Breves apuntes sobre el Sudeste Asiático
Todavía están frescas las huellas que dejó el colonialismo europeo en el sudeste asiático. La parte continental oriental de la región fue conocida como Indochina cuando estuvo bajo dominio del imperio francés, los abusos que cometieron contra la población autóctona fueron atroces, las violaciones, centros de detención y tortura, el aplacamiento de las voces críticas fueron una constante que todavía perdura en la memoria de la región. La parte más occidental conocida como Siam fue controlada por el imperio británico, y sus prácticas de dominación no fueron menos agresivas que las francesas. Sin olvidar tampoco los estragos cometidos por holandeses, portugueses y españoles.
Calor, humedad la mayor parte del año y abundante vegetación, paisajes verdes, sociedades agrícolas que durante siglos habían recibido la influencia cultural, religiosa y económica que llegaban desde India y China hasta que entre el año 800 y el 1400 dominó la región el Imperio de Angkor, creando un arte propio, bebiendo primero del hinduismo y después del budismo, y desarrollando una economía que trajo prosperidad. El imperio colapsó y la zona volvió a perder relevancia. Como ya se ha comentado el párrafo anterior en el siglo XIX llegarían los invasores europeos con su ímpetu por colonizar todo el planeta.
No fue hasta después de la segunda guerra Mundial en que los imperios europeos decayeron, entonces llegarían los Estados Unidos de América ejerciendo como el nuevo e insaciable gran depredador. La contención del comunismo y en especial de la URSS se convirtió en objetivo prioritario de los americanos en suelo asiático. Apoyaron guerras, masacres y golpes de estado, todo valió con tal de intentar erradicar el comunismo en el mundo.
Una vez caída de la URSS los ojos de occidente dejaron de prestar atención al sudeste asiático. Pero con la llegada de la administración Bush a la Casa Blanca y el auge de los BRICS detectaron que el potencial de China era superior al que podían tener el resto de países emergentes. Saltaron las alarmas por el temor a que se les pudiera disputar la hegemonía mundial, parecía que un mundo unipolar se podía desvanecer. La Casa Blanca dejó de considerar a China como un “compañero estratégico” para pasar a ser un “competidor estratégico”.
Con una China encarrilada por el sendero del crecimiento económico los Estados Unidos de América iniciaron un plan para contener al gigante asiático e intentar reducir su área de influencia internacional. Una vez más los tentáculos americanos empezaron a recorrer el sudeste asiático.
Pero demos un alto en el camino para poner sobre la mesa varios elementos que nos ayudarán a comprender que es y en qué momento se encuentra la región del sudeste asiático.
Cuando hablamos del sudeste asiático debemos tener en cuenta que abarca una superficie de unos 5.000.000 km2, y está poblada por más de 600 millones de habitantes. La zona es muy rica en reservas de petróleo y gas, además sus tierras son especialmente buenas para la agricultura. Los países que forman el Sudeste Asiático son once: Birmania (Myanmar), Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia, Timor Oriental y Veitnam.
En 1967 se dio un gran paso hacia una integración regional con la creación de la ASEAN (Association of Southeast Asian Nations) por parte de Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia, en 1984 se añadiría Brunéi, en 1995 Vietnam, en 1997 Birmania (Myanmar) y en 1999 Camboya. Actualmente todos los países de la región forman parte de la ASEAN, a excepción de Timor Oriental, aunque tiene el estatus de estado observador.
La ASEAN se creó para fortalecer los lazos entre los países de la región con dos mandatos muy claros: por un lado hacer crecer sus economías, y por otro crear mecanismos para la estabilidad regional y el fomento de la paz. La implicación de los países miembro ha convertido la asociación en un actor de vital importancia para el progreso de esa zona de Asia.
Cuarenta nueve años después de la creación de la ASEAN se ha demostrado como una herramienta imprescindible que ha servido para el buen desarrollo de sus países miembro, a pesar de los avances el sudeste asiático sigue luchando para hacer crecer sus economías. Existe apoyo para que empresas de un país operen e inviertan en otros países del ASEAN, con esta idea se pretende cooperar para que los países que están teniendo más problemas para dejar de ser subdesarrollados puedan dar un salto de calidad en el bienestar de sus ciudadanos.
