Primero de Mayo en Puerto Rico: la policía ataca a los manifestantes
En Puerto Rico, miles de personas celebraron el Día de los Trabajadores con una huelga general realizada en San Juan, la ciudad capital, para protestar contra las medidas de austeridad que van desde el cierre de escuelas públicas hasta los aumentos de las matriculas universitarias.
Cuando los manifestantes trataron de juntarse en el edificio donde la junta de control fiscal tiene sus oficinas, la policía disparó gas pimienta y gas lacrimógeno. La junta pidió la implementación de un recorte de diez por ciento a las jubilaciones, la eliminación de los bonos obligatorios de Navidad, la reducción del período de vacaciones y de licencia por enfermedad y el permiso a las empresas para despedir a los empleados sin tener que probar primero una causa justa. Esto se produce en momentos que, al menos, treinta mil personas siguen sin energía eléctrica, casi ocho meses después que el huracán María devastara la isla. Vea el informe especial desde las calles de San Juan de nuestro corresponsal Juan Carlos Dávila. Además, entrevistamos en nuestros estudios a Giovanni Roberto, director del Centro para el Desarrollo Político de Puerto Rico.
Cerca de veinte personas, entre ellos un menor de 15 años, permanecen detenidas hoy por cometer diversas faltas, como obstrucción a la justicia y agresión, durante las protestas celebradas el martes en el Primero de Mayo en la capital puertorriqueña.
Según detalló la Policía Municipal de San Juan en un informe de prensa, ese el saldo final de los arrestos tras los desordenes callejeros protagonizados por grupos de incontrolados.
Entre los detenidos figura el músico y compositor Luis Rodríguez Sánchez, líder del proyecto de Apoyo Mutuo del Barrio Mariana en Humacao (sureste), dedicado a proveer servicio de energía solar y agua a dicha comunidad después del paso del huracán María.
Según detalla la Policía Municipal de San Juan, Rodríguez Sánchez fue detenido por obstrucción a la justicia.
Los manifestantes fueron detenidos en el distrito de Río Piedras de la capital después de protagonizar enfrentamientos con la Policía en la manifestación del Primero de Mayo en la Milla de Oro, principal zona bancaria de San Juan.
Los incidentes empañaron una jornada de protesta convocada por un nutrido grupo de sindicatos, asociaciones y maestros contra los recortes que promueven la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), que es la entidad federal del control al Ejecutivo, y el Gobierno liderado por Ricardo Rosselló.
Los manifestantes rechazaban las medidas que quiere imponer la JSF al Ejecutivo de Ricardo Rosselló, lo que incluye la reducción de al menos un 10 % en las pensiones de los funcionarios y la eliminación de la paga navideña a los empleados públicos.
Además, otras medidas que la JSF quiere que se apliquen a la población para contar con unas cuentas públicas equilibradas incluyen establecer un seguro médico a la baja para todos los empleados públicos y el alza de las matrículas en la Universidad pública.
Aunque la mayoría de estas medidas las rechaza el Gobierno y ha anunciado que nos la aplicará, lo que puede llegar a los tribunales, los manifestantes también protestan contra algunas medidas del Gobierno, como el cierre de cerca de 300 escuelas públicas.
Angélica y Alfonso Questell, a quienes hemos visto crecer en el PIP, se encontraban ya en el hospedaje de ella, junto a su papá, cuando llegó la Policía. Ambos fueron arrestados, y Angélica golpeada. Ese es el brazo armado de la Junta, golpeando a jóvenes sólo porque sí y entrando a residencias sin orden judicial.
Miles marchan en San Juan en rechazo a la austeridad
La jornada de protestas en distintos puntos de la zona metropolitana terminó con arrestos
2 de mayo de 2018
Por Gloria Ruiz Kuilan y Bárbara Figueroa Rosa
El segundo paro nacional de este cuatrienio finalizó ayer con 20 arrestos y varias personas heridas en incidentes de violencia, pero también con un contundente mensaje de rechazo a las medidas de austeridad impulsadas por el gobierno y la Junta de Supervisión Fiscal (JSF).
Al igual que el año pasado, la Milla de Oro, en Hato Rey, fue el espacio donde convergieron ocho organizaciones sindicales, estudiantiles y civiles, que desde temprano habían iniciado su jornada de protestas en distintos puntos de la zona metropolitana.
Los manifestantes, que conmemoraron el Día Internacional de los Trabajadores, denunciaron en múltiples ocasiones la “complicidad entre el gobierno y la Junta” para dar paso a medidas que reducen los derechos laborales, como la paga por despido injustificado, el bono de Navidad y la reducción de licencias por vacaciones y enfermedad, tanto en el sector privado como público.
