CGT denuncia que SASEMAR permite que las embarcaciones de rescate de personas funcionen como autobuses en plena crisis migratoria
En las últimas 48 horas las tripulaciones de Salvamento Marítimo, totalmente desbordadas y con limitados medios humanos y materiales, han rescatado en el Mediterráneo a más de 600 personas.
La Confederación General del Trabajo (CGT) ha denunciado este jueves que desde la dirección de SASEMAR, el ente público encargado de la seguridad marítima en aguas del Estado español, se está accediendo a los requerimientos del ministerio del Interior para que las tripulaciones de algunas embarcaciones de salvamento marítimo funcionen como autobuses para trasladar a las personas migrantes que están llegando en las últimas horas, de unos puertos a otros de las costas andaluzas. En concreto, CGT ha indicado que uno de estos traslados se ha producido en la mañana del jueves, 16 de agosto, de Motril a Almería con el total consentimiento de los responsables de esta organización y sin las medidas básicas de seguridad, como puede ser la existencia de chalecos salvavidas para todas las personas que han viajado en este barco.
Según la organización anarcosindicalista, la decisión de trasladar a estas personas en estas embarcaciones en lugar de hacerlo por tierra está incidiendo directamente y de manera seria en la labor para las que están destinadas, que no es otra que la salvaguarda de la vida humana en la mar.
CGT ha señalado también que la Capitanía de Almería ha justificado esta actuación viendo “normal” que se transporten a 60 personas sin chalecos salvavidas imprescindibles y dejando inoperativa la unidad durante unas horas muy valiosas dada la gran cantidad de pateras que podrían estar en este momento realizando una peligrosa travesía en el Mediterráneo para intentar llegar a Europa.
La Confederación General del Trabajo reprocha a la dirección de Salvamento Marítimo que haya vuelto a ceder ante las presiones del Ministerio del Interior en unos días en los que la llegada de migrantes a las costas andaluzas es masiva y constante evidenciándose, una vez más, que la seguridad, tanto de las personas migrantes como de las personas trabajadoras de este servicio público, es lo que menos importa.