Superado el episodio de contaminación, son necesarias medidas estructurales sobre el tráfico
- Ecologistas en Acción valora muy negativamente la actuación de la mayor parte de las autoridades durante el episodio de contaminación que se inició el pasado 18 de febrero.
- La organización considera que la calidad del aire no puede depender de la meteorología, por lo que urge a elaborar planes de actuación y a poner en marcha medidas estructurales que mejoren esta situación.
Tras dos semanas de episodio de contaminación por partículas, este fin de semana los niveles han caído por debajo del límite legal y la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la mayor parte de las ciudades españolas. La polución del aire nos da un respiro, al menos hasta que llegue el próximo anticiclón.
La actuación municipal ha sido deplorable en una gran mayoría de ciudades españolas, que como ya sucediera en el episodio de noviembre de 2017 han optado por esperar al viento y la lluvia y no hacer nada para proteger a su vecindario. Solo pueden valorarse en positivo las actuaciones del Principado de Asturias en las ciudades de Avilés, Gijón y Oviedo y de los ayuntamientos de Madrid y Valladolid, los únicos que han adoptado restricciones al tráfico, así como las limitaciones en la operativa de algunos puertos urbanos como el de Alicante.
En contraste, la Generalitat de Catalunya ha tardado una semana en declarar el episodio, sin ninguna medida práctica para reducir las emisiones contaminantes, mientras ayuntamientos como los de Sevilla y Valencia no han puesto en marcha sus protocolos de actuación, ni siquiera en el nivel informativo aplicado en Murcia. El resto de administraciones locales carecen en la actualidad de planes de acción frente a episodios, pese a que la ley de calidad del aire obliga a elaborarlos desde el año 2007 en las ciudades de más de 100.000 habitantes.
No obstante, el problema de fondo es que las situaciones anticiclónicas son recurrentes en invierno y disparan los niveles de partículas y dióxido de nitrógeno, mientras en primavera y verano las cada vez más frecuentes y prolongadas olas de calor hacen lo propio con el ozono, contaminante cuyo objetivo legal para la protección de la salud se supera en buena parte del territorio español sin que las autoridades hayan elaborado los planes obligados para reducirlo.
Por ello, limitar unos días al año las emisiones de contaminantes procedentes del tráfico, la industria o los edificios no es solución, cuando el resto del año se sigue ensuciando el aire de la ciudad y trasladando la contaminación a su entorno rural, dañando la salud humana, los cultivos y los bosques, y alterando el clima a una escala planetaria, al tiempo que dilapidamos unos combustibles fósiles escasos y no renovables, que además debemos importar.
Desde hace décadas, muchas ciudades del centro y norte de Europa, pero también de países del sur como Italia y más recientemente en España (Pontevedra o Vitoria), están adoptando medidas permanentes de limitación de la circulación de automóviles en sus centros urbanos, restringida a residentes, transporte público, carga y descarga y emergencias. Estas medidas están resultando muy positivas para la salubridad y la seguridad, beneficiando en primer lugar a las personas residentes y a las actividades económicas del centro, y por ende al conjunto de la ciudad.
Ecologistas en Acción considera que ha llegado el momento de adoptar esas medidas también en las ciudades españolas, convirtiendo en permanentes las restricciones a la circulación de vehículos aplicadas en algunas los días de alta contaminación, y reduciendo la velocidad de manera estable a 30 kilómetros por hora, en el centro y los barrios. La habilitación de carriles bus en las vías de acceso a las grandes ciudades y el refuerzo del transporte colectivo, aplicando fondos públicos desviados de la construcción de infraestructuras innecesarias como autopistas y autovías, facilitaría la movilidad sostenible de las poblaciones metropolitanas.
La organización ambiental reclama a todos los ayuntamientos que se comprometan a aprobar y ejecutar de manera urgente planes de calidad de aire y movilidad sostenible que reduzcan drásticamente el número de automóviles y la velocidad a la que circulan por la ciudad, única solución real para la contaminación atmosférica y acústica, los accidentes de tráfico y la abusiva ocupación del espacio público por el automóvil privado, promoviendo medios de transporte alternativos como el autobús eléctrico, la bicicleta e itinerarios peatonales seguros.
La contaminación atmosférica por partículas fue responsable en 2015 de casi 28.000 muertes prematuras en España, según el último informe sobre la calidad del aire publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, citando estudios de la OMS. El Instituto de Salud Carlos III ha estimado en casi 3.000 las muertes anuales producidas por la exposición a corto plazo a partículas en la veintena de ciudades españolas donde se ha encontrado una asociación significativa entre contaminación y mortalidad.