Mariano Rajoy, sobre la equiparación de salario entre hombres y mujeres: «no nos metamos en eso»
Mariano Rajoy: "que el Gobierno empiece a fijar los salarios de las empresas... no me vería yo diciendo lo que tienen que cobrar ustedes, por ejemplo, francamente".
Carlos Alsina (Onda Cero): "ni siquiera diciendo que si una mujer y un hombre hacen lo mismo deberían cobrar lo mismo".
Mariano Rajoy: "no nos metamos en eso, eh. Demos pasos en la buena dirección, que normamente es como se resuelven mejor los problemas".
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha respondido a las preguntas de Carlos Alsina en Más de uno (Onda Cero) sobre todo tipo de asuntos de actualidad pasando de refilón por la corrupción. La entrevista tiene lugar un día después de las nuevas revelaciones de Pedro J. Ramirez (director de El Español) sobre sus conversaciones con Luis de Bárcenas y la caja B del PP en su comparecencia en la comisión de financiación ilegal del Partido Popular abierta en el Congreso de los Diputados.
Como de costumbre, Rajoy ha hablado de previsiones sobre la creación de empleo, pero nunca de la destrucción del mismo o de datos sobre el aumento de la precariedad laboral o de los trabajos temporales. El presidente evitó llamar «congelación de las pensiones» a la subida mínima del 0,25% a la par que obvió mencionar la mayor subida del IPC. También adelantó que abrirá el debate sobre la «maternidad subrogada», de la cual, su socio de gobierno -Ciudadanos- es partidario. Sobre la desigualdad salarial entre guardias civiles y policías nacionales prometió una «remuneración mayor», pero al hablar sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres se despachó con estas palabras: «no nos metamos en eso«.
Desde el 1 de enero, Islandia terminó por ley con una de las mayores discrimaciones que afectan a las mujeres del mundo: la desigualdad de sueldos ante labores iguales con los hombres. Esta medida ha reabierto tímidamente el debate en algunos países. En Islandia, las mujeres ganaban entre un 14 y 18% menos. En España, la desigualdad salarial o brecha salarial de género se estima en el 15% según un informe muy completo de eurostat, y el 23,25% según otro informe de UGT. Katrín Jacobsdottir, líder del socialista Partido Verde, se convirtió en la segunda mujer en asumir como mandataria de Islandia, luego de los escándalos políticos de los últimos años en ese país. Su núcleo duro de votantes, integrado por jóvenes de 18 a 29 años y mujeres, la apoyaron por su agenda en defensa del cambio climático, la igualdad de género y su promesa de aumentar el gasto público en salud y educación. Esta ley de regulación de desigualdad salarial afecta tanto a empresas privadas como a los organismos públicos que tengan al menos 25 trabajadores en su plantilla hasta el punto de que las empresas que no cumplan se enfrentarán a sanciones económicas.
Según el informe Global sobre la Brecha de Género que elabora el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) se ha retrasado en 47 años el momento del supuesto ensamblaje remunerativo respecto a su último diagnóstico, lo que relega a más de dos siglos la proclamación de la igualdad retributiva (en el año 2234). En España, no es muy conocido que se presentó el 10 de noviembre de 2017 en el Congreso de los Diputados una Proposición de Ley de igualdad retributiva entre mujeres y hombres. La propuesta, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, expone la «notable diferencia retributiva por género que se advierte a partir de instrumentos tales como el concepto de brecha salarial», definida la misma como «la diferencia existente entre los salarios percibidos por los trabajadores de ambos sexos, calculada sobre la base de la diferencia media entre los ingresos brutos por hora de todos los trabajadores». Esta Proposición de Ley se presentó en la segunda mitad de diciembre y no fue vetada por PP y C´s en la Mesa del Congreso, por lo que se abordará en los próximos meses. Se introduce el concepto de ‘igual retribución por trabajo de igual valor’, es decir, no atiende solo a la discriminación salarial directa (la que puede darse en un mismo puesto entre un hombre y una mujer) sino también a la indirecta, la que se produce cuando una empresa o sector asigna un salario mayor a ocupaciones o puestos masculinos e infravalora los femeninos. Los criterios educativos, profesionales, de formación, de cualificación, el esfuerzo y la responsabilidad deben ser evaluados para justificar la retribución en un trabajo. De la misma manera, se introduce la presunción de discriminación, que existirá en el caso de las empresas de 25 o más trabajadores en las que el promedio de percepciones de los trabajadores de uno de los sexos supere en más de 20 puntos porcentuales a las del otro sexo. En estos casos, la empresa tendrá que justificar adecuadamente ante la justicia las razones de esa brecha.