APDHA alerta sobre un conflicto social por la carencia de ingresos mínimos en la economía informal
Propone la aplicación de una Renta Básica para garantizar mínimos vitales.
Apremia al Gobierno a diseñar un rescate social urgente como hizo con el rescate a la banca con motivo de la crisis de 2008.
Andalucía, 26 de marzo de 2020. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha alertado sobre la posible llegada de un conflicto social si no se soluciona la carencia de ingresos mínimos en numerosos colectivos que se sustentan gracias a la economía informal y que, en estos momentos, se encuentran al margen de las ayudas del Gobierno. La organización plantea la aplicación de una Renta Básica, como mecanismo para garantizar los mínimos vitales de numerosas personas y evitar así la grave crisis social que se avecina.
APDHA augura que, si no se ponen medidas para frenarla, la irrupción del coronavirus va a provocar una profunda crisis socioeconómica y muchas personas caerán en situación de exclusión social. La asociación se cuestiona qué va a ocurrir con las personas que dependían de la economía informal o de pequeños ingresos ocasionales, “qué va a ocurrir con las personas empleadas de hogar, las cuidadoras de personas dependientes, aquellas empleadas en la venta ambulante, la recogida de chatarra o con otros trabajos precarios, aquellas jóvenes con pocas horas dadas de alta, las migrantes que trabajan en campos agrícolas alojadas en misérrimos asentamientos chabolistas, aquellas internadas en los CIE o las personas sin hogar. ¿Quién protegerá su salud y sus ingresos?”.
La organización explica que con el estado de alarma se suspende su escasa y vital actividad laboral y se les obliga a quedarse en casa al no poder justificar su salida a trabajar, con lo que pierden ingresos, muchas veces únicos y sin disponer de otro soporte familiar, sin poder acogerse a ERTE o paro retribuido alguno, “dependerán absolutamente de los burocratizados e insuficientes recursos de unos Servicios Sociales recortados y colapsados tras años de abandono de lo público”. Por ello, continúan, cuando muchas familias pierdan gran parte de sustento económico se verán obligadas a obtenerlo mediante formas más individualistas y primitivas, si no se le ofrecen ayudas suficientes y continuadas mientras se revierte la situación.
Por ello, la asociación apremia al Gobierno a diseñar un rescate social urgente que integre un ingreso mínimo sin condiciones, una Renta Básica, como el sistema más eficaz, económico y sencillo operativamente de aplicar, para garantizar unas condiciones de vida razonables.
A raíz de la crisis del 2008, recuerda APDHA, el Estado aportó 65.000 millones de euros para el rescate bancario, cuya gran mayoría nunca fue devuelto. “Ahora es el turno del rescate social, de la verdadera solidaridad más allá de llamativas declaraciones. No de la dádiva a través de donaciones o aportaciones”.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía propone, además, la paralización de los desahucios, la suspensión del pago de los alquileres y servicios a las personas y pequeños comerciantes castigados económicamente por la crisis y sostener el gasto social -no sólo el sanitario-, sufragado con impuestos especiales sobre las grandes empresas y fortunas que salen indemnes de esta crisis.
Por otro lado, incide APDHA, el admirable comportamiento del grueso de la población, sanitarios en primer lugar, no puede ser ensombrecido por la conducta incívica de una minoría. “Innecesarios paseos recreativos y salidas vacacionales, comportamientos irresponsables se dan también en las zonas de exclusión y en ningún caso deben servir para estigmatizar a estas personas empobrecidas y que tienen, por lo general, comportamientos ejemplares teniendo en cuenta las condiciones en las que malviven.
APDHA manifiesta su preocupación sobre la gestión de la crisis porque “no puede tener como primera medida mecanismos autoritarios que contradigan derechos y libertades básicos, sino medidas solidarias y participativas de colaboración comunitaria”.
La asociación explica que sin justificar ni promover la ruptura del confinamiento, hay que entender que en la situación actual, el ‘Quédate en casa’, es un privilegio difícil de aplicar con rigurosidad a familias de varios miembros que viven en 35 metros cuadrados sin los medios y capacitaciones digitales suficientes y que no tienen ingresos ni ayudas sociales básicas. Estas circunstancias, critican, “conviven con miles de pisos en manos de especuladores financieros que los mantienen vacíos al tiempo que nos hablan de solidaridad”. Es responsabilidad de los Gobiernos competentes, increpan desde APDHA, atender y revertir esta cuestión, y decidir junto a quiénes van a estar.