CEAR pide «cambiar las reglas» para que buscar refugio no sea una competición a vida o muerte
- La falta de vías legales y seguras obliga a que miles de personas tengan que enfrentarse a retos heroicos que recuerdan a las pruebas olímpicas.
Esta es una de las imágenes de la campaña “Cambia las reglas” que ha lanzado hoy la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio para recordar las increíbles “pruebas” que deben superar las personas migrantes y refugiadas para llegar a nuestro país y al resto de la Unión Europea ante la falta de vías legales y seguras.
“Ahora que el mundo mira las hazañas de los deportistas olímpicos, queremos recordar otras gestas increíbles que nunca se deberían haber producido, en disciplinas tan terribles como la natación en aguas abiertas, el salto de valla con concertina, la marcha en el desierto, o la navegación en botes hinchables en las cuales, cada día más personas se ven obligadas a jugarse la vida, debido las pruebas de obstáculos a las que les somete Europa para ofrecerles protección”, explicó la directora de la entidad, Estrella Galán.
Desde CEAR apuntan que, solo en lo que llevamos de 2021, más de 1.300 personas murieron intentando llegar a Europa, más del doble que en 2020 en estas mismas fechas. Y el año pasado se perdieron cerca de mil vidas buscando alcanzar nuestro país.
Hombre nadando. Alessio Paduano / CEAR.
“Estas son las cifras de una tragedia inaceptable, a la que parece que algunas autoridades europeas se han acostumbrado. Nosotros decimos que buscar refugio no puede seguir suponiendo una competición a vida o muerte para miles de personas que, por desgracia, no se celebra cada cuatro años, sino todos los días”, añadió Galán.
Desde CEAR animan a entrar en la web de la iniciativa y expresar el apoyo a “cambiar las reglas” y reclamar así “una política migratoria justa y valiente”, que no obligue a quienes buscan refugio en Europa a superar pruebas inhumanas cuyo único premio es no perder la vida.
Una niña refugiada iraquí que huyó de Mosul, la última gran ciudad iraquí bajo el control del grupo Estado Islámico (EI), debido a la ofensiva de las fuerzas del gobierno iraquí para retomar la ciudad, camina con un niño pequeño en la zona desértica de Rajam al-Saliba. En la frontera entre Irak y Siria al sur de al-Hol en la provincia de Hassakeh en Siria el 22 de octubre de 2016 / AFP / DELIL SOULEIMAN (Photo credit should read DELIL SOULEIMAN/AFP via Getty Images)
En este sentido, las tres propuestas que la entidad quiere hacer llegar a las autoridades españolas, con el mayor apoyo social posible, son: activar vías legales y seguras como el traslado de solicitantes de asilo desde embajadas y representaciones consulares, la concesión de visados humanitarios y la flexibilización de los requisitos de reagrupación familiar; el desembarco seguro y la posterior reubicación obligatoria y proporcional entre los países de la Unión Europea; y por último la no criminalización de la acción humanitaria en el Mediterráneo de acuerdo a las obligaciones de búsqueda y rescate que determina el derecho internacional.
En los próximos días, se podrán ver la impactante imagen de un nadador tratando de salvar su vida en la fachada de lugares tan significativos como el Museo Thyseen y el pabellón Antonio Magariños del Estudiantes en Madrid, el Ayuntamiento de Cádiz, el Centro Cívico Las Sirenas en Sevilla o la Base de La Marina de Valencia, entre otros, cuyas instituciones se han querido sumar a la campaña de este modo.
Ahmed recorre con su bici las ruinas de una vivienda junto al taller de coches de su padre en la calle Zafer Havin de Kobane, Siria. Entre 2015 esta ciudad fue destruida durante la Batalla de Kobane para expulsar al Estado Islámico que durante más de medio año tuvo el control de la ciudad y de las pocas personas que allí quedaron. Cientos de personas murieron, por los bombardeos, los coches bombas, los francotiradores, las minas y un largo ectopias de tragedias y más de 300 mil personas, en su mayoría kurdas, se vieron forzadas a huir y buscar refugio cruzando la frontera con Turquía, un país que tampoco brinda seguridad y reconoce los derechos del pueblo Kurdo.