PACMA propone que todos los comedores escolares estén obligados a ofertar, al menos, un menú vegano

Desde el Partido Animalista PACMA proponen que en todos los comedores escolares se oferte, al menos, una opción de menú elaborado sin ingredientes de origen animal, a la que puedan acogerse tanto los jóvenes, niños y niñas vegetarianos y veganos, como otros jóvenes, niños y niñas que no consumen alimentos procedentes de determinadas especies animales por motivos religiosos. Han sido sus aportaciones al Proyecto del Real Decreto por el que se establecen normas de desarrollo para la seguridad alimentaria y la nutrición.

Cada día son más personas, y, entre ellas, muchos jóvenes, niños y niñas, las que deciden alimentarse de una manera más ética, saludable y sostenible, siguiendo una dieta vegetariana o vegana. Muestra de este cambio social es que en países tan cercanos como Portugal, se haya establecido por Ley la obligatoriedad de ofrecer menús vegetarianos y veganos en todos los establecimientos públicos.

«En España no contamos con estadísticas oficiales y actualizadas sobre el número de seguidores de estas dietas. La referencia más reciente es la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española de 2011, en la cual se recogía que un 1,5% de la población española seguía una dieta vegetariana, pero un informe posterior, realizado por la consultora Lantern en 2017, denominado The Green Revolution, exponía que hace un lustro ese porcentaje ya era de un 7,8%. De este, un 57% afirmaba ser vegetariano por razones éticas y animalistas, un 21% por sostenibilidad y un 17% por motivos de salud», afirman desde PACMA.

Muchas personas deciden seguir este tipo de alimentación también por razones ecológicas, dado que la producción de alimentos de origen animal, especialmente de la carne y la leche, es una de las principales causas de contaminación ambiental según el último informe del Ministerio de Consumo. Esto es debido, por un lado, a la enorme cantidad de terrenos destinados a la cría de los animales y a la producción agraria de los piensos y alimentos vegetales para suministrarles. A ello hay que sumar la generación de los residuos fecales de los propios animales explotados y los gases que estos producen, como el metano, altamente contaminante y de efecto invernadero.

Todos estos problemas medioambientales derivados de la producción ganadera han sido destacados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), en el informe “La larga sombra del ganado”, que concluía que “a nivel global es una de las mayores fuentes de gases efecto invernadero y uno de los causantes principales de la pérdidas de biodiversidad, mientras que en los países desarrollados y emergentes es quizá la principal fuente de contaminación del agua”.

«Una norma mediante la cual se van a desarrollar determinados preceptos de la Ley que regula la seguridad alimentaria y nutrición, con la finalidad de fomentar una alimentación más saludable y sostenible en los centros educativos, debe, sin duda, prever la inclusión de una oferta de menú elaborado sin ingredientes de origen animal«, explica la formación política.

Respecto a los motivos éticos y animalistas y los fundamentos constitucionales, la Constitución consagra, en el primer apartado de su artículo 16, los derechos a la libertad ideológica y religiosa. Estos fundamentales implican el derecho de toda persona a conformar y a mantener sus propias convicciones, a manifestarlas externamente y a comportarse de acuerdo con las prescripciones de su código axiológico. Las convicciones personales se encuadran dentro de la libertad de conciencia y, en consecuencia, están amparadas en el artículo 16.1 de la Constitución, adquiriendo rango de derecho fundamental.

En el ámbito educativo, tanto por el artículo 2 del Protocolo Adicional al Convenio para la Protección de los Derechos Fundamentales y de las Libertades Fundamentales como por la Constitución, se reconoce el derecho que ostentan los padres para escoger una enseñanza de acuerdo a sus convicciones religiosas y filosóficas. La educación que se imparte en los centros educativos incluye, lógicamente, a los comedores escolares.

En la Guía de comedores escolares del programa Perseo se contempla la existencia de diversos menús de necesidades especiales por motivos étnicos y religiosos, pero no se hace referencia alguna a menús vegetarianos o veganos, en base a una alimentación por convicciones personales.

«Los centros educativos tienen plena autonomía para gestionar el funcionamiento de sus instalaciones, ostentando los consejos escolares un gran peso en la decisión de la admisión de los menús especiales. Todo ello se traduce en una heterogeneidad, desigualdad e indefensión para las familias que ostentan dichas convicciones personales, y que podrán o no manifestar y practicar, en función de la Comunidad Autónoma en la que residan. La solución a esta problemática social pasa, necesariamente, por una regulación de ámbito estatal».