Además, expresaron su rechazo a la reducción en el pago a los pensionados, al cierre de escuelas públicas, al programa de “vales educativos” y a las escuelas charter, así como al traslado de confinados para enviarlos a cárceles de Estados Unidos.
“Quieren desmantelar nuestra Universidad (de Puerto Rico), pero no lo vamos a permitir. Esta gente de la Junta y el gobierno están haciendo esto porque saben que un pueblo educado es una amenaza para un político corrupto. ¡Y tienen miedo! Por eso ya no es opción, tenemos que luchar”, dijo la joven del movimiento estudiantil Verónica Lugo, quien censuró el alza en el costo de los créditos subgraduados, de $56 a $115, que entrará en vigor en agosto.
“Nos quieren quitar más dinero, sin considerar que ya nos habían quitado, y encima quieren aumentar la luz, el agua, los peajes. Ya no podemos más, siempre le quieren quitar a los menos que tenemos”, expresó, por su parte, la empleada retirada del Departamento de la Familia, Ana Cano, quien caminó de la mano de su esposo, Rafael Márquez, también retirado, pero del Departamento de Educación.
Amplio contingente
Desde tempranas horas, en la Milla de Oro era evidente el amplio contingente policial destacado por el Departamento de Seguridad Pública, cuyo secretario, Héctor Pesquera, había adelantado que habría más de 1,100 agentes en la concentración.
Las manifestaciones transcurrieron con tranquilidad hasta poco después del mediodía. Los encontronazos comenzaron a eso de la 1:30 p.m., cuando se lanzaron piedras, canicas y otros objetos desde la multitud hacia los agentes.
La Policía reportó daños en varios edificios, en los que los manifestantes rompieron cristales y marcos de aluminio. A eso de las 2:25 p.m., se observó a manifestantes romper pedazos de cemento de las aceras y a otros, armados con tubos, pedazos de madera, un martillo, hondas y bombas con un líquido irritante.
A las 3:11 p.m., la Policía dio la orden de que se lanzaran gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que fueron perseguidos por los agentes por un largo perímetro para evitar que se reagruparan.
“No podíamos tolerar que siguieran las agresiones”, dijo el comisionado interino de la Policía, Henry Escalera.
Al final, 19 personas, incluido un menor de 15 años, fueron arrestadas. Se les imputó obstrucción a la justicia, robo, agresión, motín y sustancias controladas. Pesquera añadió que 15 agentes resultaron heridos, al igual que varios ciudadanos.
Repudia la violencia
Concluido el paro, el gobernador Ricardo Rosselló repudió la violencia suscitada en la zona bancaria e hizo un llamamiento al pueblo para que también exprese su rechazo.
“Reconozcamos que aquí vamos a tener distintos puntos de vista, pero que la dirección general de todos nosotros y la aspiración, aunque sea por distintos caminos, es que podamos tener un mejor Puerto Rico y una oportunidad de prosperar. No permitamos que la violencia corra en nuestra calles”, aseveró Rosselló.
Responsabilizó a la organización “Jornada: Se acabaron las Promesas” por los actos de violencia. Los describió como un “grupo mínimo” de personas, que “incitaron a la violencia y fueron encaminados a destruir la propiedad”.
El gobernador indicó que, antes del paro, se reunió con siete de las ocho organizaciones participantes, y “Jornada: Se acabaron las Promesas” fue la única que no asistió al cónclave.
Rosselló advirtió que la organización realizará hoy otra protesta, por lo que pidió a las otros siete grupos que la rebatan.
Ausentismo estudiantil
Por otro lado, el ausentismo infantil fue el efecto más evidente del paro nacional. Solo 6.2% de los estudiantes acudió ayer a tomar clases, según el registro de asistencia provisto por el Departamento de Educación.
La agencia, sin embargo, aseguró que el 74.2% de los maestros fue a trabajar, así como el 87.1% del personal no docente, el 93.2% de los directores y el 63% de sus empleados a nivel central.
De 1,110 escuelas, 44 amanecieron clausuradas con candados o cadenas. En ocho de esas hubo manifestaciones, mientras que cuatro no pudieron ser abiertas.
“Sabemos que la información de asistencia (de maestros y personal) está tergiversada. Visuales (del paro) lo demuestran”, dijo la líder magisterial Eva Ayala.
Por otro lado, en el Centro Médico en Río Piedras cancelaron las clínicas externas y cirugías electivas programadas para ayer, en las áreas de trauma, urología, radiología, dental y maxilofacial.
La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) indicaron, entretanto, que sus servicios no se afectaron a raíz del paro y que las oficinas comerciales operaron con personal gerencial.