Ernesto Ilkermn •  Actualidad •  02/10/2017

Más problemas para los freelancers

Usuarios denuncian que el Ministerio de Empleo está inspeccionando a todas las Cooperativas de Trabajo Asociado que ofrecen “facturar sin ser autónomo”.

Además de las cooperativas de trabajo asociado o de servicios están siendo investigados sus usuarios a los que están dando de alta como autónomos y convirtiéndolos en morosos por las cuotas atrasadas. Denuncian la total falta de información por parte de la Seguridad Social y de sus cooperativas, a pesar de que varios de ellos ya han recibido las notificaciones del Ministerio con las correspondientes reclamaciones económicas. Al parecer el problema radica en que esas cooperativas daban de alta a los usuarios en el Régimen General de la Seguridad Social, y ésta ahora los está pasando al de Autónomos, situación inverosímil para personas cuya actividad no genera ingresos superiores al del SMI.
 
Esta situación de inseguridad jurídica se suma a la precaria situación en la que están muchos antiguos trabajadores por cuenta ajena, obligados por sus empresas a darse de alta como autónomos o los que, acogiéndose a una reforma que reducía las cuotas durante los primeros meses, se ven ahora en la obligación de pagar la normal al margen de como vaya su actividad.
 
Con una normativa pre-constitucional (data de 1970), modificada en algún aspecto, la situación legal de los autónomos en el estado está obsoleta a pesar del uso político que muchos partidos han hecho de ellos, prometiendo cambios que nunca se llegan a materializar.
 
La opción de asociarse en cooperativas resultó una salida que a muchos freelancers les permitió continuar su actividad sin caer en la economía sumergida, ante el elevado coste que supone afrontar las cuotas de autónomos. Ahora resulta que estas cooperativas, que llevan años funcionando, se investigan desde el ministerio, resultando perjudicados no quienes las diseñaron con una atrayente publicidad, sino sus usuarios.
 
Demandan una consideración diferente de los autónomos convencionales, de forma que la legislación se adecue a su realidad laboral,  como una petición de cuota acorde a los ingresos, o una especifica para freelancers como una nueva figura, pues no tienen las mismas características que un autónomo. Por otro lado, si el legislador quisiera, podría  regular la actividad marginal,  algo que actualmente está al libre albedrío del inspector correspondiente, sin tener unos criterios objetivos ni normas aplicables en cuanto a habitualidad, ingresos…

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