Redacción •  Actualidad •  06/02/2017

Greenpeace se suma a las protestas contra la central nuclear de Almaraz de mañana sábado en Lisboa

• La intención de ampliar la vida de la central de Almaraz ha suscitado una gran oposición en el país vecino .

Greenpeace se suma a las protestas contra la central nuclear de Almaraz de mañana sábado en Lisboa

Greenpeace se suma a las protestas contra la central nuclear de Almaraz que se están extendiendo en Portugal y participá mañana sábado día 3 en la Conferencia Antinuclear organizada por el Movimiento Ibérico Antinuclear, donde presentará el informe El inevitable cierre de las centrales nucleares españolas: una oportunidad económica y social.

Asimismo, la organización ecologista participó en la concentración pacífica frente al Consulado de España para pedir que no se amplíe la vida de Almaraz y exigir la participación de Portugal en la decisión de la construcción del Almacén Temporal Individualizado de esta planta atómica.

El permiso del Gobierno español para que la central de Almaraz construya un almacén de residuos nucleares, ha suscitado un gran rechazo en Portugal, ya que esta instalación se encuentra a escasos 100 km de la frontera y esta planta es vista como un peligro para la seguridad y el medio ambiente de la ciudadanía portuguesa.

El Gobierno español no solo ignora a la sociedad civil española para ampliar la vida de las centrales nucleares, sino que también pretende ignorar el derecho de un Estado fronterizo como es Portugal”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.

El nuevo almacén de residuos permitiría a Almaraz prolongar su actividad después de cumplir los 40 años de vida operativa en 2020, cuando caduque su actual licencia de explotación, pero tanto el actual Gobierno del Partido Popular, como los propietarios de Almaraz, (Iberdrola (52,7%), Endesa (36,0%) y Gas Natural Fenosa (11,3%), pretenden ampliar su vida útil.

Greenpeace recuerda que el derecho internacional permite que el Estado portugués sea escuchado en este tema, ya que el Convenio de Espoo permite a otro Estado exigir una evaluación del impacto medioambiental de proyecto transfronterizo y la participación pública. En concreto, existen ya precedentes de casos similares respecto a plantas nucleares en otros países.

Espoo no sólo permite a Portugal participar en las decisiones sobre Almaraz, también se puede incluir a Garoña, la nuclear más vieja que la Unión Europea, que el Gobierno español está a punto de reabrir en estos días”.  Ha concluido Montón


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