Oskar Matute responde a Garamendi citando correctamente a Bertolt Brecht: «por qué no queréis pagar… leemos que os hacéis cada día más ricos»

«Primero los judíos, luego fueron los comunistas y luego me tocó a mí». El presidente de la patronal CEOE recurrió el pasado 22 de junio a esta cita para oponerse al anuncio del Gobierno de aumentar los impuestos a las empresas energéticas en un momento en el que están obteniendo enormes beneficios. Una cita que Antonio Garamendi atribuyó a Bertolt Brecht aunque en realidad se corresponden con un sermón del pastor luterano alemán Martin Niemöller. El diputado de EH Bildu, Oskar Matute, corrigió la semana pasada estas palabras al término de una intervención en el Congreso en la que denunció los perjuicios de la escalada de la inflación y la subida de los carburantes: «Nos proponen un pacto de rentas: una contención de los salarios, hablando claro. ¿Por qué no nos planteamos una contención de los beneficios de las grandes eléctricas? Sigan la estela de Italia, y graben fiscalmente desde ya los beneficios de las eléctricas pese a los intentos de boicoteo de Iberdrola, Endesa y EDP. ¿Para qué esperar hasta 2023 si han multiplicado sus beneficios por tres en el último año?».

El diputado de EH Bildu había iniciado esta alocución citando a José Luis Sampedro -«hay dos clases de economistas, los que quieren hacer más ricos a los ricos, y los que quieren hacer menos pobres a los pobres«-, para ofrecer datos que dejan claro que en esa pulsión que trata de satisfacer las necesidades de ambas clases sociales, el Gobierno está «fracasando». Y es que según la última Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el INE, en 2019, las personas en riesgo de pobreza eran el 25,3% del total, un millón menos, pero en 2021, ese porcentaje ha aumentado al 27,8% (27% en 2020), es decir, más de 13 millones de españoles. El riesgo de pobreza, como el índice de Gini, es un indicador relativo que mide desigualdad, no la pobreza absoluta, sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población. Así, el aumento de número de ricos en España -2021 elevó la cifra a 246.500 titulares de grandes fortunas, un 4,4% más con respecto al año anterior- también influye en ese valor.

Asimismo, Matute  mencionó los más de 3 millones de personas con carencia severa entre esas personas en riesgo de pobreza, y cómo la pobreza energética, de la mano de los beneficios de las grandes empresas eléctricas, contribuye a esta situación. El parlamentario puso el acento en la falta de valentía del Gobierno para enfrentarse al oligopolio y fijando como objetivo esos beneficios extraordinarios: «Su intento de conciliar a ricos y pobres no ha surtido efecto. Pese a los esfuerzos, los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres. La excepción Ibérica para topar el precio del gas es como tapar el sol con un dedo: hay que intervenir el mercado. O gobiernan para la gente y se libran del chantaje de las eléctricas o acabarán sucumbiendo a ellas».

También advirtió que «la subida de precios y la carestía de la vida ha sido, históricamente, una de las principales causas de protesta y levantamiento popular […] Nada agita más a las masas que un encarecimiento de la vida de manera continúa«, apelando a que, si no existe voluntad política, el Gobierno podría acometer esta raíz por una mera «cuestión de pervivencia». Ha reglón seguido, cuestionó el llamado «mercado libre» y unas «normas de conveniencia» en las grandes empresas de diferentes sectores, desde el oligopolio eléctrico a los bancos. Las tres grandes eléctricas del país, Endesa, Iberdrola y Naturgy cerraron 2021 con unos beneficios de 6.551 millones de euros netos en total, lo que supone un 40% más que en 2020, según datos de la CNMV para cada empresa.

«Las empresas públicas españolas pesan el 1,9% del PIB», un porcentaje ridículo al lado del peso del sector público en Europa, siguió Matute, para apuntar a la intervención del mercado o a gravar a las grandes empresas eléctricas como medidas correctoras de esta desigualdad.

Y recordó como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen apuntó a principios de junio que el gas, la fuente de energía más cara actualmente, «define todo el precio» en un sistema que «ya no funciona», ya que se diseñó «hace 20 años» cuando las fuentes renovables empezaban a entrar en el «mix». Sin embargo, las renovables son hoy las fuentes «más eficientes y baratas», pero el gas más caro sigue definiendo el precio de la electricidad. España, Francia, Italia, Grecia, Rumanía o Portugal son los países que apuestan por una reforma del mercado eléctrico en la Unión Europea, en contra del criterio de Alemania, Países Bajos y otros siete países. España y Portugal arrancaron de la UE la llamada «excepción ibérica», que permite a ambos países limitar el precio del gas en el mercado mayorista de la península topándolo en una media de 50 euros por megavatio hora (MWh) por un periodo de un año.