Reclaman una participación real en la restauración de ecosistemas
- Este año el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en la restauración de las tierras y detener la desertificación.
- La restauración de la naturaleza no puede hacerse de espaldas a los territorios y la ciudadanía, por este motivo la organización reivindica la restauración comunitaria de ecosistemas.
- Amigos de la Tierra presenta el informe, “Hacia la restauración de ecosistemas sostenida por la comunidad”, en el que dan las claves para incluir la participación en este tipo de procesos.
- La organización alerta sobre la necesidad de multiplicar los esfuerzos de restauración para evitar la crisis de biodiversidad y hacer frente a la crisis climática.
Madrid, 4 de junio de 2024. Mañana, 5 de junio, Día Mundial Mundial del Medio Ambiente, centrado en la restauración de tierras, Amigos de la Tierra reivindica la importancia de la participación de las comunidades locales en los proyectos de restauración a través de la restauración comunitaria de ecosistemas.
La organización ecologista publica el informe, «Hacia la restauración de ecosistemas sostenida por la comunidad», elaborado junto a la Fundación Entretantos, en el que analiza diferentes procesos de participación en la restauración de espacios y plantea una guía práctica para todas aquellas comunidades que quieran llevar a cabo una gestión del territorio basada en procesos comunitarios.
Ambas organizaciones coinciden en la importancia de integrar la participación ciudadana en todas las fases de los proyectos de restauración desde su diagnóstico hasta su ejecución, a lo que llaman restauración comunitaria de ecosistemas. Así, destacan el valor añadido que supone contar con las personas habitantes del territorio para ampliar los objetivos de la restauración y alcanzar un objetivo mayor que permita recuperar el uso común de los recursos naturales.
El deterioro de ecosistemas está determinado por las múltiples crisis ecosociales que afectan a la humanidad, tanto la crisis de biodiversidad, como la climática son resultado y causa de esta situación. El modelo de producción y consumo basado en energía fósil barata ha ocasionado una transformación de espacios naturales sin precedentes, con prácticamente un 75 % de los suelos en proceso de degradación.
La situación ecológica actual es tan grave que ya se acepta en la comunidad científica el término “extinción masiva”. La tasa de extinción de especies es aproximadamente 1.000 veces más rápida de la que se daría de forma natural. Más del 85 % de los humedales se han perdido y sólo una tercera parte de los ríos permanecen intactos.
Tras décadas de abuso, la comunidad internacional está de acuerdo en la necesidad no sólo de conservar los ecosistemas sino también de poner en práctica la restauración de los mismos. De esta forma la ONU ha declarado está década el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030). La renaturalización de ecosistemas mejorará el estado de la naturaleza y a la vez permitirá la generación de resiliencia ante fenómenos derivados del cambio climático como las inundaciones o las olas de calor.
“En el proceso de restablecer un ecosistema dañado, más allá de la mirada basada en la biología y la ecología, es imprescindible tener en cuenta las dinámicas poblacionales y socioeconómicas para tener éxito en los procesos de restauración. Cualquier proyecto de implantación territorial necesita de la aprobación de sus habitantes, pero también de su participación directa. Las comunidades locales pueden ser también las impulsoras y sostenedoras del proceso restaurativo y decidir sobre el mismo”, ha señalado Miguel Díaz-Carro, responsable de Biodiversidad y Territorio en Amigos de la Tierra.
Amigos de la Tierra hace hincapié en el gran reto que supone una restauración realmente participativa. La organización señala que debería incluir una mejora y ampliación de los cauces de participación en proyectos públicos, así como favorecer la restauración comunitaria de ecosistemas para que la ciudadanía se implique en los mismos. Entre las propuestas enumeradas destacan la contratación de personal vinculado a la facilitación y la mediación, la asignación adecuada de recursos a la participación en los proyectos y el reconocimiento de la existencia de comunidades organizadas con el establecimiento de marcos de participación público-comunitaria que permitan una interlocución adecuada.