Redacción •  Actualidad •  18/12/2019

La Caza comercial pone en riesgo el Parque Nacional de Monfragüe según ongs ambientales

  • Nueve ONGs de conservación de la naturaleza afirman que las monterías comerciales no ayudan al equilibrio ecológico en el Parque Nacional de Monfragüe y piden su fin.
  • AMUS, ADENEX, ANSER, DEMA, ECOLOGISTAS EN ACCIÓN EXTREMADURA, ECOLOGISTAS EXTREMADURA, GRUS, SEO/BIRDLIFE Y SOCIEDAD EXTREMEÑA DE ZOOLOGÍA.
La Caza comercial pone en riesgo el Parque Nacional de Monfragüe según ongs ambientales
Critican por ejemplo que la última acción de control autorizada en la finca La Madroña, dentro del Parque Nacional, ha sido en realidad una montería comercial en la que por segundo año consecutivo, no se han respetado los cupos de machos, incumpliendo reiteradamente las condiciones de las autorizaciones, sin que ello impida que continúen recibiendo permiso para estas supuestas acciones de control de las poblaciones de ciervos.
 
Estas asociaciones no están de acuerdo en que la caza regule las poblaciones de ciervos y jabalíes, sino que es justamente al contrario. La gestión de la caza mayor es la causante de las poblaciones excesivas de estos ungulados, al haberse extendido en los últimos años de forma generalizada la aportación de alimentación suplementaria y vitaminas a estos animales en los cotos, con la intención de favorecer el crecimiento de ejemplares más grandes de trofeo, pero generando un aumento notable de las poblaciones de hembras y juveniles. Este efecto se nota especialmente en el jabalí, siendo frecuente que críe hasta dos veces al año en las fincas de caza donde dispone de mucha alimentación.
 
Por tanto, cuando el sector cinegético extremeño carga las culpas del exceso de poblaciones de ciervo y jabalí sobre el Parque Nacional de Monfragüe, afirmando que la falta de caza en el mismo es la causa de todo el desequilibrio regional, en realidad están manipulando a la opinión pública para ocultar su verdadera responsabilidad en el problema que ellos mismos están causando por toda la región.
 
La caza comercial no puede regular adecuadamente las poblaciones ya que únicamente está interesada en abatir los mejores machos, pero normalmente deja que el número de hembras crezca, ya que no tienen interés deportivo. El resultado, sumado a la alimentación suplementaria es un desequilibrio cinegético agravado por la falta de depredadores naturales en los ecosistemas extremeños.
 
La incapacidad de la caza comercial para regular poblaciones tiene su mejor ejemplo precisamente en el Parque Nacional de Monfragüe, donde desde su declaración se autorizan monterías como acciones de control para reducir las poblaciones de ciervo y jabalí, sin que se haya producido un ajuste real de dichas poblaciones. La explicación está sin duda en que prácticamente todas las fincas de Monfragüe tienen una parte dentro del Parque Nacional y otra (casi siempre la más grande) fuera, donde hacen la típica gestión cinegética alimentando a las poblaciones de ciervo y jabalí, que luego pasan al Parque Nacional y a otras fincas, al no existir cerramientos entre el Parque y el resto.
 
En realidad, afirman las ONGs ambientales, las poblaciones de ungulados no se regularán hasta que la gestión de la caza mayor deje de alimentar a los animales silvestres como si fueran ganado o lo hagan de forma equilibrada y gestionando todas las consecuencias.
 
Mientras tanto, el Parque Nacional viene sufriendo cada año las molestias de las monterías, los caminos cortados a los visitantes por peligro de recibir un balazo, las rehalas de perros atacando a ciervos frente a los miradores y los turistas, los tiros retumbando en el Salto del Gitano y otros lugares emblemáticos del Parque. Monterías comerciales autorizadas por una Administración que mira para otro lado, volviendo a permitir actuar a empresas cinegéticas sancionadas con varios expedientes por infracciones e incumplimientos como desbrozar vegetación protegida dentro del Parque Nacional para preparar tiraderos, cebar las manchas de caza con comida los días previos para atraer a la caza o no respetar el cupo matando en ocasiones más del doble de machos permitidos, en vez de hembras que son las que con su elevado número mantienen los excesos de población, tal y como acaba de ocurrir en la montería celebrada en la finca La Madroña.
 
Por todo ello, las ONGs ambientales solicitan que se suspendan las monterías y el uso de rehalas en el Parque Nacional de Monfragüe y que se adopten otras medidas de control de las poblaciones de ciervo y jabalí, mucho más efectivas y acordes con los objetivos de un Parque Nacional y anuncian que de no hacerse así, tomarán las medidas apropiadas para lograrlo.

 


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