Hablemos de Libertad
Hace dos días se cometió un terrible atentado en París. Hombres fuertemente armados entraron en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo y ejecutaron a doce personas, dejando a otras diez heridas.
Condeno totalmente el atentado contra Charlie Hebdo.
Este atentando va a marcar el futuro en Europa Occidental. En primer lugar la pérdida de vidas humanas es irreparable y sitúa un conflicto armado que hasta el momento se desarrollaba en Asia en el corazón de la Unión Europea. En segundo lugar, y en clave interna, se ha puesto en bandeja de plata la victoria al Frente Nacional en Francia y a la Liga Norte en Italia.
Todo el mundo se ha apresurado a defender la libertad de expresión y a condenar el atentado en París. La libertad de expresión se defiende cada día y en cada rincón del mundo. No es comparable, pero ayer supimos que en España se juzgará al humorista Facu Díaz por un vídeo en el que se reía del Partido Popular y anunciaba su disolución y entrega de armas.
Hace dos días murieron treinta y siete personas en un atentado en una academia de policía en Yemen y otras sesenta y seis resultaron heridas de gravedad.
Hace tres días murieron veintitrés personas en Irak tras la explosión de dos artefactos en una mezquita que además dejó 21 heridos graves.
No se trata de una competición de muertes, ni quiero minimizar el dolor de las víctimas, mucho menos diluirlo en un mar de cifras.
Las potencias occidentales han dinamitado imperios, naciones, ciudades y pueblos de todo el mundo. Nos podemos remontar a cualquier momento de la historia, hemos estado en todos los continentes, hemos exterminado poblaciones nativas en nuestro afán para acceder a un mayor número de recursos. Qué hacen tropas españolas en Afganistán? Y en la antigua Yugoslavia? Y qué hacen tropas americanas en todo el mundo? Misiones humanitarias? No seamos incrédulos. Nuestros gobiernos han participado activamente, o han sido cómplices de grandes matanzas, saqueos y violaciones de los derechos humanos.
Cómo se entiende que tengamos relaciones diplomáticas con las dictaduras medievales de Qatar (financiador del Estado Islámico), Marruecos (opresor del pueblo Saharaui), y en cambio condenemos diariamente a países tan lejanos cómo Cuba o Venezuela. ¿En qué mundo vivimos?
Nuestros estados han bombardeado centenares de miles de civiles, han arrasado países, los casos más notorios y actuales son Libia e Iraq, que han pasado de ser estados no democráticos, a escenarios de guerras civiles que duran desde la caída de sus dictadores. ¿Y todo para qué? Para acceder a sus recursos naturales y poder comprarlos a precios baratos. Que nadie crea que se derrocó a Sadam Huseín para llevar la democracia a Iraq, si fuera por ese motio, ya se habría bombardeado a Arabia Saudí, donde no se puede votar, y las mujeres no pueden conducir ni viajar solas.
Este tipo de países son los aliados de la Libertad que ondea occidente.