CGT celebra que los juzgados reconozcan que la actividad económica practicada por Deliveroo sea un fraude laboral
CGT había denunciado ante la Inspección de Trabajo en Madrid una “falsa relación libre y autónoma de quienes prestan estos servicios para Deliveroo”.
La Confederación General del Trabajo (CGT) se ha mostrado satisfecha por la primera sentencia del Juzgado de lo Social nº 6 de Valencia en la que se asume la postura del sindicato en relación a las empresas que como Deliveroo, violan sistemáticamente los derechos laborales y sociales de sus trabajadores y trabajadoras.
En este sentido, la organización anarcosindicalista ha trasladado a través de un comunicado la idea de que la mal llamada “economía colaborativa”, practicada por estas empresas, no es otra que cosa que un fraude porque convierte a los trabajadores y a las trabajadoras en falsos autónomos.
Según la CGT, en este sistema quien detenta la propiedad de las herramientas es el propio empresario que es también quien domina toda la cadena del proceso, fijando las reglas de uso y sin asumir los riesgos que puedan derivarse de cualquier actividad empresarial. El empresario obtiene grandes beneficios a costa de la explotación de las personas trabajadoras y con la complicidad indirecta de la ciudadanía, que “colabora” consumiendo este tipo de productos y servicios.
CGT subraya que en estos mercados, basados en la autorregulación, se consigue que la ley de la oferta y la demanda sea la que encauce las relaciones laborales. Los derechos mínimos (salarios, horarios, vacaciones, etc.) desaparecen, constituyéndose una relación desigual, nunca una relación laboral, en la que la persona trabajadora deja de tener ninguna capacidad de negociación.
CGT considera que estas formas de producir y distribuir no pueden considerarse “economía colaborativa” principalmente porque las trabajadoras y los trabajadores son quienes asumen todos los riesgos inherentes al hecho de trabajar.
Desde CGT se continuará trabajando y luchando para lograr una verdadera economía social, solidaria y no competitiva en la que la explotación de quienes tienen que ganarse la vida no sea el pilar de los beneficios de los grandes empresarios y el sustento del capitalismo.
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