Según el informe de octubre de 2015 el Fondo Monetario Internacional el PIB nominal mundial de 2015 es de 73.506.822 millones de dólares estadounidenses, mientras que el del sudeste asiático en 2015 está valorado en 2.057.749 billones de dólares estadounidenses. La aportación al peso del PIB del sudeste asiático es desigual, y siempre según datos del FMI quedaría repartidos de la siguiente manera: Indonesia 35’42%, Tailandia 15’16%, Malasia 12’72%, Filipinas 12’15%, Singapur 11’93%, Veitnam 8’07%, Birmania (Myanmar) 2’67%, Camboya 0’72%, Laos 0’51%, Brunéi 0’47%, Timor Oriental 0’17%.
En el informe que presentó en 2015 el proyecto para el Desarrollo de las Naciones Unidas sobre el Índice de Desarrollo Humano observamos la situación de los países del sudeste asiático. Encontramos a Singapur situado como uno de los países más desarrollados del mundo en la onceaba posición, seguido de Brunéi en el número 31; con un desarrollo humano alto encontramos a Malasia ocupando la posición 62 y Tailandia la 93; con un desarrollo humano medio están Indonesia en el lugar 110, Filipinas en el 115, Vietnam en el 116, Timor Oriental en el 133, Laos en el 141 y Camboya en el 143. Con un bajo desarrollo humano está Birmania (Myanmar) en la posición 148 de un listado con 188 países.
Otro índice que ayuda a ver la complejidad y asimetría en el sudeste asiático es el que presentó en 2015 Transparency sobre la percepción de la corrupción en el mundo. A excepción de Singapur, que se encuentra en el octavo puesto de esta clasificación como uno de los países con menor percepción de corrupción, el resto de países de la zona no obtienen una buena posición en esta clasificación. Camboya queda 150 en el ranking, Birmania (Myanmar) en la 147, Laos 139, Timor Oriental 123, Vietnam 112, Filipinas 95, Indonesia 88, Tailandia 76 y Malasia 54, Brunéi ni siquiera aparece desde 2013.
El sudeste asiático es una importante región para el futuro económico mundial. Mientras que China opta por una política exterior de no injerencia y de beneficio mutuo entre países, los Estados Unidos de América a través de sus distintas agencias de inteligencia tratan de desestabilizar la zona y convertirla en un lugar hostil para los intereses chinos.
Las relaciones internacionales son extremadamente complejas como para poder etiquetar fácilmente a los países como pro-americanos o pro-chinos, una separación en bloques claramente marcados no sería real, pero sí que se pude indicar que unos países tienes unos lazos más estrechos con un país que con otro.
Los países con mejor relación de la región con los Estados Unidos de América son Filipinas, Indonesia, Tailandia y Singapur. En los últimos tiempos los Estados Unidos de América están causando problemas a China a través de Filipinas por la disputa territorial de las islas Spray. Es un conflicto que viene de lejos y en el que también están implicados Brunei, Taiwán, Malasia y Vietnam. Todos ellos reclaman total o parcialmente la soberanía de las islas.
La posición de los distintos países de la zona respecto la pugna entre los Estados Unidos y China difiere entre unos y otros. A continuación expongo grosso modo como interaccionan con el entrono los actores del sudeste asiático.
La situación de Birmania (Myanmar) es el de una dictadura militar que está evolucionando hacia un sistema con partidos políticos. El ejército ha creado recientemente un partido para ir a las elecciones y así pactar con la oposición. Los Estados Unidos de América intentan atraer Birmania a su órbita para hacer un muro de contención contra China, pero de momento el gobierno birmano tiene una relación pragmática con China orientada hacia el mutuo beneficio.
A pesar de que Brunei es un país pequeño y poco poblado, es uno de los más ricos debido a sus cuantiosas reservas de petróleo. Es un sultanato que forma parte de la Organización para la Cooperación Islámica. Convive entre Indonesia y Malasia e intenta pasar desapercibida, no buscan problemas aunque siguen la política de los Estados Unidos de América en la zona, no entran en conflictos.
Hace dos años se llevó a cabo un golpe de estado en Tailandia, el ejército derrocó al primer ministro Niwatthamrong Boonsongpaisan. El golpe contó con el apoyo no oficial de los Estados Unidos de América, actualmente existen unas buenas relaciones entre los dos estados. Ya en 2006 hubo otro golpe de estado en el que el ejército depuso al primer ministro Thaksin Shinawatra a un mes de la celebración de las elecciones mientras este se encontraba en la sede de las Naciones Unidas.
