Pompa, alcalde de Carranque, confiesa la realidad de su campaña electoral: “aquí de lo que se trata es de vivir de lo que ganamos”
Alejandro Pompa, el hombre que llegó a la alcaldía de Carranque (Toledo) después de ser beneficiario de los efectos provocados por un tránsfuga del que se dice que tampoco salió trasquilado del negocio, ha comenzado su campaña electoral. Lo hizo bajo el cobijo de José Manuel Tofiño, que además de alcalde de Illescas preside la Diputación de Toledo y de uno de los pesos pesados del bonismo Toledano: Jesús Gregorio Fernández Vaquero.
El primero, como ya se destapó aquí al principio de la pasada legislatura, tiene muchas cosas en común con Pompa y la declarada amistad con los socios de la constructora PEYBER, los hermanos D. Bermejo y G. Peinado, no es la menos significativa, puesto que no sólo se dio entonces la coincidencia de que el hijo del presidente de la Diputación apareciera asociado al Grupo PEYBER al tiempo que su padre ideaba e impulsaba la privatización del mantenimiento de las carreteras de la provincia, de la cual resultó concesionaria otra de las compañías PEYBER por una cuantía de más de 27 Millones de €; sino que las coincidencias han continuado después, como por ejemplo, que asentada PEYBER en Rumanía, el hijo de Tofiño hiciera lo propio y también emigrara a Bucarest; o que la construcción de la nueva comisaría de policía municipal de Illescas haya sido encargada a la constructora PEYBER, la cual la ha llevado a cabo con tanta reserva y sigilo que nadie ha podido ver un sólo cartel publicitario de la empresa en esa obra.
Las inversiones hechas por el grupo PEYBER en Rumanía tienen relevancia informativa propia, sobre todo porque en varios de los instrumentos societarios creados por los Díaz Bermejo y los G. Peinado en ese país, aparece un individuo llamado José Villarig Lou, uno de los principales implicados en el caso GESCARTERA y vinculado por la policía a la trama que, a través del HSBC y de los buenos oficios de Salvador Pastor, permitieron el vaciamiento y blanqueo de los fondos de esa entidad de inversión. Sin olvidar que, además, José Villarig Lou también aparece vinculado a RIOFISA, a PROCAM y a Eduardo Aznar Berruezo, relacionado con el caso Pretoria.
Por su parte, Jesús Gregorio Fernández Vaquero es un hombre que ya se mostró sumamente belicoso en la defensa de Pompa y Tofiño. Cuando en 2007 Izquierda Unida denunció a Anticorrupción a los citados, a causa del asunto de las carreteras provinciales y de la gestación y tramitación del PAU del campo de golf de Carranque (concedido a PEYBER y CCM, claro está) Fernández Vaquero apareció junto a Tofiño en rueda de prensa y con atronadora indignación llamó “bandoleros” a los denunciantes al tiempo que daba inicio a las gestiones necesarias para presentar contra ellos querella por calumnias e injurias.
No obstante, como la mala fortuna quiso que el PSOE toledano necesitara los votos de IU para nombrar a Emiliano García Paje alcalde de Toledo, tal querella se ahogó antes de nacer, una vez celebrado el preceptivo acto de conciliación, pues parece que la honra y buen nombre de los querellantes resultó menos valiosa que la alcaldía de Toledo, o dicho al modo Enrique IV rey de Francia, resultó que Toledo bien valía una injuria, o las que hicieran falta.
Ahora, después de haber sido cobijado en la presentación de su candidatura por estas dos personas, Pompacontinúa su campaña electoral enviando una carta a sus vecinos. Redactada con la zalamera y risueña banalidad que es consustancial a estos documentos –por supuesto no por Pompa, que no sabe, sino por los empleados del departamento de mercadotecnia del PSOE– en ella se leen cosas como las siguientes:
“Nuestro equipo de Gobierno ha trabajado con rigor, entusiasmo, imaginación, interés y cercanía… Tenemos confianza y esperanza en el futuro… Nuestro municipio es algo vivo, dinámico y tenemos que afrontar los nuevos retos… Tenemos suficiente experiencia para afrontar los nuevos retos, para diseñar y desarrollar políticas que nos permitan seguir avanzando… Estoy seguro de que con el esfuerzo y el empuje de todos, con vuestro apoyo, con la ilusión y las ganas de trabajar que nos caracterizan… etc. etc. etc.”.
Es cierto que todas estas zalemas viscosas, toda esta futilidad inane, carece por completo de relevancia y no es más que la costra de apariencia y simulacro en que se ha convertido el acto político en España, la cáscara hueca de una pupa cuyo insecto hace mucho que la abandonó. Sin embargo, en Carranque, el hecho adquiere importancia gracias a los usos y costumbres de su alcalde.
Pompa es un hombre que, al filo del medio día, por virtud de vaya usted a saber qué brebaje, comienza a padecer una incontinente sinceridad, insólita en su gremio. Debido a eso, estos meses atrás hizo unas declaraciones a la COPE en las que con descarnado desparpajo aseguró, hablando de sus concejales y de él mismo, que en el Ayuntamiento “de lo que se trata es de vivir de lo que ganamos”.
Se buscará en vano confesión más cruda sobre lo que es la realidad política de España. No se encontrará por ninguna parte tan sincera desnudez, ni tan abierta y peregrina desenvoltura. En ningún otro sitio se exhibirá con tan desvergonzado descaro esta “vidriera irrespetuosa de los cambalaches” políticos españoles, como se está haciendo en este calamitoso pueblo de Toledo.
Escúchese, por tanto, a Pompa desmentir con aguardentosa simpleza, su propia campaña electoral y de paso la del barredismo toledano: