“Nuestro objetivo es perfeccionar la escritura de genes para tratar enfermedades raras y oncológicas”
Esta doctora en Biología Molecular está al frente de Integra Therapeutics, una empresa que ha fusionado en su plataforma FiCAT el poder de la tecnología CRISPR Cas9 y las proteínas transposasas para solucionar las limitaciones actuales de las terapias genéticas. La tecnología, que se está probando ahora en células de pacientes y modelos de ratón, podría empezar a ensayarse en humanos en 2026.
Avencia Sánchez-Mejías (Sevilla, 1983) es doctora en Biología Molecular y máster en Investigación Biomédica por la Universidad de Sevilla. Cuenta con una sólida carrera científica en genética clínica, oncología molecular y biología sintética en centros de investigación asociados a hospitales universitarios de diferentes países como España, Estados Unidos y Singapur.
A finales de 2020, cofundó Integra Terapéutics, una spin off de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), junto a su socio Marc Güell, investigador principal del Laboratorio de Biología Sintética Translacional de esta universidad.
La empresa, con sede en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona, ha obtenido seis millones de financiación de fondos de inversión especializados en biotecnología y se dedica a la escritura de genes con fines terapéuticos.
“Nuestra plataforma combina el poder de la tecnología CRISPR Cas9 y las transposasas para una edición genética más eficiente en campos como las enfermedades raras y las oncológicas”, comenta Sánchez Mejías a SINC.
La compañía ha incorporado recientemente al profesor George Church, pionero en la edición del genoma humano y en CRISPR, en su consejo científico asesor.
Os atrevisteis a crear una compañía de biotecnología en 2020, el año de la pandemia…
Pues sí, el doctor Marc Güell y yo creamos Integra Therapeutics el 19 noviembre del 2020, Curiosamente el Dia Mundial de la Mujer Emprendedora, pero fue algo casual, no premeditado [risas]. En diciembre de 2021, cerramos la primera ronda de capital semilla con cuatro fondos nacionales e internacionales. Con ella, obtuvimos seis millones de euros de financiación, que nos ha permitido en, aproximadamente, año y medio asentar nuestra posición de propiedad intelectual en torno a la tecnología de escritura de genes, poder aumentar el equipo de desarrollo y avanzar en la aplicación terapéutica de nuestra plataforma tecnológica, tanto para terapia genética como para terapia celular.
La empresa se dedica a la escritura de genes o edición genética para su futura aplicación en pacientes, ¿en qué tecnologías os basáis?
En la plataforma FiCAT [Find Cut and Transfer: buscar, cortar y transferir] hemos combinado la precisión de las tijeras moleculares CRISPR-Cas9 y la eficacia de transferencia de las proteínas transposasas modificadas.
Las herramientas CRISPR-Cas son capaces de hacer edición en el genoma cortando el ADN de las células del paciente en donde sea necesario. Es un bisturí molecular que se dirige a un sitio concreto, pero la edición quién la hace realmente es la propia célula.
Sin embargo, depender de la maquinaria celular en la edición genética que necesitemos hacer, tiene limitaciones técnicas importantes que hacen que no todas las aplicaciones sean posibles solo con CRISPR.
Por ello, lo que hemos hecho es fusionar CRISPR Cas con transposasas e integrasas modificadas, que son proteínas que ya la naturaleza ha evolucionado para que hagan esta función de copiar y pegar un mensaje terapéutico completo en el genoma. Al hacer esta combinación, lo que hemos conseguido es mantener la eficiencia en la escritura de genes, pero hacerlo de forma muy precisa en una sola posición en el genoma que podemos controlar y cambiar, en función de la solución que queremos encontrar para cada enfermedad.
¿En qué fase está vuestra plataforma de escritura de genes?
