Dolmen de Dombate: El PP convierte el patrimonio arqueológico más sensible de Galicia en una sala de conciertos
El alcalde de Cabana de Bergantiños mantiene infrautilizado el auditorio municipal situado en las inmediaciones del ayuntamiento mientras utiliza el centro arqueológico de la parroquia de Borneiro como epicentro populista de su actividad política.
Más allá de su denostado apoyo al proyecto de reapertura de la mina de oro de Corcoesto, si algo se le ha criticado al regidor popular José Muíño Domínguez en los últimos años ha sido la utilización interesada del Dolmen de Dombate.
El auditorio municipal de Cabana de Bergantiños está situado al lado de la casa consistorial de la localidad / Dominio Público
Lo fue ya en 2016, cuando hasta el entonces diputado provincial de Contratación, Patrimonio e Equipamentos del organismo provincial Xesús Manuel Soto Vivero (BNG) cargó contra el regidor por utilizar el monumento para realizar la entrega de premios del concurso de ideas «Autovía Costa da Morte. Camiño de Futuro» sobre el que la Diputación, titular del dolmen, no tenía conocimiento alguno.
En 2016, la propia Diputación coruñesa denunció la utilización del Dolmen de Dombate en un acto de carácter partidista con la presencia de altos cargos del PP
El controvertido acto, celebrado a bombo y platillo a mayor gloria de la conselleira de Infraestructuras Ethel Vázquez, generó una gran polémica, pues hasta el propio ente provincial consideró que por un lado, se estaba desvirtuando el carácter arqueológico del monumento, mientras que por otro, se trataba de un acto con claros tintes electoralistas, justo antes del inicio de campaña de las elecciones gallegas.
Soto, perteneciente al grupo provincial del Bloque Nacionalista Galego, y que en enero le había dado el control del monumento al Partido Popular tras haber anunciado en público que no se renovaría el convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Cabana por las irregularidades detectadas, calificó el acto de «electoralista» y «claramente propagandístico», criticando el el oportunismo de un acto realizado «con cargos del PP con la disculpa de una entrega de premios» sobre el que la Diputación de A Coruña tenía un total desconocimiento.
EL DOLMEN DE DOMBATE CONVERTIDO EN SALA DE CONCIERTOS
Cuatro años después, y en mitad de la peor pandemia vivida desde la gripe de 1918, la de la Covid-19, el alcalde de Cabana y su asesor de Cultura José María Varela Martínez han considerado indispensable la organización de conciertos en el interior del pabellón principal del recinto arqueológico alrededor del dolmen, que aún conserva pinturas de época Neolítica.
El último capítulo han sido los conciertos de acordeón y violín del dúo Caamaño-Ameixeiras del pasado 28 de agosto, encajado dentro del polémico ciclo «Música na catedral«, celebrado de manera insólita en los meses de julio y agosto de 2020 en un contexto en el que Galicia ha multiplicado por diez el número de casos del coronavirus con cerca de 4.000 casos activos y con el área sanitaria de A Coruña-Cee, a la que pertenece Cabana de Bergantiños, como la más afectada.
DESCONTEXTUALIZACIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
Son los expertos, sin embargo, los que alertan de situaciones como las que atraviesa actualmente el Dolmen de Dombate, pues la instrumentalización del patrimonio arqueológico para otros fines espurios a su conservación y divulgación pueden derivar en actuaciones que resultan poco adecuadas tanto para el monumento como para su contexto.
La «turistificación» se convierte así en uno de los mayores riesgos para culquier bien de carácter arqueológico, y puede poner en peligro el verdadero significado que debe atribuirse al patrimonio al modificar su naturaleza mediante acciones poco adecuadas de difusión y promoción, algo que los actuales responsables y técnicos de la Diputación coruñesa no parecen entender sufientemente al permitir la organización de eventos que no guardan relación alguna con este enclave funerario de época prehistórica.
El Convenio Europeo para la protección del patrimonio arqueologico firmado en la isla de Malta reconocía ya en 1992 la importancia de establecer los procedimientos apropiados de control administrativo, y que la necesidad de su salvaguarda también debe quedar reflejada en las políticas de desarrollo cultural llevadas a cabo por los poderes públicos al tratarse de una fuente de memoria colectiva y un instrumento de estudio histórico y científico.
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