El día en que Antonio Gala pidió que se alzase la voz contra Marruecos
- Con motivo de la huelga de hambre de Aminetu Haidar en el aeropuerto de Lanzarote, Gala escribió que era hora de que alguien, a quien no se le hubiera caído la cara de vergüenza, alzase la voz contra Marruecos.
Fue el 5 de diciembre de 2009. Aminetu Haidar llevaba ya 19 días en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, tras no permitir Marruecos a la activista saharaui regresar a su tierra, el Sáhara Occidental. En connivencia con las autoridades españolas, fue enviada desde El Aaiún a la isla canaria por haber escrito en la ficha de entrada “saharaui” en lugar de “marroquí” en el apartado correspondiente a la nacionalidad.
La reconocida activista de Derechos Humanos se quedó en la terminal del aeropuerto e inició una huelga de hambre, dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias si no conseguía volver a El Aaiún. Solidarios con la causa saharaui y activistas se instalaron con ella en el aeropuerto y defendieron su causa, a la que se sumaron artistas, escritores y políticos, hasta que al cabo de un mes pudo entrar en el Sáhara Occidental.
Ese día, el 5 de diciembre, el escritor Antonio Gala, fallecido en Córdoba a los 92 años, escribió en su sección diaria “La Tronera”, en El Mundo, que ya era hora de que alguien alzase la voz contra Marruecos. Concretamente, dijo: “Ya es hora de que alguien aquí, a quien no se le haya caído todavía la cara de vergüenza, alce una voz contra Marruecos”.
A esto añadió lo que decía el PSOE de entonces: “España no se merece que Marruecos le haga esto”. Destacó el sentimiento de los españoles de a pie por los saharauis y reclamó a los políticos que se enterases “de una puñetera vez”: “Todos. Hasta el más alto nivel”.
El artículo de Gala, titulado “El más alto nivel”, dice textualmente:
“EL DESIERTO es polvo; del suyo vienen estos lodos. De una marcha verde (?), incorrecta, pero iniciada con la oportunidad y la habilidad del incalificable, en estricto sentido, Hasán II. Aquí nadie dijo ni pío, a la espera de que Franco dijera el suyo ultimo. El objetivo, una provincia española representada en aquellas tristes Cortes. Pero España calló y cay. Los sucesivos políticos se han cobijado bajo toda clase de piragua. He escrito bastante sobre ello. Si insisto, es para aplaudir a esa insólita mujer pesada del aeropuerto de Lanzarote, que considero española a su pesar. Ya es hora de que alguien aquí, a quien no se le haya caído todavía la cara de vergüenza, alce una voz contra Marruecos. `España no se merece que Marruecos le haga esto´, dice el PSOE. Sí se lo merece. Incluso enrojecer más aún, ahora que presidirá la UE, y tiene algo que ofrecer. La cobardía se paga siempre. Y los españoles de a pie sienten por los saharauis una evidente solidaridad. Que los políticos, de una puñetera vez, se enteren. Todos. Hasta el más alto nivel”.
Antonio Gala, que dedicó en “La Tronera” varios artículos a los saharauis, integró el grupo de escritores e intelectuales que en septiembre de 2004 envió una carta al entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, instándole a resolver de una vez por todas el largo exilio de los saharauis en Tinduf (Argelia), y a no permitir más dilaciones para que la ONU organizase de una vez por todas el referéndum de autodeterminación tantas veces pospuesto.
La carta, además de Gala, la firmaron cerca de 500 intelectuales, escritores, músicos, cantantes, cineastas, actores y actrices, como José Saramago, Gopegui, Mayor Zaragoza, Javier Sádaba, Juan Genovés, Espido Freire, Silvia Munt, José Sacristán, Mercedes Sampietro, Hilario Camacho, Rosa Regás, el polaco Ryszard Kapuscinski, Clara Janés, Manuel Rivas, Suso de Toro, José Antonio Labordeta, Juan Cruz, Victor Erice o Roberto Bodegas, entre otros.