Memorial a los trabajadores y las trabajadoras de la fábrica Uralita y a las víctimas del amianto

La Asociación de víctimas afectadas por el amianto de Cataluña (AVAAC) descubrirá el martes, 26 de marzo a las siete de la tarde, el memorial a los trabajadores y las trabajadoras de la fábrica Uralita y a los vecinos y las vecinas víctimas del amianto. El memorial estará situado en el cruce entre las dos ciudades, en un espacio entre la carretera N-150 y la carretera de la estación de Ripollet. La pieza ha sido creada solidariamente por Jordi Andrés, familiar de una víctima.

Junto a la fábrica Uralita

El Memorial se encontrará muy cerca de las naves industriales de la fábrica Uralita, la denominada zona cero del amianto en Cataluña. En estas naves industriales tuvo lugar la producción de materiales de amianto-cemento a lo largo de más de cincuenta años, donde la producción del fibrocemento sin ninguna protección para los trabajadores es la responsable de las enfermedades graves y muertes que provoca el amianto en los antiguos trabajadores, familiares y vecinos de las localidades de Cerdanyola y Ripollet.

Según la OMS, el amianto es responsable cada año de más de 100.000 muertes en todo el mundo. En el Estado, más de 2.000 personas mueren anualmente como consecuencia de las enfermedades cancerígenas derivadas de la inhalación de fibras de amianto, y la UE estima que en 2030 habrá provocado medio millón de víctimas. En la zona directamente afectada por la fábrica Uralita, actualmente se tienen detectados más de 1.000 casos, aunque se estima que la cifra de personas afectadas por el amianto es mucho más elevada.

Desde 2002, dos años después que en el resto dela UE, la producción y la comercialización de productos hechos con amianto está prohibida en el Estado.

Reconocimiento a los vecinos y vecinas de las dos localidades

Este Memorial, que se descubrirá con la presencia de la AVAAC, vecinos y vecinas y las abogadas del Colectivo Ronda que defienden jurídicamente al colectivo de personas afectadas por el amianto, es un reconocimiento público a los trabajadores y trabajadoras de la fábrica Uralita y a las víctimas del amianto, causante de un auténtico genocidio laboral. También es un reconocimiento a las familias afectadas de la zona de Ripollet y Cerdanyola del Vallès, a las que se les ha restado la dignidad, la salud e incluso la vida.