Para alegría del vecindario, el pleno del Ayuntamiento de Madrid vuelve a postergar la decisión sobre el Mercadona de la calle Estocolmo
El vecindario afectado gana tiempo en su batalla para que el supermercado no se construya. A pesar del aplazamiento, Ahora Madrid sigue empeñado en sacarlo adelante. El nuevo centro comercial generará colapso circulatorio y contaminación acústica y perjudicará gravemente al pequeño comercio de esta zona de San Blas
Tal y como sucedió el pasado 27 de abril, para alegría del vecindario afectado esta mañana todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Madrid acordaron retirar del orden del día del pleno el punto relativo al cambio de uso de las parcelas de la calle Estocolmo en las que Mercadona pretende levantar un nuevo supermercado. La decisión, propuesta por el PSOE dado que no había recibido aún un informe sobre el plan parcial que afecta a los terrenos y por lo tanto carecía de la información mínima para poder votar, solo implica un nuevo aplazamiento. “Lo único que hemos conseguido es ganar algo de tiempo, una pequeña batalla, no la guerra; ganar la guerra supondría retirar por completo la propuesta de construir el supermercado en nuestra calle”, indica Juan Ramón Ibáñez, de la plataforma vecinal Mercadona No.
Los habitantes de la calle Estocolmo no lo tienen fácil, ya que hasta el momento la posición de Ahora Madrid en favor de la apertura de la gran superficie “es muy firme”, recuerda Ibáñez, que como el resto de sus vecinos se siente “traicionado” por un ayuntamiento “que en teoría iba a defender el comercio de proximidad y a oponerse a las grandes operaciones urbanísticas”.
Según el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, las parcelas en las que la empresa de Juan Roig quiere levantar el nuevo supermercado están reservadas para uso residencial, y en ellas estaba prevista la construcción de varias manzanas de chalets unifamiliares. En el punto 21 del pleno de hoy, el Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible proponía, para su aprobación, un Plan Especial con objeto de autorizar su uso comercial, algo a lo que se oponen tanto los residentes de Estocolmo como la Asociación Vecinal Las Musas-Las Rosas de San Blas y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM). Tal y como resume Ibáñez, el nuevo supermercado “no supone ninguna mejora para el barrio y la zona, no es necesario y ni siquiera cabe”. Por ello, tanto la plataforma de damnificados como las entidades vecinales saludan la decisión del pleno de esta mañana.
Las razones de la oposición ciudadana son numerosas, pero la más importante tiene que ver con cuestiones de movilidad. La calle Estocolmo es de un solo carril, “por lo que no podría absorber la cantidad de tráfico que el centro comercial generaría”, y daría lugar a otros problemas como más “contaminación ambiental y acústica y falta de aparcamiento” para las personas residentes. Además, “destruiría al pequeño comercio que se encuentra en varias manzanas alrededor”, puede leerse en el sitio web de la plataforma vecinal www.
Como alternativa, los vecinos afectados proponen que el centro comercial, de construirse, se levante en una parcela abandonada que se encuentra a tan solo 200 metros, junto a la boca de Metro Estadio Olímpico. Al temor a la construcción del nuevo supermercado se unen el plan de traslado del Club Atlético de Madrid a La Peineta y la creación de uno de los aparcamientos disuasorios periféricos de la capital, dos iniciativas que, si no se diseñan adecuadamente, corren el riesgo de colapsar completamente la zona.