Ciudad Prohibida de China reabre sus puertas al público
La Ciudad Prohibida de China, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987, estuvo cerrada desde el pasado 25 de enero ante el confinamiento por la pandemia del nuevo coronavirus y este 1° de mayo reabrió sus puertas parcialmente.
Construida entre 1406 y 1421, la Ciudad Prohibida, recinto exclusivo del gobierno imperial de China, ha conocido seis siglos de la historia del país. Se trata del mayor bloque palaciego del mundo, con 72 hectáreas de construcciones tradicionalmente dedicadas a dar cabida tanto a las residencias imperiales como a las tareas centrales de administración y gobierno del imperio. En su interior, hasta el desalojo del último emperador Xuantong, Pu Yi (el cual vivía recluido en la Ciudad Prohibida pero desprovisto de cualquier clase de poder desde la proclamación de la República en 1912), se alojaban miles de sirvientes y funcionarios imperiales que controlaban el destino de China.
Los más de 19 millones de visitantes de 2019 han sido sucedidas por meses de inactividad en el antiguo palacio imperial de los Ming y los Qing
Tras las sucesivas revoluciones de la primera mitad del siglo XX y la proclamación de la República Popular China, el recinto palaciego dejó de contar con ninguna clase de función gubernamental, sin contarse durante los primeros años con un plan concreto de uso para el espacio. Desde mediados de los años ’60, a iniciativa de Zhou Enlai, la Ciudad Prohibida comenzó a adquirir creciente importancia como centro cultural, con distintos departamentos museísticos, de investigación y conservación historiográfica, albergando el
Reconocido desde 1987 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Ciudad Prohibida es el monumento con mayor número de visitas turísticas del país, habiendo recibido más de 19 millones de visitantes en 2019.
La reapertura fue precedida de un intenso trabajo de desinfección de toda la extensión del palacio, medida preventiva ante el coronavirus.
La crisis sanitaria del coronavirus obligó a su cierre el pasado día 25 de enero, resultando especialmente importante desde el punto de vista simbólico su reapertura a los visitantes, un paso en la recuperación de la normalidad tras la pandemia.