César Pérez Navarro •  Actualidad •  02/12/2020

Arde otro asentamiento de trabajadores migrantes de Santa Paula, en Níjar

  • El incendio se originó ayer, hacia las una de la tarde en el asentamiento chabolista de Paula, entre los términos municipales de Nijar y Almería.
  • No se han registrado muertes en esta ocasión hasta donde se sabe a día de hoy, pero quienes vivían en estas lamentables condiciones han perdido lo poco que tenían.
Arde otro asentamiento de trabajadores migrantes de Santa Paula, en Níjar
En la tarde de ayer, Médicos del Mundo denunció desde redes sociales un nuevo incendio originado en el asentamiento de trabajadores migrantes de Santa Paula, en Níjar, que ha calcinado por completo todo el lugar: las infraviviviendas y la ropa, la comida y cualquier pertenencia que en ellas tuvieran guardada estas personas».

Desde la Organización No Gubernamental aclaran que «muchos de los afectados todavía no habían vuelto de trabajar en los invernaderos cuando se grababa este vídeo de nuestro equipo de Médicos del Mundo Andalucía en Almería. Todavía no sabían que se habían quedado sin nada;

«En el lugar está todo destruido, arrasado, pero afortunadamente, no hay heridos». Médicos del Mundo trabajaba ayer codo a codo junto a la Cruz Roja Española y la Fundación Cepaim «para facilitar ropa y comida a quienes lo han perdido todo en este incendio».
Según Almería Acoge, el incendio se originó hacia las 13:00 horas de ayer, y ha afectado a más de doscientas personas en el asentamiento chabolista de Paula, entre los términos municipales de Nijar y Almería. Junto a las otras dos ONGs, han aportado a los afectados mantas, comida y otros enseres básicos además de ayudarles a una reubicación temporal, tras encargarse los bomberos de sofocar el fuego.
Médicos del Mundo denuncia que «las condiciones de vida en estos asentamientos son incompatibles con la salud, con la dignidad. Simplemente, inhumanas» y añaden: «hoy no tenemos que lamentar más pérdida que la de cosas materiales, pero no deberíamos olvidar lo que ya denunció a principios de año Philip Alston, el que fuera relator de Extrema Pobreza y Derechos Humanos de las Naciones Unidas«. Como recuerda Médicos del Mundo, «Alston visitó varios lugares de España del 27 de enero al 7 de febrero, asentamientos de trabajadores del campo migrantes, entre otros, y encontró niveles aterradores de pobreza y exclusión, políticas gubernamentales que no llegan a las personas que necesitan apoyo y niveles escandalosamente altos de desigualdad”.
Alston recordó entonces cifras vergonzantes para nuestro país: «en 2018, el 26,1% de la población en España, y el 29,5 por ciento de los niños, se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social. Más del 55% experimentó algún grado de dificultad para llegar a fin de mes y el 5,4% sufrió privación material severa. La tasa de desempleo del 13,78% es más del doble de la que presenta la media de la UE, y ha sobrepasado el 30% para los menores de 25 años»; Entonces se refirió a estos asentamientos chabolistas poblados mayoritariamente por inmigrantes en condiciones de precariedad definidas por el relator con estos términos: «un barrio pobre con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados, sin agua corriente, electricidad ni saneamiento, donde los trabajadores inmigrantes llevan años viviendo sin ninguna mejora en su situación. Vecindarios de pobreza concentrada donde las familias crían niños con una grave escasez de servicios estatales, clínicas de salud, centros de empleo, seguridad, carreteras asfaltadas o incluso suministro eléctrico legal”.
Almería Acoge no duda en apuntar directamente a los responsables -no directos- de que los hechos. Son las administraciones públicas las que no resuelven las condiciones estructurales que llevan a tragedias como la ocurrida ayer en este asentamiento chabolista: «volveremos a denunciar la situación de estos asentamientos, la falta no tanto quizás de voluntad, como de determinación, para resolver este problema por parte de las administraciones más cercanas. Es difícil, cierto; pero esto no puede hacer que miremos hacia otro lado. Nos da la sensación que desde las administraciones no se quiere hacer visible esta situación, pero la realidad es imparable».
No es el primer ni será el último incendio en asentamientos precarios andaluces. En abril de este año, por poner un ejemplo de varios, otro incendio aparentemente intencionado arrasó las chabolas de más de cien trabajadores agrícolas en otro asentamiento de Palos de la Frontera (Huelva). Se trataba de un poblado de infraviviendas que ardió junto a los pinares adyacentes, arrasando unas 60 chabolas en las que malvivían entre 100 y 120 personas, también trabajadores agrícolas migrantes en su mayoría de fincas de frutos rojos. Este incendio tuvo lugar en la misma zona del fuego acontecido el 14 de diciembre de 2019, donde un joven marroquí de 23 años perdió la vida. Poco después fue detenido el presunto autor del incendio, que ingresó en prisión incondicional y sin fianza.
Según informa la Cruz Roja, en 2019 se registraron 16 incendios en asentamientos de personas inmigrantes únicamente en la provincia de Huelva que dejaron un lamentable balance de once heridos y hasta 681 personas afectadas como consecuencia del fuego, además del citado joven de 23 años fallecido.
En julio, un asentamiento de chabolas en la localidad onubense de Lepe, otra vez ocupado mayoritariamente por trabajadoras migrantes, tuvieron que ser evacuadas por los servicios de emergencia dada la peligrosidad del fuego. Era el tercer incendio en solo cinco días que sufrían estas 70 chabolas ocupadas por unas 400 personas, tras los ocurridos en Lucena del Puerto y también Lepe, que dejaron otros 120 temporeros damnificados.

migrantes /