CCOO Y UGT consideran inasumible la propuesta salarial de la patronal de prensa no diaria
- Tras más de un año de negociación, el convenio colectivo de prensa no diaria (revistas) parece haber llegado a un punto de bloqueo ante la precaria propuesta de incremento salarial de la parte empresarial.
Desde comienzos del año 2021, CCOO y UGT y las patronales ARI y CLABE han mantenido numerosas reuniones para llegar a un acuerdo que regule las condiciones de trabajo. El sector necesita un convenio actualizado, que se ajuste a la realidad de la prensa no diaria y mejore la situación laboral de las plantillas de los medios de comunicación adscritos a las patronales ARI y CLABE.
La representación sindical presentó entonces una plataforma de convenio que permitiera recuperar parte de los derechos perdidos, a cambio de la permanencia de los salarios en niveles similares a los establecidos por el convenio anterior. Frente a su reivindicación, la patronal contraatacó con una propuesta que acercaba el texto del convenio al Estatuto de los Trabajadores.
La negociación se ha ralentizado en los últimos meses y hoy se encuentra en una situación crítica. El 3 de mayo se atendió a la última propuesta empresarial, que presentaba algunas líneas de actuación inasumibles por la parte social. Se plantea incrementar la jornada semanal en una hora, pero trabajando de lunes a domingo (sin contemplar la compensación económica de los fines de semana o festivos), con una distribución irregular de la jornada, eliminando además la jornada intensiva de verano.
A cambio, la propuesta de salarios de ARI y CLABE se basa en una congelación salarial para 2021 y unas exiguas subidas para 2022, 2023 y 2024, con una horquilla entre el 0,5 % (para los niveles más altos) y entre el 1,5 % – 2,5 % en los niveles intermedios, subidas solo para los salarios base, con la práctica congelación del resto de complementos del convenio.
CCOO y UGT han presentado una propuesta salarial que oscila entre el 1,5 % (para los niveles más altos) y el 3 % (para niveles medios-bajos), sobre todos los conceptos de la nómina, así como pasar de 37 horas a la semana a una jornada de 36 horas, manteniendo el trabajo de lunes a viernes como estipula el convenio en la actualidad.
Es obvio que las posiciones de ambas partes distan mucho de un acuerdo. Para la bancada sindical, es clave ofrecer una mejora salarial, aunque sea moderada, al personal que gane menos de 50.000 € anuales (se ha propuesto que la compensación y absorción opere a partir de esa cifra). La plantilla más desfavorecida está ahogada tras una contención salarial prolongada durante más de diez años, que le ha hecho perder un 11 % de su poder adquisitivo, además del esfuerzo de incrementar la jornada laboral de 36 a 37 horas laborales (sin subida salarial) para colaborar en la salida de la crisis que se introdujo en la última modificación del Convenio que tenemos aún vigente.
La parte social no pide, como sería de recibo, una actualización de los salarios acorde al desbocado IPC que tenemos, sino que ha realizado un gran esfuerzo de contención para presentar una propuesta ajustada a la realidad social y económica que vive el sector y el país. Además, es consciente de las dificultades que soportan las empresas, aunque alza la voz para defender el encarecimiento del nivel de vida que soportan las personas trabajadoras después de más de una década de congelación salarial.
Si la representación empresarial sigue manteniendo sus propuestas de precariedad para este sector, la parte social abogará por una solución pacífica y solicitará la mediación del SIMA (Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje) para que esta fundación tutelada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social proceda a las actuaciones que estime oportunas.
De no alcanzarse un acuerdo, la representación legal de las personas trabajadoras no descarta convocar movilizaciones en el sector.