¿Un nuevo «Unabomber» con perfil racista en Austin Texas?
Theodore John Kaczynski, conocido más popularmente con el sobrenombre de "Unabomber" colocó 16 bombas a objetivos incluyendo universidades y aerolíneas, acabando con la vida de 3 personas e hiriendo a otras 23 en un margen de tiempo amplio, 17 años entre 1978 y 1995. Este terrorista, filósofo y matemático calificado erradamente como "anarquista individualista" o más acertadamente como "primitivista" sin más prometió cesar sus atentados si el New York Times o el Washington Post publicaban su manifiesto, donde arremetía contra el "izquierdismo" moderno con base a lo que él definía como «sentimientos de inferioridad» y «sobresocialización».
El asesino en serie o terrorista de Austin, que también usa explosivos para sus atentados, ya ha colocado cuatro paquetes-bomba desde el pasado 2 de marzo, el último de ellos, el pasado día 18. A diferencia de Kacynski, sus objetivos y modus operandi dista mucho de cualquier atisbo de intelectualidad.
Dos hombres resultaron heridos el domingo por la noche después de la cuarta explosión que ha sucedido en la ciudad de Austin (Texas), desde que comenzasen los ataques el pasado 2 de marzo. El nivel de sofisticación es más alto que en las bombas-paquete utilizadas en los atentados anteriores. La explosión se produjo a través de un cable trampa, a diferencia de los primeros tres ataques, en los que se dejaron paquetes de bombas en puertas de viviendas. Eso representa un «cambio significativo», ya que los bombardeos anteriores parecían estar dirigidos, mientras que el último habría herido a cualquier persona al azar que pasara por allí, señaló a AP el jefe de policía Brian Manley.
La explosión del domingo por la noche ocurrió en el barrio de Travis Country, al sudoeste de Austin. Eso está lejos de los sitios de los bombardeos anteriores, que ocurrieron durante más de dos semanas en barrios residenciales al este de la Interestatal 35. Los hombres de 22 y 23 años heridos esta vez son blancos, a diferencia de las víctimas en las explosiones anteriores, que eran negros o hispanos, aunque esta vez las víctimas no fueron aparentemente «elegidas». Días atrás, dos hombres afroamericanos perdieron la vida y dos mujeres, una de ellas de origen hispano, debieron de ser hospitalizadas con pronóstico reservado debido a las lesiones sufridas por la explosión de paquetes bomba. El 12 de marzo, a las 6:44 am estalló un paquete en 4806 de la calle Oldfort Hill Drive, entre la calle 51 y el boulevard Martin Luther King Jr que ocasionó la muerte de un adolescente; Minutos después explotó otro paquete en la cuadra 6700 de la calle Galindo, en este incidente resultó severamente herida una mujer hispana de 75 años. “La víctima salió de su residencia, encontró un paquete y se detonó una bomba”, señaló el jefe de la Policía de Austin, Brian Manley. En la explosión registrada el 2 de marzo, en la que murió un hombre de 39 años.
“No podemos descartar que se trate de un crimen de odio. Aunque no podemos afirmar que esa es la causa”, dijo entonces el jefe de la Policía de Austin, en un estado donde el movimiento supremacista está fuertemente implantado desde siglos atrás.
Las vacaciones de primavera terminan el lunes para la Universidad de Texas y muchos distritos escolares del área, lo que significa que las personas que estaban fuera de la ciudad han regresado a sus hogares debido a los temores. La policía del campus de la universidad advirtió a los estudiantes que regresan que sean cautelosos y que les digan a sus compañeros sobre el peligro, diciendo: «Debemos cuidarnos unos a otros». Ninguno de los cuatro ataques ocurrió cerca del campus cerca del corazón de Austin.
La última explosión se produjo horas después de que las autoridades elevaron la recompensa en 50 mil dólares por información que conduzca al arresto de quien sea responsable de las tres primeras explosiones. Ahora asciende a 115 mil. dólares.
El nerviosismo también alcanzó al festival cultural South by South West (SXSW), que se ha celebrado estos días en Austin, cuando una amenaza de bomba obligó a cancelar varios eventos en la noche de este sábado en una de las salas de conciertos de la ciudad.
«Si recibe un paquete que no está esperando o que parece sospechoso, no lo abra. Llame al 911 inmediatamente» pidieron las autoridades, que sospechan puede ser un crimen de odio.
El Departamento de Policía, junto al FBI, continúa sin esclarecer los motivos ni los responsables de estos hechos, pero se cree que los paquetes-bomba responden a una misma autoría. Los agentes de seguridad recomiendan a todas las personas que no abran ni manipulen correspondencia que no esperen o de la que desconozcan su destinatario.
* Con información de Agencias.