Ahora está en fase preclínica. Ya tenemos un prototipo que funciona muy bien en laboratorio y actualmente lo que estamos haciendo es la implementación de nuestra maquinaria de escritura de genes Find Cut and Transfer, que es la funcionalidad que hace esta plataforma para escritura de genomas. Implementamos este prototipo para poder hacer productos de terapias avanzadas, tanto génica como celular.
¿Cuándo hablas de terapia celular a qué te refieres?
La terapia celular es hacer ingeniería de células primarias del paciente para que puedan tener nuevas funcionalidades como por ejemplo en el caso de las células T con las nuevas soluciones terapéuticas de CAR-T [células T receptoras de antígenos quiméricos]. Estos tratamientos modifican las células inmunitarias del propio paciente para que puedan reconocer a las células cancerígenas. Ya se están aplicando en pacientes con leucemias y linfomas con mucho éxito. Se trata de una forma de inmunoterapia oncológica y nuestra plataforma FiCAT también estará preparada para hacer esta ingeniería celular.
Antes has hablado de copiar y pegar un mensaje terapéutico ¿Puedes explicar en qué consiste?
Es un mensaje codificado en el ADN, que son las instrucciones o código de la vida. Y en este mensaje lo que podemos poner, por ejemplo, es la proteína que le falla al paciente porque tiene una mutación o una aberración en su ADN y no es capaz de expresar una proteína concreta, lo cual hace que enferme.
Nosotros podemos incluir este mensaje que le falta con las instrucciones para poder sintetizar la proteína que no funciona, o incluso también introducir estas soluciones CAR-T que enseñan a una célula inmunitaria a reconocer un tipo específico de célula cancerígena.
¿En qué enfermedades os centráis?
Nuestro objetivo son las enfermedades raras o hereditarias. Hay muchas de estas enfermedades en las que el gen que causa la enfermedad es demasiado grande para poderlo resolver con la tecnología de edición genética que hay disponible hoy en día. Entre ellas, la distrofia muscular de Duchenne, la retinitis pigmentosa y otras cegueras hereditarias, la fibrosis quística y la hemofilia, a y a que nuestra plataforma podría dar una solución. También nos estamos centrando en la inmunoterapia contra el cáncer.
¿En qué modelos estáis ensayando vuestro sistema de escritura de genes?
Lo estamos probando en células, haciendo cultivos de células primarias que derivan de pacientes directamente. Y también trabajamos con modelos de ratón.
¿Cuándo crees que podréis probar la plataforma en humanos?
Como decía, ahora estamos en la fase de ensayos preclínicos, la fase regulatoria dura unos dos o tres años. Tenemos previsto que en 2026 podamos hacer las primeras pruebas con pacientes.
¿Con que tipo de pacientes se probará inicialmente?
Para esta fase, se probará con pacientes con una enfermedad genética, expresando el gen que les falla en células de hígado y buscando un efecto terapéutico. Esta será nuestra primera diana terapéutica. Todavía no podemos revelar los detalles, pero será una enfermedad que podamos tratar a través del hígado.
¿Habéis publicado artículos en revistas científicas con los resultados de las distintas fases?
En las fases de drug discovery publicamos un estudio a finales del 2021 en la revista Nature Communications que tuvo mucho impacto internacional. Ahora, estamos preparando publicaciones con los resultados en los modelos de ratón que ya hemos presentado en distintos congresos internacionales.
¿Qué proyectos de colaboración tenéis con centros de investigación?
Entre otros, estamos trabajando con CIC Nanogune en reconstrucción de CRISPR ancestrales. Mi socio Marc Güell y yo participamos en un estudio internacional que se publicó a comienzos de año y que estuvo dirigido por Raúl Pérez-Jiménez, investigador de este centro.
Integra Therapeutics ha adquirido una licencia exclusiva para un sistema CRISPR que, por primera vez, utiliza proteínas Cas9 que datan de hace 2.600 millones de años.
