Cristiane Sampaio y Luciana Consola •  Internacional •  11/10/2018

Brasil: “Estamos escribiendo nuestra historia”, dice primera mujer indígena elegida diputada

Joena Wapichana va a representar el estado de Roraima, región brasileña marcada por conflictos de tierras indígenas.

Brasil: “Estamos escribiendo nuestra historia”, dice primera mujer indígena elegida diputada

Por primera vez en la política brasileña, una representante de los pueblos indígenas va a ocupar un cargo en el Congreso Nacional. Del partido Red Sostenibilidad, Joena Wapichana fue elegida diputada federal de Roraima el domingo y tras como principales pautas la defensa de los derechos indígenas.

Joena tiene “Batista de Carvalho” como apellido en el certificado de nacimiento, pero utiliza el nombre indígena en su actuación política. Ella pertenece al pueblo Wapichana, de la Comunidad Truarú. Su trayectoria está marcada por la defensa de los pueblos indígenas y por la conquista de espacios. Además de ser la primera diputada federal indígena, Joena también fue la primera mujer indígena en graduarse en Derecho en Brasil, en la Universidad Federal de Roraima, en 1997. Ella también es maestra por la Universidad de Arizona, de Estados Unidos, desde 2011.

La formación académica permitió que su actuación en las causas indígenas fuera más amplia y desde 1999 la abogada indígena coordina el Departamento Jurídico del Consejo Indígena de Roraima.

Uno de los destaques de su trayectoria profesional y política es la actuación como abogada en la demarcación de la Reserva Indígena Raposa Serra do Sol, que se encuentra en la frontera con Venezuela. A pesar de que ya identificada por la Fundación Nacional del Indio (Funai) en 1993 para demarcación, presiones políticas ha retrasado el proceso y la tierra ha sido cada vez más ocupada por productores de arroz, que se niegan a salir de allí. El conflicto en la región perdura desde la década del 70 y es uno de los más emblemáticos conflictos de tierras indígenas en Brasil, con muchas muertes derivadas de la disputa por el territorio, que tiene 1,7 millones de hectáreas.

En una entrevista a Brasil de Fato, Joena habló sobre las pautas que dará marcha en su mandato. También habla sobre los desafíos de ser la primera mujer indígena elegida diputada federal y el poder simbólico que eso representa para su pueblo.

Brasil de Fato – ¿Qué representa la conquista de una vacante en el parlamento para participar en la lucha de los pueblos indígenas?

Joena Wapichana – Representa una herramienta super necesaria en este contexto que estamos viviendo hoy en el país, cuando existen riesgos a los derechos que ya están garantizados en la Constitución. Hay necesidad de que los pueblos indígenas tengan su defensa allí, aunque sea sólo una [persona] allí para golpear de frente con una bancada anti-indígena, pero es necesario.

¿Qué pautas principales usted pretende llevar a través de su mandato?

Te voy a poner tres banderas que estoy defendiendo. Primero, es la defensa de los derechos colectivos indígenas y de los derechos sociales.

Nosotros sabemos de la defensa de la demarcación de las tierras indígenas, de la necesidad de tener la implementación de los procesos demarcatorios y, para eso, tenemos que combatir propuestas anti-indígenas que tramitan en el Congreso Nacional, como la PEC 215; como el proyecto que intenta hacer que las tierras indígenas sean arrendadas; y otras de cualquier facilitación pro licenciamiento ambiental.

Y también hacer que los derechos indígenas, principalmente los derechos de consulta, sean insertados por la propuesta de ley que tramita en el Congreso Nacional, como el PL 1610, que intenta reglamentar la minería en tierras indígenas. Y, en esa misma línea de los derechos sociales, también va la priorización de los derechos fundamentales no sólo para las comunidades indígenas, sino para todos, que es la cuestión de la educación. En la cuestión indígena, es necesario un sistema propio de educación escolar.

La segunda bandera que voy a llevar es la de la sostenibilidad, para que las comunidades indígenas sean incluidas en el proceso general de planificación del país, y garantizar sus prácticas culturales, sus conocimientos tradicionales e incluso la productividad y la circulación de la renta interna sin que ello pueda significar una falta de respeto a la cultura o cualquier otro tipo de derecho. Es parar con esa discusión de que las tierras indígenas son obstáculo al desarrollo del Estado. Lo que falta es oportunidad. Si se necesitan leyes para garantizar eso, voy a trabajar para ello, llevando la sostenibilidad de las comunidades indígenas.

