¿Como es posible que Andalucía encabece la “bajada del paro”…y la destrucción de empleo?
El pasado martes el Ministerio de Empleo y Seguridad Social difundía dos datos aparentemente contradictorios que, prácticamente, toda la prensa reproducía de forma totalmente acrítica:
- Por un lado decía que en Andalucía había 11.295 personas menos afiliadas a la Seguridad Social, es decir, 11.295 empleos menos (tal y como la ley los entiende).
- Por otro informaba de que había 19.319 andaluces menos apuntados al SAE (antiguo INEM), es decir 19.319 personas menos en paro (tal y como la estadística lo entiende).
¿Adivinais cómo tradujeron estos datos, aparentemente contradictorios, los medios de comunicación?
Dando palmas con las orejas
Absolutamente todos decidieron destacar en grandes titulares los registrados en el SAE (traducidos en una metonimia ideológica como “parados”)
….y en medio de esa celebración ¿Qué pasa con el pequeño detalle de que en PLENO VERANO y en ANDALUCÍA haya menos empleos (tal y como los entiende la ley) ? pues algunos medios decidieron simplemente ignorarlo, pero la mayoría – y esto es lo divertido- incluyeron el dato dentro batiburrillo de cifras, sin generarles ninguna contradicción, ni sentir necesidad de explicarlo (Canal Sur, EuropaPress , ABC…).
Este doblepensar por el cual el numero de parados y el numero de trabajadores se podían tratar como realidades paralelas sin relación alguna, era expresada por El Mundo de formas literal:
“De forma paralela, la Seguridad Social tuvo un peor comportamiento que el paro en Andalucía”
¡No todo iban a ser buenas noticias!
Que los periodistas económicos no parezcan tener ni idea de lo que escriben no sorprende, sin embargo la lectura que de estos datos han hecho los sindicatos, a los que se supone expertos y con capacidad critica, asusta más: CCOO y UGT se mostraron “satisfechos por la bajada del paro” y aunque criticaron la calidad del empleo creado. ¿como encajan las cifras de la SS? Pues CCOO (el único que tiene un análisis colgado en su web) asume que al haber menos gente en el SAE seguro seguro que se ha creado empleo, y si hay menos afiliados a la SS será… pues…esto…que se ha creado empleo ¡pero menos!
Esta forma de leer los datos nos indican claramente dos cosas:
- Existe una dificultad generalizada en comprender que es lo que realmente nos indican los distintos indicadores del “mercado laboral”
- Que el consenso creado ( por empresarios, sindicatos, políticos de todos los colores….) en torno a convertir la “lucha contra el paro” en el principal indicador de éxito o fracaso cualquier política laboral, no es inocente y tiene consecuencias perversas (luego las analizaremos).
¿Que indican realmente las cifras del ministerio?
Para entenderlo mejor hacemos un repaso rápido a las dos formas de medir el paro y las dos formas de medir el empleo existentes en España:
Las dos formas de medir el empleo:
- Afiliados a la Seguridad Social: En España es muy sencillo saber cuantos empleos existen, ya que todo persona que trabaje, sea por cuenta propia o ajena, deben apuntarse a la Seguridad Social. Este registro, que se actualiza a diario, tiene como única limitación que solo recoge los empleos “legales”.
- Encuesta de Población Activa (EPA): Es una macro-encuesta (a unas 180.000 personas) que sirve para saber cuanta gente está “trabajando” dentro de las distintas formas de subempleo (economía sumergida, chavales que ayudan a sus padres en la tienda… ). La fascinante definición de la EPA de “estar trabjando” incluye a toda persona que haya trabajado al menos una hora cambio de dinero o especies. Nuestra profesora de metodologías cuantitativas lo explicaba diciendo que si ayudas a un amigo en una mudanza y te invita a pizza, para la EPA estarías trabajando.
En esta tabla vemos que en la EPA hay entre 500.000 – 1 millón más de “trabajadores” que en la seguridad social, lo que corresponderían a los trabajadores victimas del subempleo y de la economía sumergida, un 4-5%.
Las dos formas de medir el paro
- EPA: Si, esta misma macro-encuesta también es la que nos dice la “cifra oficial” de parados (la que recoge eurostat para hacer las comparativas a nivel europeo). Se supone que es la cifra más exacta, pero como es una encuesta se la conoce como “paro estimado”.
- Apuntados al SEPE (antiguo INEM): este dato no nos dice el número de parados, solo nos dice el número de gente que está apuntado al SEPE, ya que , a diferencia de la Seguridad Social, no hay ningún tipo de de obligatoriedad de apuntarse al SEPE cuando se está en paro. Aunque no nos de la cifra de parados, si que es un indicador (una pista ) interesante para saber cómo va evolucionando el mercado de trabajo, ya que hay un porcentaje importante de parados que sí que se registran por narices (los que cobran el paro), y otros muchos que lo hacen por los beneficios que puede otorgar (acceso a cursos, a subvenciones, a ofertas de empleo público), aunque como estos beneficios son discrecionales de la administración, el hecho de que “merezca la pena” estar apuntado puede depender mucho de la época o incluso de la comunidad autónoma. Al ser una cifra mensual (a diferencia de la EPA que es trimestral), y al ser conocido como “paro registrado” (que suena mucho más serio que el “para estimado” de la EPA) es muy habitual que en los medios lo confunda con la cifra de parados, como veíamos arriba que hacia toda la prensa.
