Por qué es de importancia histórica la cumbre intercoreana
Según un analista, la situación alcanzada en las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur hace "innecesaria e inútil" una reunión entre Kim Jong-un y Donald Trump.
Poner fin a la Guerra de Corea, que técnicamente no terminó en 1953 sino que se encuentra en la fase de armisticio, es una de las metas declaradas en la cumbre intercoreana celebrada este 27 de abril. Vamos a repasar los acontecimientos históricos que confirman la importancia de este objetivo, así como los planes de buscar la desnuclearización de la península coreana.
La guerra, que se desató en junio de 1950, no fue el inicio de la división entre Corea del Norte y Corea del Sur, ya que la partición se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, cuando la península dejó de ser una colonia del Imperio de Japón. Entonces el país fue dividido en dos por el paralelo 38º norte. El Sur se vio apoyado por EE.UU., mientras que el Norte recibió protección del Ejército de la URSS.
En 1950 tanto el Norte como el Sur entendieron que sus respectivos sistemas económicos, el comunismo y el capitalismo, no funcionaban, una situación que puso a muchos en alerta. Los periódicos de la época alertaban: «La Guerra Fría se calienta en el paralelo 38», y lo que inicialmente eran hostilidades derivó en uno de los más mortíferos conflictos de la historia moderna. Seúl pidió ayuda a EE.UU. y otros países de Occidente, mientras que China y la URSS ayudaron a Pionyang
Tres años de guerra terminaron con una decisión que suponía el fin de las agresiones mutuas. Al final de la contienda, el 90% de las fuerzas extranjeras en la península pertenecían a EE.UU., un porcentaje que permite calificar la presencia estadounidense de auténtica ocupación. La población del Norte quedó reducida a la mitad, y muchas familias supervivientes quedaron separadas.
Solo a finales del siglo XX algunas familias tuvieron la oportunidad de reunirse. En este aspecto, una de las decisiones alcanzadas en la cumbre entre Moon Jae-in y Kim Jong-un es la celebración de reuniones de familiares separados por la Guerra de Corea.
Actos bélicos en tiempos de paz
Durante las décadas posteriores al armisticio las hostilidades no cesaron, y en más de una ocasión los disparos de artillería estuvieron a punto de reanudar el conflicto bélico.
Los intercambios de fuego más recientes se produjeron en noviembre del 2010, en marzo del 2014 y en agosto del 2015 en torno a las islas del mar Amarillo. El episodio de 2015 hizo escalar la situación hasta volverla «prácticamente incontrolable» y llevarla «al borde de la guerra», según estimaron desde Pionyang.
Al respecto, en el encuentro de este 27 de abril las partes se han puesto de acuerdo para evitar enfrentamientos en el mar Amarillo.
Otro foco de discordia fueron los altavoces instalados por Seúl a lo largo de la zona desmilitarizada para emitir proclamas propagandísticas cada vez que Corea del Norte realizaba entrenamientos militares o, en los últimos años, después de cada prueba militar de Pionyang.
Los ensayos nucleares norcoreanos representaban el mayor desafío para el mundo y todos ellos fueron condenados con unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU. La sexta y más potente prueba nuclear norcoreana fue efectuada el 3 de septiembre de 2017.
En noviembre Corea del Norte lanzó el misil balístico intercontinental Hwasong-15, capaz de alcanzar el territorio de EE.UU. Su lanzamiento fue también la última de una larga serie de pruebas.
Kim y Moon están decididos ahora a buscar la desnuclearización total de la península de Corea y reducir paulatinamente los arsenales.
En el ámbito cultural, en la segunda mitad del siglo XX el conflicto inspiró muchas películas que hablaban de la situación poco envidiable de los coreanos tras la separación.
La nueva fase en las relaciones bilaterales promete fomentar un futuro conjunto de prosperidad y reunificación.
«Derrota diplomática de EE.UU.»
Kim Jong-un con un enviado especial del presidente surcoreano. Imagen difundida el 6 de marzo de 2018. Kim Jong-un busca escribir «una nueva historia de la reunificación» de Corea
Sobre las implicaciones que los acontecimientos en Corea puedan tener más allá de sus fronteras, especialmente en EE.UU., el analista internacional Francisco José Fernández-Cruz opina que el hecho de que Corea del Norte posea un arma nuclear «plenamente desarrollada, con capacidad de disuadir», sumado a las garantías que han ofrecido China y Rusia al proceso de reconciliación intercoreano, «ha hecho prácticamente innecesaria e inútil» la reunión entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump.
A su juicio, el panorama resultante del encuentro intercoreano supone «una clamorosa derrota diplomática de Estados Unidos», mientras que «la estrategia norcoreana ha surtido efectos». A eso se suma la postura de Moon Jae-in, que «cuando asumía la presidencia dijo que su intención era concluir un tratado de paz y no un simple alto al fuego, además de conseguir la reunificación de las dos Coreas», recordó el experto en declaraciones a RT.
Por otro lado, la desnuclearización programada de la península coreana «significa que uno de los puntos de inflexión más calientes del planeta dejaría de serlo», afirma Fernández-Cruz. La gran capacidad económica de Corea del Norte sumada al desarrollo tecnológico de Corea del Sur y la conexión por ferrocarril de los puertos coreanos con Europa «supondría una activación económica» beneficiosa para todos.