La tercera bandera se centra en la cuestión del presupuesto público. La gente tiene que trabajar por la elaboración y la consolidación de las leyes, pero no todo el presupuesto es connivente con la realidad que tenemos. No estoy de acuerdo y voy a tratar de combatir la PEC de la muerte, que congela nuestro presupuesto. Dentro de esta línea del presupuesto, también voy a luchar contra la corrupción y las regalías. Para que esto sea consolidado, necesitamos herramientas y fiscalización de los presupuestos, así como los recursos federales que vienen en nombre de los pueblos indígenas.

La bancada ruralista, conocida por ser el principal grupo algoz de los indígenas en el Congreso, cuenta con más de 200 miembros.

¿Qué estrategias usted pretende usar para que su mandato tenga voz ante ese escenario de hegemonía del poder económico en la Cámara?

Va a ser difícil, pero no imposible. Nosotros vamos a usar todas las alianzas posibles, llevando a personas que defienden los derechos humanos, los derechos sociales, que apoyan la dignidad, la vida, la cuestión del medio ambiente, la sostenibilidad, que creen en la persona desde ahora, apoyo de la población brasileña y de los ciudadanos pueblos indígenas en general porque sólo así va a conseguir barrar muchos proyectos inconstitucionales, hacer valer lo que existe en nuestra Constitución Brasileña y no dejar retroceder nuestros derechos garantizados. Y hacer que los regimientos, todos los argumentos jurídicos sean aplicados, entonces voy a usar de lo que tengo de conocimiento, práctica y experiencia.

¿Qué le viene a la cabeza cuando recuerda que será la primera mujer indígena en ocupar una vacante en la Cámara de Diputados?

Yo estoy escribiendo nuestra historia, haciendo valer lo que los pueblos indígenas ya habían planeado hace mucho tiempo. Entonces yo soy fruto de ese sueño de muchos años, muchas generaciones que están ahí. Porque nuestra historia, para nosotros, pueblos indígenas, principalmente el movimiento de Roraima, la gente ya tiene experiencia que nunca fue dado nada de gracia para nosotros. Todo lo que la gente conquistó, todos los derechos, las demarcaciones de tierra, fue fruto de una larga batalla, una larga lucha de unión de los pueblos, de movimientos y personas que apoyan la causa indígena y los derechos humanos. Entonces lo que viene en mi mente es que es sólo el primer paso. Cuando me gradué en Derecho, yo estaba abriendo esa historia para venir a otras personas.

¿Cómo fue el proceso de usted solicitar el cargo de diputada federal?

El hecho de ser mujer indígena, mi historia, para haber llegado hasta aquí. No fue yo quien llegué y dijo que quería ser [diputada], pero fue una invitación de nuestra militancia, de una gran asamblea indígena que tuvo en la aldea Raposa Serra do Sol, cuando evaluaron que era necesario que los pueblos indígenas participar en ese proceso electoral . Siempre la gente tiene que ir a la lucha y si la política es una herramienta, es el medio de la gente también luchar por nuestros derechos, la gente tenía que participar. Entonces ese compromiso mío con la causa indígena y de mi identidad indígena con mi pueblo, fue que vino ese resultado, entonces yo te digo, estamos escribiendo nuestra historia. Por fin, ¿qué queda como lección ante más esta conquista que has tenido ahora? Es lo que siempre he puesto en mi campaña. Todo lo que la gente pasa la decisión es nuestra. Si la gente quiere cambiar, la gente tiene, si la gente quiere, la gente puede, entonces la decisión es nuestra. Es responsabilidad de nosotros luchar, unir e ir para pelear y soñar. Tuvimos una decisión, tuvimos trabajo colectivo, tuvimos participación de todos y nosotros ganamos. La lección es esa. El momento es mucho más que necesario, oportuno e importante, en ese escenario político, en ese nuevo marco político que Brasil va a tener el año que viene. Si la gente está ahí en la política, los indígenas, no es por folia o alguien dijo que era hermoso. Es por extrema necesidad que la gente está ahí.

Edición: Diego Sartorato


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