Vale. Pues ahora que sabemos lo que significan exactamente todos los medidores ¿que nos dice que en Andalucía haya menos afiliados a la SS y, a la vez, bajen los registrados al SAE? Pues lo que está claro es que al haber menos afiliados a la SS en Andalucía se ha destruido empleo durante el mes de julio, muchísimo empleo, 19319 puestos de trabajo menos, la comunidad que, junto con Madrid, más empleo ha destruido ¿Significa esto que hay más “parados”? No tiene por qué ser así: puede que haya más de 19.000 andaluces que hayan decidido emigrar desesperados al extranjero; o ponerse a hacer un curso de inglés durante el verano; o hayan tenido que aceptar un subempleo en la economía sumergida… o hacer cualquiera de las múltiples cosas que hacen que dejes de estar contabilizado como parado. No sabremos “exactamente” que ha pasado hasta que no se haga la próxima EPA, pero la pista que tenemos (menos apuntados al SAE) nos dice que es bastante probable que , al menos una parte de este empleo destruido, haya sido sustituido por subempleos de economía sumergida. Aunque hay que aclarar que esta relación no es automática, ya que uno no suele “borrarse” del SEPE por estar en uno de esos subempleos , e incluso aunque se tenga menos motivación para ir a renovarlo, actualmente se renueva cada tres meses, por lo que hay cierto desfase entre estas cifras.
¿Y como es posible tal consenso en “celebrar” que en Andalucía se está destruyendo empleo y que parte de este está siendo sustituido por subempleos fuera de la ley? Tal consenso no puede atribuirse solamente a “un error” en lo que significan las cifras. También habrá influido que las cifras andaluzas no se corresponde con las del resto de España, por lo que seguramente ha habido cierta “inercia interpretativa”…pero hay una causa más profunda:
Cuando la “lucha contra el paro” no nos deja ver el bosque
Desde los años 80 numerosos sociólogos del trabajo, economistas y estadísticos (Demaziere, Gautié , Desrosieres…) vienen advirtiendo que la dicotomía “paro/empleo” no es la mejor herramienta para conocer la evolución del mercado laboral. Estas advertencias venían de constatar su completa inutilidad para entender los enormes cambios que sufrió el mercado laboral a finales de los 70 con el paso del fordismo al toyotismo, cuyo método del Just in Time requería “flexibilizar” (precarizar y desregular) las relaciones laborales.
Este nuevo mundo laboral, cuya flexibilidad se ha ido estirando hasta el infinito, los contratos fijos se convirtieron en piezas de museo, mientras los contratos temporales (cada vez más cortos) pasaban a hegemonizar totalmente el mercado de trabajo, por lo que un creciente porcentaje de la población iba pasando de parado a ocupado de forma habitual. Contra todo pronostico, la economía sumergida y el subempleo- que se vinculaban con países en vías de desarrollo- comenzó a crecer en los países industrializados. Esto fue acompañado de la creación de múltiples dispositivos (casas taller, contratos de practicas, bajas incentivadas, planes de empleo rural, cursos de formación para parados…) que provocan una fuerte rotación entre las situaciones de trabajador-parado-estudiante, es decir, el mercado laboral se ha llenado de situaciones difusas e intermedias entre las categorías paro-empleo-inactividad, erosionando así sus características como clases de equivalencia, y perdiendo por tanto sentido como categorías estadísticas.
Hay sociólogos, como Martín Criado, que han puesto de manifiesto que esto no es un debate técnico sobre como medir el paro, sino un debate político sobre lo que consideramos “empleo” y como definimos sus problemas. Y decimos que esto es profundamente político, porque de estas definiciones se derivan consecuencias políticas.
Así que veamos algunas de las consecuencias políticas de nuestra actual definición:
- ¿Recordáis como definía la EPA de “empleo” ? desde trabajar a cambio de comida en adelante…y como hemos definido que el gran problema del mundo laboral es el paro…pues trabajar a cambio de comida no entraría dentro de la categoría problema, así que imaginad “temas menores” como la temporalidad, la precariedad, el cumplimiento de convenio, el pago de horas extras, el que te hagan un contrato, la posibilidad de conciliación….
