Irak, entre demandas legítimas y violencia de infiltrados armados
Las marchas pacíficas del pueblo iraquí, que demandan combatir la corrupción en el país, se han visto disturbadas por la violencia de elementos infiltrados.
Desde el principio del mes de octubre, los iraquíes han copado las calles de diferentes ciudades del país para reclamar servicios básicos y más empleo, además de condenar la corrupción. No obstante, este movimiento pacífico se ha tornado violento después de que infiltrados disfrazados de manifestantes utilizaran sus armas para agredir a los agentes de seguridad del país y a los manifestantes, subrayó el domingo el Centro de los Estudios Estratégicos de Irak en un informe.
Los medios saudíes, y la agencia británica de noticias Reuters responsabilizan a los miembros de Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de estar detrás de los actos violentos contra los manifestantes, pero hay vídeos colgados en las redes sociales que desmienten las afirmaciones de dichos medios.
¿Cuál fue el detonante de las protestas en Irak?
El detonante fue la carencia de servicios básicos, el desempleo y la corrupción, pero ciertos países extranjeros, valiéndose de agentes infiltrados, han trocado estas marchas pacíficas en un caos de violencia, para sacar ganancia de la situación.
Antes de que se iniciaran dichas marchas, es decir, en agosto, Qais al-Jazali, el líder del grupo Asaib Ahl al-Haq, mayor brigada de las Al-Hashad Al-Shabi, reveló que el régimen ilegítimo de Israel, EE.UU., y algunos países árabes había tramado un plan para desestabilizar Irak en el mes de octubre.
Estos países, según los informes, valiéndose de las protestas, han ofrecido apoyo financiero a algunos agentes infiltrados en las manifestaciones para generar el caos en Irak y, en consecuencia, debilitar la influencia de Al-Hashad Al-Shabi, que ha desempeñado un papel crucial en la lucha contra el grupo terrorista de EIIL (Daesh, en árabe).
¿Quién está detrás de los asesinatos selectivos y la violencia en las marchas?
La presencia de agentes infiltrados ha provocado un giro hacia la violencia en las marchas pacíficas de Irak: violencia que tomó como blanco decenas de sedes de partidos, oficinas de diputados, edificios gubernamentales y a destacados políticos.
En este sentido, un vídeo publicado el domingo en las redes sociales muestra cómo varios infiltrados matan al director de la oficina de Asaib Ahl al-Haq, Abu Yaafar al-Alawi, y a su hermano en la ciudad oriental de Mesesna.
En las imágenes se ve a un grupo de manifestantes que lanza gas lacrimógeno y tras ello ataca con porras a Abu Yaafar al-Alawi, que en ese instante está recibiendo atención médica en una ambulancia. El Gobierno iraquí ha detenido a 11 involucrados en la muerte del miembro de Al-Hashad Al-Shabi.
Hace días apareció otro vídeo donde se veía a un individuo abrir fuego contra los manifestantes y las fuerzas de seguridad en Irak. Decenas de personas han perdido la vida en las marchas, pero, como se ve en los vídeos, los infiltrados armados camuflados entre los manifestantes han provocado la mayor parte de dichas muertes.
El Gobierno de Bagdad rechaza el uso de fuerza contra los indignados. De hecho, el sábado denunció que ciertos agentes se habían infiltrado en las protestas pacíficas —algunos de ellos fueron detenidos— para instigar a la violencia y atacar a las fuerzas de seguridad.
Las autoridades iraquíes llaman a los ciudadanos a desconfiar de los responsables de los disturbios que manejan los hilos tras bambalinas, pues su objetivo ulterior es provocar un caos generalizado en el país: situación que, sobra decirlo, beneficia sobre todo al régimen de Israel y a Arabia Saudí.
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