CCOO subraya las debilidades de la recuperación económica
El paro registrado se ha reducido en 124.349 personas, siguiendo el patrón habitual de la economía española por el que, con la llegada de la primavera, entra en una fase de estacionalidad positiva vinculada a determinadas actividades. Ahora bien, este dato de junio de 2016 es muy similar al del mismo mes de los tres años anteriores, lo que demuestra las debilidades de la recuperación y la enorme dependencia de la economía española de las actividades turísticas, estacionales y de temporada.
El deterioro de la calidad del empleo está detrás de un dato que puede resultar sorprendente: aunque el paro registrado cae en 124.394 personas, el número de las inscritas como demandantes de empleo en las oficinas del SEPE solo se redujo en 26.251. ¿Cómo se explica esta enorme diferencia? Según el SEPE, el número de personas con trabajo pero que buscan otro mejor aumentó en casi 80.000 y en casi 20.000 el de desempleados que están en cursos de formación u otras situaciones que limitan su disponibilidad para aceptar un empleo. Estos colectivos dejan de ser considerados parados registrados y eso es lo que explica una buena parte de la reducción de junio.
En todo caso, con los datos de junio en las oficinas del SEPE hay 5.108.424 personas demandando un empleo o un mejor empleo, de las cuales 839.388 se consideran ocupadas y 501.982 están en otras situaciones de no disponibilidad que las excluyen de la cifra final de paro registrado.
Para CCOO, estos datos desmienten el discurso triunfalista del Gobierno en funciones: la realidad de las cifras demuestra que no hay un cambio estructural de la economía y del empleo y seguimos sufriendo los efectos coyunturales que caracterizan la estructura productiva del país, poniéndose en duda la solidez a medio plazo de los incrementos de la afiliación a la Seguridad Social y la rebaja del paro.
España sigue encadenada a un modelo productivo basado en los servicios de bajo valor, con un peso muy bajo y decreciente de las actividades industriales, lo que nos condena a un empleo precario en lo contractual y de bajos salarios, con muchas fluctuaciones estacionales e insuficiente para dar una oportunidad de empleo a la gente. El empleo que se crea, además, es precario: temporal y a tiempo parcial, lo que, sumado a la devaluación salarial fomentada por la reforma laboral, hace que encontrar un trabajo sea cada vez menos una garantía para poder llevar una vida independiente o salir de la pobreza. Por tanto, es necesario mejorar el poder de compra de los salarios para impulsar la demanda interna y conseguir un aumento vigoroso del empleo y una rebaja rápida del paro.
CCOO considera imprescindible que el nuevo gobierno lleve a cabo una política económica que fomente el cambio estructural del aparato productivo, que promueva el uso eficiente de los recursos públicos en todos los niveles de la Administración y que ayude a recuperar la demanda interna. El objetivo debe ser sacar la economía española de su patrón tradicional de crecimiento de bajo valor añadido, sin industria, empleo inestable y salarios bajos. Para ello hace falta aumentar suficientemente la inversión pública y reorientarla hacia la mejora de la calidad y el contenido tecnológico de las empresas.
Por otro lado, la tasa de cobertura al desempleo está en su mínimo histórico (el 52,9%) y las prestaciones contributivas solo representan el 38% del total, por lo que es urgente mejorar la protección a las personas en desempleo e implantar una renta mínima en el conjunto del Estado, como la contemplada en la iniciativa legislativa popular puesta en marcha por CCOO y UGT, con la finalidad de proteger a muchas personas que hoy están excluidas de cualquier tipo de prestación.