- El haber convertido el paro en una suerte de enemigo externo e impersonal contra el que lucha unida toda la sociedad (políticos de todo signo; empresarios y trabajadores…) convierte automáticamente en “buena” cualquier política destinada a reducir la tasa de paro, aunque empeore de la vida de los trabajadores, sea contraria al bienestar social o a la ética. Todas las medidas que han posibilitado que en España vuelvan a existir los trabajadores pobres (precarización, bajada de salarios…) se han tomado en nombre de la guerra contra el paro, ya que parece que el objetivo del trabajo ya no es “no ser pobre”, el objetivo es vencer al paro.
- Como en todas las guerras, al más puro estilo doctrina del shock, aquel que se oponga a las medidas contra el paro se convierte en “traidor”. Así, los sindicatos que se oponen a las bajadas salariales son acusados de “insolidarios” ¿y quienes son los más insolidaridad? los parados que se atreven a rechazar un empleo (aunque sea en Laponia), si no aceptas cualquier empleo es que no eres un “verdadero parado” y el diseño de los dispositivos institucionales se hace en base a esa lógica.
- Para hacer que el parado sea un “buen parado” (versión moderna del “buen pobre”) y no vaya por ahí rechazando ofertas, se dedican ingentes recursos a las llamadas “políticas activas de empleo”, que consisten en dar cursillo para aumentar la “empleabilidad” del parado, donde se le enseña a adaptarse al mercado cambiante, flexibilizar sus expectativas y, en general, se le adoctrina en la ideología de empresa, mientras que se le somete a un proceso de culpabilidad por su situación (si no tienes empleo es porque eres un loser sin la suficiente empleabilidad). A pesar del impresionante consenso sobre su utilidad (releer la nota de CCOO) es difícil explicar como estos cursillos crean empleo- más allá del de sus profesores- aunque hay que reconocer que algunos de estos cursos hacen que el parado deje ser contado como parado y se convierta en estudiante…así que si, bajan el paro.
- Y es que en ciencias sociales es habitual confundir el dato (desempleo) con su indicador , lo que conlleva que se realicen políticas destinadas a actuar sobre el indicador mismo, en vez de actuar sobre la realidad: los mencionados cursos para parados; el fomento de la “movilidad exterior” (migración, exilio económico, fuga de cerebros…) que ya ha expulsado a unos 400.000 españoles fuera del país desde 2008; y todas esas medidas destinadas a intervenir sobre la dualidad del mercado de trabajo español sustituyendo a un trabajador a tiempo completo por dos a tiempo parcial. Todo este tipo de políticas no crean empleo; ni mejoran la vida de la gente (más bien lo contrario)…pero bajan el paro.
- Ya tenemos al supevillano,el paro; a sus compinches, los sindicatos insolidarios y los parados loser ¿quien es el superhéroe de esta película? ¡los empresarios! que son los que tienen el superpoder de crear empleo. Se olvidada así el concepto de ejercito de reserva, que explica que el “paro”, como elemento estructural de la sociedad, nace con el capitalismo por necesidades de la producción, y como forma de rebajar las expectativas de salarios y poder de los trabajadores frente a los empresarios . Lejos de esta visión, los empresarios se convierten en héroes que hay que mimar, subvencionar e intentar reducir lo máximo posible todas las normativas burocráticas que le molestes.(de protección del medio ambiente, de la salud laboral, etc) Además hay que extender entre los niños sus nobles valores de clase.
- Por ultimo hay que destacar la dicotomía paro/empleo no solo sirve para diferenciar, tambien sirve para homogeneizar a los personas que están dentro de cada una de las categorias, ocultándose así la enorme dualidad del mercado laboral, invisibilizando a las victimas de la economía sumergida sin derechos laborales; y a los trabajadores obligados a desempeñar subempleos que no dan para vivir, que se pierden en categorías de la EPA como “otros trabajadores de servicios “; “resto de trabajadores agrarios”, etc. Es decir hablar en términos de ocupación /paro oculta la enorme degradación y polarización a la que se ha sometido el mercado de trabajo, y además justifica unas políticas laborales y económicas, que en nombre de la lucha contra el paro, agudizan las diferencias de clase y aumentan la sobreexplotación de las capas más desprotegidas de la sociedad.
Si tenemos todo esto en cuenta podemos empezar a entender que las palmas con la orejas de la prensa no solo responden a un error sobre el significado de los datos, sino más bien al callejón sin salida interpretativo del dispositivo ideológico creado entorno al consenso de la “lucha contra el paro” como única prioridad de las políticas económicas, en el que además se confunde de forma nada inocente el indicador con la realidad.
¿Y como podemos luchar contra este dispositivo? Durante las ultimas décadas las organizaciones de trabajadores han hecho grandísimo esfuerzo por intentar mostrar realidades fuera de la dicotomía paro/empleo , haciendo todo tipo de acciones para situar a la “precariedad” en el mapa de los problemas del mercado laboral. Sin duda esta es una linea necesaria, pero el marco paro/empleo es tan fuerte que debemos pelear por la definición de sentido de estos significantes , negándonos a categorizar como “empleo” a todo esa multiplicidad de subempleos que no cumplen el objetivo del trabajo: tener una vida digna.