Sánchez defiende la lucha contra la emergencia climática y el acceso global a vacunas en una Cumbre del G20

La Cumbre del G20 celebrada en Roma este fin de semana ha concluido con una serie de compromisos de sus miembros que, una vez más, suenan a una batería de declaraciones de intenciones más que a un acuerdo real para poner freno a los graves problemas que enfrenta en el mundo. A pesar de ello, en su línea de política internacional habitual, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha reparado en elogios a la misma, afirmando que esta cumbre «envía un mensaje de confianza a la opinión pública mundial con compromisos concretos».

Unos compromisos en línea con las posiciones defendidas por el propio Sánchez durante la cumbre. El presidente del gobierno centro su intervención en temas medio ambientales, sociales y económicos.

En el ámbito económico, Sánchez ha elogiado el mecanismo de los Derechos Especiales de Giro (DEG) planteado y aprobado en la Cumbre. Un mecanismo, ha asegurado el líder del ejecutivo»en favor de los países vulnerables, independientemente de su nivel de renta, para que puedan acometer reformas y avanzar hacia un futuro justo y sostenible». En esa línea, ha prometido la participación de España, con al menos 350 millones de DEG, en el Fondo para la Reducción de la Pobreza y el Crecimiento.

En el ámbito medio ambiental, también ha manifestado su apoyo a los compromisos para limitar el crecimiento de la temperatura en 1,5º, poniéndo énfasis en las políticas destinadas al abandono del uso del carbó y destacando el compromiso de retirar el apoyo público al sostenimiento de las centrales térmicas de energía.

En cuanto al ámbito sanitario, Sánchez ha garantizado que España colaborará activamente en cumplir los objetivos de vacunación con la aportación de 50 millones de vacunas destinadas a los países en vías de desarrollo.