Manifestación en Carabanchel en defensa de la Sanidad Pública, el 3 de octubre

Es ya un lugar común señalar el gravísimo deterioro de la sanidad pública madrileña. Un deterioro que va en aumento debido a la política de desmantelamiento continuado que ha mantenido ya desde hace años el Partido Popular al frente de la Comunidad de Madrid. Y una prueba de ello son las ya estructurales listas de espera.

Según los datos de la Consejería de Sanidad madrileña, a finales de agosto las tres listas de espera -para operarse, para una consulta externa y para la primera prueba diagnóstica- acumulaban un total de 1.029.742 personas, tras haber bajado del millón en julio después de dos meses por encima de esa cifra. Este aumento significa un incremento de 57.702 personas (un 5,93% más) respecto a julio.

Los datos revelan que los tiempos de espera han crecido en todas las listas. La demora media para una operación se ha incrementado a 65,23 días, lo que supone 10,99 días más que en julio. En el caso de las consultas externas, el tiempo de espera ha subido a 78,16 días (8,94 días más que en el mes anterior), y para una primera prueba diagnóstica la demora se sitúa en 77,23 días, un aumento de 9,43 días respecto al mes anterior.

Estas inaceptables demoras tienen efectos sobre la salud y el bienestar de miles de personas.

Y estas esperas inaceptables también se producen en la base del sistema sanitario, los centros de salud de Atención Primaria en muchos de los cuales la falta crónica de personal médico y de pediatras genera enormes demoras. Sobre todo en los de barrios de clases populares y trabajadoras en los que se está generalizando tener que esperar semanas para poder tener cita con la médica de familia o con un/a pediatra.

Es lo que ocurre ya casi de forma continua en el CS Abrantes, que atiende un área con una población de 30.000 personas que debería tener, según datos dela propia administración madrileña, 17 facultativos de familia (repartidos en el turno de mañana y de tarde) y cuatro pediatras (repartidos también en ambos turnos). Los recortes y el abandono de la Atención Primaria -la Consejería de Salud de la Comunidad no ha cubierto bajas y jubilaciones- lo han dejado desguarnecido, y el número de facultativas y facultativos puede variar cada día dependiendo de si hay alguna profesional de baja o, como ha ocurrido este verano, tomando sus merecidas vacaciones. Por ejemplo el martes 1 de octubre este ambulatorio tenía por la mañana sólo seis médicos/as y dos pediatras, y por la tarde dos médicos y dos pediatra. Insistimos: este centro de salud debería tener todos los días 17 facultativos y facultativas de familia.

No queremos normalizar ni aceptar que tengamos que esperar mes y medio para que nos atienda el o la médica de caberecera. No queremos normalizar ni aceptar que tengamos estar meses esperando una consulta preferente con el especialista para la que ni siquiera nos dan cita. Somos miles de usuarios y usuarias de la sanidad pública madrileña abandonadas por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Esta es la injusta realidad de los barrios de clases trabajadoras y populares.

Por eso, desde hace ya cuatro años, cada jueves -menos en Navidades y en los momentos más calurosos del verano-, cientos de vecinos y vecinas nos manifestamos con constancia y dignidad. Reclamamos que la administración madrileña revierta el desmantelamiento de la sanidad pública y destine inmediatamente los recursos necesarios para recomponer la tan deteriorada Atención Primaria.

Luchemos por una sanidad pública, universal y de calidad, no sólo para el barrio, sino para toda la Comunidad de Madrid. Estamos hablando de una cuestión de derechos y de salud. ¡No nos mires y únete! ¡Por ti, por el barrio!