Ecologistas denuncian el apartamiento de un columnista habitual del Diario «Hoy» por ser crítico con Almaraz

El director del HOY puede ciertamente opinar lo que desee sobre cualquier tema, pero la acción de prescindir de uno de los columnistas que piensan diferente de lo que él escribe, resulta lamentable y nada propio de periodismo independiente.

No es casualidad que, a la par que prescinde de Juan Serna, se publique esta tribuna con las afirmaciones sobre las supuestas bondades de Almaraz. Estas afirmaciones son más que discutibles desde varios puntos de vista.

En primer lugar, Almaraz ha experimentado un gran número de incidentes a lo largo de su historia, signo de que los controles de calidad y la cultura de seguridad no son puntos fuertes de la compañía operadora de la central. Los más recientes aquejaron al sistema de agua de servicios esenciales, que es vital para la seguridad der la central, puesto que refrigera importantes elementos como las bombas del circuito primario de refrigeración. A finales de 2015 y principios de 2016 se detectaron los fallos de dos de las cinco bombas que hacen circular el agua de servicios esenciales y se comprobó que los fallos tenían una causa común. Las bombas se fueron reparando una por una, con la autorización del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), sin ni siquiera parar la central, aún sabiendo que no era descartable un fallo simultáneo de varias bombas, lo que habría tenido graves consecuencias. En verano de 2016 se detectó un problema de nuevo en el circuito de aguas esenciales. Ahora se trataba de los limpiadores de impurezas que no estaban operativos. El CSN le restó importancia a este suceso y lo calificó como Nivel 0 (fuera de escala) en la escala INES de sucesos nucleares, ante las protestas de nuestros grupos ecologistas. Meses después, en noviembre, el propio CSN se ha rendido a la evidencia y ha calificado el suceso como Nivel 1 en la escala.

También se afirma en la tribuna publicada por el diario HOY que Almaraz ha traído empleo de calidad y riqueza a la zona. Sin embargo, la riqueza que la central deja en la zona es irrisoria en comparación con los enormes beneficios que procura a sus propietarios, que alcanzan casi un millón de euros diarios. Y esa es la verdadera motivación para mantener Almaraz en funcionamiento el mayor tiempo posible, nada hay de altruismo en ello. La riqueza que queda en la zona se debe a los impuestos pagados por la central y a los dineros públicos que la empresa ENRESA paga a los municipios a menos de 10 km de la central.

El cierre de la central no debería traer quebrantos económicos puesto que los dineros de ENRESA seguirían llegando durante el desmantelamiento. Buena parte de los puestos de trabajo también se mantendrían en este proceso. Además, lo inteligente sería empezar a trabajar desde hoy mismo en proyectos de desarrollo alternativo que traigan riqueza independientemente de la central y fomenten fuentes de riqueza diversas. Fiar toda la economía a una única instalación es un gran error. Tarde o temprano la central se cerrará (nosotros preferimos que sea temprano para reducir el riesgo) y nos enfrentaremos a un futuro de la comarca sin Almaraz. Lo más sensato es tomar nota de este hecho incontrovertible y empezar a trabajar ahora mismo para el futuro de la comarca sin Almaraz. Los fondos para realizar estos planes de desarrollo pueden venir de ENRESA y de los propios impuestos que satisface la central.

* Miembro de MIA, FEAN y Ecologistas en Acción.