CGT considera que los datos del SEPE sobre el empleo de 2019 reflejan la complicada realidad a la que llevan enfrentándose años las personas trabajadoras
CGT: "la mercantilización del trabajo ha incidido directamente en la calidad de los bienes y servicios que se prestan en la sociedad, debido a que solo priman los costes de producción".
Según la Confederación General del Trabajo (CGT), el actual modelo productivo se ha estructurado sobre la precariedad, la rotatividad de los trabajos, la temporalidad y el llamado “empleo huésped”, que solo genera miseria, miedo, incertidumbre y sumisión en los trabajadores y la trabajadoras. Esto se ha conseguido gracias a la aplicación sistemática de leyes laborales y antisociales desde los años 90 del siglo XX, encaminadas contra la mayoría social y las clases asalariadas con el beneplácito de gobiernos de todos los colores e instituciones llamadas democráticas.
La organización anarcosindicalista explica que el empleo creado en el último año ha sido mínimo, es decir, para 100 puestos de trabajo se realizaron 122 contratos. Esto se refleja también en otros datos como que se han realizado 22,5 millones de contratos en el 2019, de los cuales solamente el 10% han sido indefinidos. Más del 27% de todos los contratos tuvieron una duración de siete días y hasta un 45% de todos ellos de un mes o menos. El mayor peso de los contratos a tiempo parcial llega hasta un 36% como consecuencia de la reforma laboral del 2012, supone un tercio de todos los contratos temporales realizados y casi el 41% de los contratos indefinidos.
Por otro lado, desde CGT también indican que la mercantilización del trabajo ha incidido directamente en la calidad de los bienes y servicios que se prestan en la sociedad, debido a que solo priman los costes de producción. Esto también ha tenido otra consecuencia muy grave que ha sido la paulatina deshumanización de las personas trabajadoras, cada vez más despojadas de sus derechos fundamentales en un mercado laboral muy duro.
CGT continúa apostando por la organización y la movilización de las personas trabajadoras en sus centros de trabajo y en las calles como única alternativa de cambio del actual estado de malestar, desigualdad e injusticia social y climática por el que atraviesa nuestra sociedad.