Multiconfesionalismo municipal en Jerez
En unos días va a tener lugar en nuestra ciudad el encuentro La Noche de las Religiones, promovido por la Obra Social «la Caixa» y con la colaboración de nuestro Ayuntamiento, el cual «anima a la participación de toda la ciudadanía en estas actividades».
Según los organizadores, «La Noche de las Religiones tiene como objetivo dar a conocer una realidad a veces desconocida como es la diversidad religiosa, favoreciendo un espacio de encuentro, lejos de las imágenes a menudo distorsionadas que nos llegan sobre las diferentes tradiciones religiosas que conviven en la ciudad». Nada que objetar por nuestra parte viniendo de una fundación privada como es la Obra Social «la Caixa», pero que el Ayuntamiento asuma como propio tal planteamiento y ofrezca la colaboración para este acto nos obliga a denunciar públicamente la deriva multiconfesional en la que estamos adentrándonos.
El preocupante confesionalismo que el Ayuntamiento de Jerez ha venido demostrando año tras año, independientemente de qué partido gobernara, no se corrige pretendiendo atender por igual a los diferentes colectivos religiosos y mucho menos queriendo hacer partícipe de sus actos a toda la ciudadanía como si cada uno de nosotros tuviera la obligación de observar, seguir o comulgar con alguno de ellos. El confesionalismo (hacia una religión o hacia muchas) sólo puede ser superado desde la neutralidad en materia religiosa que debe observar cualquier administración pública, cualquier representante público.
Si la pretensión de nuestros representantes es tratar a todos los ciudadanos por igual, sin favoritismos, sin privilegiar a unos frente a otros, que lo haga desde lo que nos es común a todos, desde lo que nos iguala como sociedad, pero nunca desde los aspectos que, atendiendo a nuestra libertad individual, hayamos decidido observar voluntariamente y puede que no sean compartidos con los demás.
La observancia de una doctrina religiosa o espiritual, cualquier creencia o el hecho de no tener ninguna, son decisiones que libremente adoptamos en función de múltiples factores (familiares, culturales, morales, etc.). Pueden ser compartidas o no con otras personas, lo que nos lleva a sentirnos parte de un grupo o ser rechazados por otros, pero ninguna de ellas nos caracteriza como sociedad. En cambio, nuestros derechos, nuestras libertades y nuestras obligaciones nos igualan como integrantes de una comunidad. Ahí es donde esperamos ver la participación de nuestros representantes, ahí es donde tiene que hacerse patente su presencia, en el derecho a una vivienda y educación dignas, en garantizar nuestra libertad de expresión, de conciencia, nuestra seguridad, en la exigencia de que todos cumplamos con nuestras obligaciones en la medida de nuestras posibilidades, sin privilegiar a nadie.
Sólo desde la laicidad un Ayuntamiento, cualquier administración pública, puede garantizar la igualdad de trato hacia la ciudadanía en cuanto al derecho que nos asiste a todos y cada uno de nosotros a adoptar cualquier convicción religiosa, espiritual o ninguna de ellas.
Plataforma Laicista de Jerez.