Continúan las protestas contra la EVAU en universidades donde se realiza la prueba
Contracorriente y Pan y Rosas proponen un acceso libre y gratuito a la universidad, con plazas para todos y becas suficientes para poder estudiar sin tener que trabajar. Defendiendo organizarse por universidades democráticas donde las decisiones las tomen los estudiantes, profesores y trabajadores. Por una educación pública, laica y de calidad. “Digamos bien alto ‘no’ a la tortura de exámenes en los que memorizamos sin aprender y en los que ponemos en juego nuestra salud mental.
Cientos de miles de estudiantes siguen realizando los exámenes de la EVAU para poder acceder a la universidad. Sin embargo, este año no solo han cobrado protagonismo las preguntas de los exámenes sino la protesta de estudiantes de instituto y universidad bajo la firma de las agrupaciones estudiantiles Contracorriente y Pan y Rosas. Con su lema: «¡Acabemos con la EVAU! Peleemos por una educación de acceso libre, gratuita y democrática» han llenado las facultades donde se han realizado los exámenes y sus vídeos de denuncia han sido compartidos por decenas de miles de jóvenes.
@contracorriente_juv Otro año más nos revelamos contra la prueba segregadora y clasista de la EVAU ? #izquierda #politica #? #contracorriente #fyp #fy #fypシ #parati #paratii #lentejas #examen #educacion #lomloe #evau #estudio ♬ sonido original – Contracorriente Juvenil
Las agrupaciones consideran que la EVAU es una prueba «segregadora y clasista» que representa a la perfección el funcionamiento de un sistema educativo «en el que no importa si aprendamos o no, sino que seamos máquinas productivas para el futuro mercado laboral». Un mercado laboral, afirman, «cada vez más precarizado para las nuevas generaciones de jóvenes». Además de someter a los estudiantes a altos niveles de ansiedad y estrés al jugarse en 4 días su futuro académico en una prueba que mide un único tipo de capacidad: la de reproducir largos temarios memorizados en un tiempo exprés. Y que acaba suponiendo un impedimento más para todos los estudiantes que tienen que trabajar mientras estudian, que no tienen un lugar adecuado para estudiar, etc. En palabras de Leonor (militante de Contracorriente y estudiante de 2º de Bachillerato): “Estamos hartos de una prueba que arruina nuestra salud mental y que nos empuja a competir entre nosotros sin tener en cuenta nuestras distintas capacidades y las condiciones económicas de nuestras familias. Por algo tan básico como poder estudiar lo que nos gusta”.
Mantienen que las plazas no deberían de ser fijadas de antemano por los órganos universitarios sino abiertas a la demanda de cada generación de estudiantes. De manera que nadie se quedase fuera. Problematizando la contradicción, por ejemplo, de la falta de médicos y psicólogos en la sanidad pública y que esta prueba deje fuera de estas carreras a miles de estudiantes. “¿Por qué escuchan más a los representantes de empresas de los Consejos Sociales que a los estudiantes que cada año piden entrar y no lo consiguen?” se pregunta Natalia Lago, representante estudiantil en Junta de la facultad de Ciencias Políticas y sociología de la UCM por Pan y Rosas, en un vídeo. Natalia no solo denuncia la falta de democracia en las universidades públicas sino también muestra su preocupación por la progresiva expulsión de los hijos de familias trabajadoras de la universidad pública: “Lo que debería de ser un derecho se está volviendo cada vez más un privilegio exclusivo de las familias que se lo pueden permitir”.
Contra la repetida frase de que la EVAU sirve para igualar los institutos públicos a los de la privada, tantas veces acusados de “inflar notas”, desde Contracorriente y Pan y Rosas afirman que esta prueba lejos de ser la solución es el síntoma de que algo no es justo en la separación entre educación pública y privada, con la segregación de alumnos que implica. Y que el foco habría que ponerlo en el estado actual de la educación pública, que lleva años en crisis de infra – financiación.
La LOMLOE, conocida por quitar horas valores éticos y añadir de “emprendimiento empresarial” es vista por muchos estudiantes como más de lo mismo. “No soluciona los principales problemas del estado actual de la educación: ni la falta de recursos, ni las ratios de alumnos por aula ni la precarización del profesorado” afirma Bie Rodríguez, estudiante del IES María de Molina (Aluche, Madrid) en otro de los vídeos de la campaña. Donde también denuncia que, en la Comunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso mientras “desmantela los servicios públicos”, destina becas a las familias que ganan más de 100.000 euros al año y regala terreno público para hacer colegios de lujo.
Pero el descontento no es solo en la Comunidad de Madrid, Iris, militante de las agrupaciones, realiza la EVAU en la Unizar de Zaragoza y nos cuenta su preocupación: «Estudiantes y profesores de mi instituto hicimos una manifestación porque no teníamos calefacción. Por aquel entonces el Gobierno Central aprobaba unos presupuestos con 26000 millones para armamento y solo 6000 millones para educación y yo hice una pancarta que ponía: ¿Hay dinero para armas y no para educación?”. La crisis de la educación pública sigue sin resolverse, y la EVAU lejos de igualarnos a los de la privada, simplemente ignora las realidades desiguales desde las que partimos y dificulta la entrada a la universidad a los que menos recursos tienen.
Contracorriente y Pan y Rosas proponen un acceso libre y gratuito a la universidad, con plazas para todos y becas suficientes para poder estudiar sin tener que trabajar. Defendiendo organizarse por universidades democráticas donde las decisiones las tomen los estudiantes, profesores y trabajadores. Por una educación pública, laica y de calidad. “Digamos bien alto ‘no’ a la tortura de exámenes en los que memorizamos sin aprender y en los que ponemos en juego nuestra salud mental. Queremos garantizar el acceso de la clase trabajadora y los sectores populares a la educación superior y disfrutar de aprender fuera de la lógica del beneficio empresarial y la productividad”.
Así lo han estado difundiendo por universidades de todo el estado en las que su campaña no ha pasado desapercibida, tampoco para los altos cargos universitarios que no han dudado en intentar evitarla con todo tipo de maniobras. “Nos arrancan carteles y nos amenazan tanto físicamente como con llamar a la policía” declara de nuevo Natalia Lago después de que la seguridad de la UCM, bajo orden de Rectorado, les quitara las pancartas de la campaña. Pero afirman que seguirán organizándose hasta acabar con la EVAU “moleste a quien moleste”.