La república de Timor Oriental, que comparte isla con Indonesia, parece un invitado de piedra en la política regional, su situación es muy pobre y no tiene ninguna capacidad de incidencia en la zona.
Por su parte Malasia está muy bien conectada con la Gran Bretaña y además es miembro de la Organización para la Cooperación Islámica. Es un país que desarrolla su política diplomática sin posicionarse ni en el bloque chino ni en el americano.
El país más poblado de la región es Indonesia con más de 216 millones de ciudadanos sigue viviendo las consecuencias del sangriento golpe de estado que dio Suharto en 1965 con el apoyo de Estados Unidos de América y posterior exterminación de los miembros del partido comunista. Actualmente hay una división entre el partido que dirige la hija de Suharto y el partido de los militares.
El papel que juega Filipinas actualmente es el de presionar en foros internacionales a China por su disputa por la soberanía de las islas Islas Spratly y Paracelso. Mientras que China intenta trabajar el conflicto de manera regional los Estados Unidos de América apoyan a Filipinas para trasladar la disputa a organismos y foros internacionales.
Vietnam es una de las potencias más importantes de la zona, su modelo de desarrollo económico es un ejemplo para países cómo Laos y Camboya. A pesar de estar enfrentada con China por la soberanía de las islas Spratly y Paracelso no hay una escalada de tensión en la relación entre los dos países vecinos. Vietnam ha sabido crear una buena red de infraestructuras tanto de transporte como energéticas que está permitiendo un desarrollo económico creciente. La reciente celebración del congreso del partido comunista de Vietnam ha marcado que el país debe seguir avanzando con su propio modelo de desarrollo y no ha variado demasiado su política exterior.
Habrá que ver si los países el sudeste asiático va tomando posiciones conjuntas en política internacional y se convierte en un actor a tener en cuenta, o por otro lado caen presos de la estrategia de los Estados Unidos de América para desestabilizar la zona con tal de contener China, y de nuevo comienzan a estallar guerras volviendo a planear en la zona muerte y destrucción.
Otro elemento desestabilizador en la región que no hay que obviar es Japón. Su reciente modificación constitucional permite por primera vez después de la segunda guerra mundial que su ejército pueda actuar fuera de sus fronteras. No es un asunto baladí, ya que todavía colea el papel que jugó el Japón imperial con las esclavas sexuales que hizo en China y en la península de Corea. Además Japón también tiene una disputa con China por la soberanía de las Diaoyu.
Por otra parte, lo que parece que sean unas relaciones cordiales entre Corea del Sur y Japón no lo son. Históricamente Japón ha aspirado a poseer la península de Corea, mientras que el plan a medio y largo plazo de las dos Coreas es unificarse y ser una única Corea. La militarización japonesa puede añadir tensión a un conflicto latente.
Además hay que añadir la gran tensión existente entre las dos Coreas. Las recurrentes amenazas de Corea del Norte y las maniobras militares conjuntas que realiza Corea del Sur con los Estados Unidos de América no ayudan a construir un entorno de paz y prosperidad. Tampoco parece que vayan a desaparecer a corto y medio plazo las sanciones internacionales que pesan sobre Corea del Norte.
En la actualidad operan varios grupos terroristas ligados a AL Qaeda en Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia. Los gobiernos temen que la situación empeore y se inicie una cadena de atentados en la zona que alejen el turismo, una de las mayores industrias del país y pilar fundamental para el buen funcionamiento de sus economías.
Quizás uno de los mayores retos de presente y futuro sea el de combatir la creciente desigualad existente en el interior de cada uno de los países. A pesar del desarrollo en infraestructuras y de las mejoras en los índices macroeconómicos, las condiciones de vida en toda la región llegan a ser penosas.
La renta per cápita del ASEAN, según informes propios, es de poco más de 4.000 dólares. La riqueza está concentrada en muy pocas manos, lo que somete a la inmensa mayoría de la población a vivir en la pobreza. Afrontar la desigualdad y desarrollar políticas que permitan la consecución de un digno y próspero futuro determinarán el devenir del sudeste asiático.