Nuestro interés en este proyecto radica en que nos da acceso a tecnología de la familia CRISPR Cas que tiene unas particularidades distintas a las proteínas que se conocían hasta ahora y permiten más flexibilidad en la implementación de tratamientos con edición genética.
Habéis conseguido que un genetista de renombre como George Church se implique en vuestro proyecto.
Sí, forma parte de nuestro comité científico asesor. George Church fue uno de los pilares del Proyecto Genoma humano y también ha sido pionero en la aplicación de CRISPR en células humanas. Además, sus trabajos en la implementación de edición de genomas para tratamientos de enfermedades son indispensables. Es un privilegio poder contar con su colaboración y que nos pueda ayudar con su visión de hacia dónde va el campo de la escritura de genes.
¿Cuántos sois en la plantilla y de qué campos vienen?
Ahora mismo, somos 13 personas, aparte de mi socio y yo. Tenemos un equipo muy fuerte en desarrollo tecnológico con ingenieros de proteínas, bioinformáticos y especialistas en inteligencia artificial. Contamos también con expertos en implementación para terapia genética y un equipo técnico de ingeniería de células, además de profesionales con experiencia en desarrollo de negocio en el sector biotecnológico.
Como comentabas antes, habéis conseguido un gran respaldo financiero de fondos de inversión en biotecnología. Esto se deberá a que hay buenas expectativas sobre vuestro proyecto, ¿no?
Contamos el apoyo de cuatro fondos especializados en biotecnología: Invivo Capital y Columbus Venture, ambos españoles, AdBio Partners de Francia, y Takeda Ventures de Estados Unidos, que es el brazo de inversión en capital riesgo de la farmacéutica japonesa Takeda. Estos grupos, además de aportar el capital que nos hace falta para desarrollar los productos terapéuticos, también suministran su experiencia en el campo de tratamientos avanzados de biotecnología y nos ayudan a empujar el desarrollo de estos productos.
Efectivamente, la edición de genes está despertando mucho interés en los últimos años y ya vemos los primeros tratamientos que están llegando a pacientes en distintos ensayos clínicos. Una de las limitaciones de esta tecnología de edición de genomas es, precisamente, poder hacer modificaciones en fragmentos de ADN más grandes. Normalmente se pueden hacer una o dos bases. Sin embargo, con nuestras soluciones de escritura de genes completos podemos llegar a otro tipo de enfermedades que solo con las actuales técnicas de edición no tendrían solución.
¿Habéis obtenido también ayudas públicas?
Si, aparte de los seis millones de financiación de estos fondos de inversión, hemos logrado sumar otros dos millones de varias ayudas competitivas, tanto en Cataluña como en el resto España y de la Unión Europea, para hacer el desarrollo hacia el producto terapéutico de nuestra plataforma.
¿Te preocupa que las niñas y jóvenes no tengan suficientes referentes de científicas y tecnólogas?
Por supuesto, y es algo con lo que procuro implicarme. En mi generación y las anteriores, no había tantos referentes de mujeres que liderasen laboratorios o proyectos empresariales en los ámbitos de ciencia y tecnología. Es bueno que las niñas y jóvenes tengan ahora esas referencias, que vean que es posible, que ellas también pueden llegar y, así, contribuir a ir estrechando la brecha de género que hay sobre todo en los puestos de liderazgo y responsabilidad en estos ámbitos.
Por eso me hizo especial ilusión recibir el año pasado el Premio Mujer y Liderazgo en su primera edición que concedieron Deusto Business School, Santander y 5 Días. Estos reconocimientos nos dan visibilidad a las mujeres que estamos al frente de proyectos innovadores.
Otro programa en el que también participé con mucho gusto fue el Academy for Women Entrepreneurs, impulsado por Fomento del Trabajo y el Consulado de Estados Unidos en Barcelona. A pesar de que ya ha terminado, hemos logrado crear una muy buena red de mujeres emprendedoras que seguimos reuniéndonos y apoyándonos.
Fuente: SINC