Protestas en Japón contra el envío de tropas a Oriente Medio
Los decretos establecidos por el gobierno de Shinzo Abe para desplegar unidades marítimas frente al mar de Omán han sido fuertemente contestados por la población, que los considera una violación de la pacifista constitución del país.
El Gobierno de Shinzo Abe aprobó el viernes el envío de una misión de la Fuerza de Autodefensa Marítima a la región del Oeste de Asia para contribuir. Un despliegue internacional de tropas con el que persigue, según ha afirmado el gobierno, «contribuir a la seguridad de la navegación comercial japonesa en esas aguas». Según detallan los medios locales, bajo este plan, el Ministerio de Defensa de Japón planea enviar un destructor que puede transportar uno o dos helicópteros, además de dos aviones de patrulla P-3C, para participar en una misión de “estudio e investigación” en el Oriente Medio.
Los planes del gobierno han sido recibidos con rechazo por parte de la población japonesa que rechaza el despliegue y lo considera una violación del artículo 9 de su constitución, adoptada en 1947 tras el traumático resultado del gobierno totalitario de Toho y la II Guerra Mundial y en la que se renuncia a la guerra como mecanismo de resolución de conflictos y prohíbe el uso de la fuerza en disputas internacionales. Según la agencia de noticias Kyodo, las recientes encuestas realizadas en el país muestran que más de la mitad de los ciudadanos japoneses se oponen a los planes de su gobierno para enviar tropas al Oriente Medio o participar en las alianzas marítimas internacionales en el Golfo Pérsico.
Por este motivo numerosos ciudadanos ha protagonizado una serie de concentraciones frente a la oficina del primer ministro en Tokio. En las movilizaciones se han podido leer pancartas y carteles en los que se exigía cancelar el despliegue de fuerzas en el estrecho de Bab El-Mandeb y el mar de Omán.
Las autoridades japonesas, no obstante, indican que su medida prevista es independiente del plan de EE.UU. para crear una coalición naval so pretexto de salvaguardar la libre navegación de buques petroleros en el Golfo Pérsico y, según la Casa Blanca, hacer frente a Irán.
Esta decisión fue adoptada a pesar de que el presidente iraní, Hasan Rohani, durante su reciente viaje a Japón, presentó la ‘Iniciativa de Paz de Ormuz’ o ‘Esperanza’, cuyo objetivo es fomentar la estabilidad en la región del Golfo Pérsico. Este plan fue ofrecido por primera vez el pasado mes de septiembre durante un discurso de Rohani en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
La embajada de la República Islámica en Japón también ha reaccionado a la reciente decisión de Tokio, resaltando que la presencia de las fuerzas extranjeras no puede garantizar la estabilidad y seguridad en la región del Oriente Medio.
“La Iniciativa de Paz de Ormuz es una plataforma indígena y efectiva para reducir las tensiones en la región. Se espera que los países amigos respalden la protección del transporte marítimo mediante el apoyo oportuno y práctico del plan de Ormuz”, reza una nota de la sede diplomática persa, publicada a través de Twitter.