Redacción •  Actualidad •  05/07/2019

Ecologistas en Acción y Greenpeace presentan un recurso contra la moratoria de Madrid Central

  • Tras reunirse hoy con el alcalde de Madrid, ambas organizaciones han decidido dar este paso, al conocer que el Ayuntamiento seguirá permitiendo el acceso libre al centro.
  • Aunque Martínez-Almeida ha anunciado que no revertirá Madrid Central, la decisión de permitir el tráfico libre en el centro los próximos meses supone un perjuicio para la salud pública, más aún en época de altas temperaturas y escasas precipitaciones.
Ecologistas en Acción y Greenpeace presentan un recurso contra la moratoria de Madrid Central
Greenpeace y Ecologistas en Acción, integrados en la Plataforma en Defensa de Madrid Central, presentan mañana un recurso contencioso-administrativo contra el decreto, aprobado a finales de junio por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, que, sin pasar por el pleno, aprobaba unilateralmente una moratoria para permitir, desde este pasado lunes, acceder libremente al centro de la capital a cualquier vehículo contaminante.
 
Ambas organizaciones consideran que la moratoria aprobada es un paso atrás en la lucha contra la contaminación, pues su aplicación desactiva ‘de facto’ el funcionamiento de Madrid Central. La zona de bajas emisiones había conseguido rebajar los niveles de polución a mínimos históricos a partir de la aplicación, a mediados de marzo, de sanciones a los vehículos infractores.

Hoy jueves, representantes de Ecologistas en Acción y Greenpeace han mantenido, junto a otros representantes de la Plataforma en Defensa de Madrid Central, una reunión con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, con el fin de conocer los planes para la zona de bajas emisiones. Pese a que, desde el Ayuntamiento, se han comprometido a «no revertir Madrid Central», el consistorio insiste en mantener la moratoria hasta, al menos, el 1 de octubre. Por este motivo se ha decidido presentar el recurso, con el fin de evitar un perjuicio adicional a la salud pública durante dicho periodo. Además, previsiblemente no será un Madrid Central como el que hemos conocido y que se ha mostrado muy eficaz para reducir la contaminación, sino uno mucho menos ambicioso. 
 
Decenas de miles de personas, se manifestaron el pasado fin de semana para pedir al alcalde respetar Madrid Central en la forma en la que estaba, como medida necesaria para reducir la contaminación de los coches que, cabe recordar, cada año se cobra la vida de casi 40.000 personas en nuestro país. 
 
La propia Ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, manifestaba ayer públicamente que la Comisión Europea cree que revertir Madrid Central es «una provocación y crea desconfianza en las autoridades europeas”.

Ecologistas en Acción basa su recurso contencioso administrativo en los siguientes argumentos:

1. La ciudad de Madrid no ha cumplido nunca los valores máximos fijados por la legislación europea y española para el dióxido de nitrógeno desde que estos límites están vigentes, en 2010 (tampoco antes, pero previamente no eran exigibles por ley).

2. Madrid Central es una parte muy relevante de un plan mucho más ambicioso, el Plan A, que no solo persigue reducir la contaminación del aire por debajo de los topes legales, sino rebajar las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático. En ambos objetivos se habían conseguido importantes avances, según muestran los estudios de la Universidad Politécnica, así como el seguimiento de datos de contaminación que ha realizado Ecologistas en Acción. Así, por ejemplo, los valores medios de toda la red de medición de la contaminación (24 estaciones) para el dióxido de nitrógeno durante el segundo trimestre del año han sido los más bajos desde que hay registros, 25 microgramos de contaminante por metro cúbico de aire de media entre abril y junio, cuando la normativa dice que no se deben superar los 40.

3. La suspensión de las multas aprobada en Junta de Gobierno desactiva y priva de toda eficacia la regulación y limitación del tráfico viario en el ámbito de Madrid Central. Y la capacidad de coerción que suponen las multas es uno de los elementos mínimos para garantizar el cumplimiento de cualquier norma jurídica. Imaginemos qué pasaría si nos dijeran que, por deficiencias en algún trámite fiscal por ejemplo, se suspenden todas las sanciones a quien no presente sus declaraciones a Hacienda, aun estando en vigor toda la legislación fiscal (como lo está Madrid Central).
4. La suspensión de facto de Madrid Central puede acarrear una importantísima sanción europea, al reactivarse el procedimiento de infracción paralizado gracias a su implantación.

5. El acuerdo de la Junta de Gobierno se apoya en un artículo de la Ordenanza de Movilidad Sostenible, el 247, que en ningún caso da soporte a esta medida de moratoria de multas. Al contrario, reza el recurso, se trata de «un mero subterfugio o excusa para suspender de facto la eficacia de las normas reguladoras de la Zona de Bajas Emisiones de Madrid Central». Efectivamente, ese artículo se diseñó para dar un margen de tiempo a la ciudadanía para que conociese el funcionamiento de esta medida en su inicio e implantación, pero en absoluto tiene la entidad como para justificar la suspensión de las multas.

Por otra parte, Ecologistas en Acción expresa su temor a que esta moratoria de multas se dilate mucho más en el tiempo de lo que en principio se aprobó, hasta el 30 de septiembre. Así lo hace sospechar la contradicción en la que incurrieron los responsables municipales en la reunión con la Plataforma en Defensa de Madrid Central de ayer. El alcalde y vicealcaldesa se comprometieron a que el 1 de octubre se reinstaurarían las sanciones, con un Madrid Central reformado. Pero el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, también presente en la reunión, declaró con posterioridad que eso no era ningún compromiso.

En definitiva, que si los juzgados no aprueban pronto una paralización cautelar, muy probablemente todas las personas que viven en Madrid padecerán un incremento de la contaminación provocado por la irresponsable actuación del Gobierno municipal madrileño durante un buen periodo de tiempo. Y, probablemente, además se les multará por ello.


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