APDHA llama a la movilización social contra las muertes en el Estrecho, la criminalización de la solidaridad y los asesinatos en Gaza
Desde la Asociaciación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) mostramos nuestra consternación por la consolidación de las políticas de la muerte en la Unión Europea y por la pasividad de la Comunidad Internacional frente las sistemáticas vulneraciones de DDHH.
La situación de las personas refugiadas y migrantes es insostenible. Despojadas de derechos es la vida el último reducto al que aferrarse, sin embargo la crueldad del modelo político de fronteras no tiene pudor a la hora de resolver que su destino sea la eliminación de cualquier esperanza que garantice la vida.
Este modelo de desprecio a la vida humana y negación de DDHH no es nuevo. Una vez más la población de Gaza ha visto como la impunidad de los asesinatos que realiza el ejército israelí es norma y no excepción. Durante la marcha pacífica del pasado viernes 30 de marzo, Día de la tierra Palestina, en el que el pueblo palestino reclamaba de forma pacífica el cumplimiento del derecho al retorno de las personas refugiadas, recogido en la Resolución 194 de Naciones Unidas, el ejército israelí asesinó a diecisiete personas e hirió a más de dos mil.
El domingo aparecieron cuatro cadáveres y al menos siete desaparecidas tras intentar cruzar el Estrecho. Solo un superviviente. Cifra que se suma los aproximadamente 60 muertos, tan solo en el estrecho, en lo que llevamos de año y ya más de 6000 en los último veinte.
Se unen a estos acontecimientos la criminalización de la solidaridad y la consecuente paralización de la actividad de la organización Open Arms, que no solo ha venido sufriendo desprestigio y cuestionamiento desde las instituciones europeas, en los últimos tiempos también han sido disparados por las fuerzas militares libias, secuestrados sus buques de ayuda humanitaria y se les ha interpuesto una querella criminal por favorecer supuestamente la inmigración ilegal.
No solo la impunidad es el problema, también lo es el castigo a la solidaridad. La vergüenza de esta Europa, de las Naciones Unidas y de tantos responsables que vulneran incontables normativas y legislaciones con plena consciencia. Un modelo de gestión que sigue una lógica perversa que se repite una y otra vez en distintos contextos pero con el mismo resultado.
Ante todos estos hechos insoportables, no queremos que el silencio nos haga cómplices. Queremos denunciar la vergüenza y la miseria de las políticas y prácticas que siembran muerte sin descanso.