terrorista Daesh”. Pero también “el genocidio contra la minoría musulmana rohingya en Myanmar”, que ha dado como resultado “al menos 270.000 personas huídas y 2.000 asesinados”.
Este caso, que ha escandalizado al mundo, es –añadió- “una masacre organizada de manera sistemática por el Gobierno de ese país” y que ha contado “con la connivencia de una presidenta premio nobel de la paz y muy aplaudida y jaleada por integrantes de esta Cámara”, la presidenta Aung San Suu Kyi “a la que le dieron el premio Sajárov en 1990”.
El eurodiputado, vicepresidente de la comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara, continuó enumerando otros casos como el de “la represión en Egipto de los uigures” el pasado verano, cuando las autoridades egipcias arrestaron a decenas de personas de esta minoría étnica que practica el islam para deportarlas a China.
Y también Yemen, “con la persecución a la minoría religiosa bahaí”; Pakistán, “un país en el que cualquier crítica a la religión puede conllevar la pena de muerte”; o Malasia, “donde hay un ministro, el señor Shahidan Kassim, que defendió este verano cazar a los ateos”.
Pero Couso fue más allá y avisó de que la situación en la UE está lejos de ser ideal: “No debemos olvidar el aumento de la islamofobia en muchos países europeos, atizada por la histeria racista y xenófoba de todos los partidos de la extrema derecha, pero también de fuerzas políticas aparentemente más respetables”.
Por ello, pidió un compromiso al Parlamento Europeo “contra la discriminación y el incremento de la violencia vinculada a las diferencias religiosas”, que sea abordado –insistió- de forma “global”. “Eligiendo sólo una de las religiones perseguidas es atizar el conflicto del odio y de la confrontación”, sentenció.