Organizaciones ecologistas de Extremadura exigen el cese de la caza en los espacios protegidos de la región
La asociación Ecologistas Extremadura registra una petición de información ante la Dirección General de Medio Ambiente cuestionando cuantos espacios naturales protegidos de la región no cuentan con espacios privatizados para su uso como coto de caza.
La organización Ecologistas de Extremadura ha registrado una petición formal ante la Dirección General de Medio Ambiente cuestionando la gestión de los Parques y Reservas Naturales de la región en las cuales, según denuncia, se continúan dedicando espacios a las prácticas cinegéticas, en ocasiones contraviniendo toda norma. En su consulta, cuestionan directamente si existe algún espacio protegido en Extremadura en el cual no haya cotos de caza y, en tal caso, que la administración les indique qué Espacios Naturales protegidos son y desde cuando no se realiza ningún tipo de práctica cinegética en los mismos.
Según la asociación, durante la pasada temporada de caza se dieron batidas y monterías comerciales, como mínimo, en el Parque Nacional de Monfragüe, en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, en Parques Naturales, Monumentos Naturales, Corredores Ecológicos, Lugares de Interés Científico, en ZIR y en Parques Periurbanos de Conservación y Ocio. Con esta premisa, denuncian que tienen fundamentadas sospechas para pensar que esta situación se da en todos los Espacios Naturales de Extremadura.
Desde Ecologistas Extremadura han aprovechado para solicitar que desde la Consejería se estudie la posibilidad de tomar medidas contra estas prácticas, mediante el establecimiento de una nueva legislación, acorde con las necesidades de protección de los espacios naturales.
La organización ecologista denuncia también la existencia de prácticas de privatización y usurpación de espacios, incluidos en cotos de caza “en muchas ocasiones contra la voluntad o ante el mero desconocimiento de los propietarios”. Para solventar este fenómeno, proponen la supresión de la figura del “enclavado” que permite que se incluyan fincas o parcelas de la región en cotos sin que haya una autorización expresa de los propietarios para hacerlo.