Susanna Barranco: «Me trastoca la superficialidad»
La poeta, actriz, directora, documentalista catalana publica «Lana en la garganta» (Trampa Ediciones, 2023), un poemario cargado de distintos sabores y de una fuerza capaz de estremecer al lector más indiferente. En esta entrevista la escritora reivindica el poder de la palabra por mucha opinión que circule en las redes y «por muchas imágenes que podamos crear». Este jueves 11 mayo, a las 19h, presentará su nuevo libro en el club Ocaña, de Barcelona.
Pregunta: ¿Qué sabor deja Lana en la garganta?
Respuesta: La textura de la lana puede ser suave y áspera. En este poemario podemos encontrar estos dos matices, la lana que te puede abrigar y que te puede acompañar, pero también que puede rasgarte la piel. Como autora, después de publicar mi segundo poemario la sensación que tengo en la garganta es de liberación con un sabor muy dulce. Publicar poesía es un milagro. Lo es por la dificultad misma de publicar un poemario, pero también por la capacidad que brinda para conectar con los demás a través de la palabra poética.
P: ¿Qué necesitabas expresar en este poemario?
R: Lana en la garganta expresa una necesidad vital que tiene que ver con la escucha de uno mismo, primero, y por tanto, con el encuentro de la voz —mi voz interior—, más íntima y honesta. Expresarla de forma natural y trasladar las propias inquietudes al poema. Tiene que ver con la necesidad de mirarse adentro, de invocar nuestras emociones, lo personal, y compartirlo a través de los versos, aun sabiendo que esa pulsión interior y personal será leída por gente cercana, pero también por gente anónima.
Otra necesidad responde a la búsqueda de tu propio lenguaje lírico, de investigar, de ser capaz de materializar en una poesía una vivencia, una imagen, una sensación, un deseo. Lana en la garganta nace de la imperiosa necesidad de reencontrarme con mis raíces y con una proyección de futuro que parte del conocimiento de dichas raíces.
P: ¿Tejer y vivir qué tanto tiene que ver con la palabra?
R: Para mí escribir es desovillar la maraña. Escribo y trenzo palabras para establecer vínculos con la vida que me rodea, con mi entorno, para crear lazos, como hilos invisibles que me conectan con los demás, con mis lectores. Si Lana en la garganta fuera un tapiz sería un tapiz lleno de colores vitales, alguno nostálgico, seguramente, pero repleto, sobre todo, de colores muy vivos, de una lana gruesa, de las que abrigan fuerte.
Lo mismo que hilvanamos versos mediante palabras, en la vida, tejemos relaciones con las personas, mediante las experiencias que acaban siendo la materia prima para seguir hilvanando versos.
P: ¿La palabra ha perdido peso o se trata de saturación de la mirada?
R: Hay palabras que evocan imágenes y hay imágenes poéticas. Si bien es cierto que la palabra está perdiendo peso en el ámbito de las redes sociales, por cómo nos expresarnos y por la forma de relacionarnos, con los vídeos que colgamos, es un hecho, que deben ser rápidos y efectivos, considero que la palabra sigue teniendo un lugar que es exclusivo y, por muchas imágenes que creemos, la palabra es insustituible, el placer de escribir, el placer de leer, el placer de descubrirnos a solas en un diálogo con nosotros mismos a partir de las ideas e imágenes que nos sugiere un poema, desde luego, es una experiencia incomparable, enriquecedora y extraordinaria.
P: Poeta, actriz, directora, documentalista. ¿Hay un punto en donde se vinculan estos roles?
R: Si decido ir adelante, dirigir o tomar parte en cualquier proyecto artístico, me implico a fondo, ya sea la poesía o el documental, sea encima de un escenario o detrás de la cámara, y siempre busco, necesito hallar, la poesía. Por otro lado, no concibo un proyecto que no transpire humanidad. Ese es el nexo en todas mis facetas: la búsqueda de lo humano, inseparable de lo poético. Y nada más poético que aquello profundamente humano.
P: Una palabra que te trastoque la conciencia.
R: Me trastoca la superficialidad.
P: Una palabra que te alivie.
R: La reciprocidad.