Un fallo provoca una nueva parada en la central nuclear de Cofrentes
· La nueva parada del reactor de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) se debe a las malas prácticas de los propietarios de la central durante la recarga.
· La causa de la avería ha sido una fuga de los accionadores hidráulicos de las barras de control, fundamentales para el control de la reacción nuclear.
Estas fugas se han producido porque no se apretaron correctamente los tornillos de cierre de los accionadores durante la anterior parada para recarga. Se aplicó un par de apriete erróneo en las operaciones de mantenimiento, dando muestras de un erróneo control de calidad en las operaciones que se realizan en Cofrentes. Esta avería se suma a la rotura de una de las válvulas del sistema de refrigeración del núcleo que se produjo por la imprudencia de los propietarios que se empeñaron en poner en marcha la central, a pesar de que había pruebas de que la válvula funcionaba mal. Los caudales a través de dos válvulas idénticas eran diferentes. La reparación de esta válvula alargó la parada de la central. Finalmente, Cofrentes volvió a entrar en funcionamiento el pasado 10 de diciembre sin que quedara clara la causa del fallo de la válvula.
Cofrentes tiene un historial de problemas con estos elevadores hidráulicos. En 2007 la central tuvo que sustituir, en varias fases, todos estos sistemas hidráulicos por un problema de corrosión, que se calificó como de origen desconocido y del que nunca se dio cumplida explicación pública. Una operación que solo se ha llevado a cabo en el reactor de Cofrentes entre todos los del mundo, y que no estaba contemplada en el diseño de este reactor.
Por todo ello, Ecologistas en Acción, el Movimiento Ibérico Antinuclear y la plataforma Tanquem Cofrents exigen que se abra un expediente a los propietarios de la central por una deficiente cultura de seguridad que ha motivado dos graves averías en esta última parada. Esta reiteración de fallos y problemas gestionados a destiempo y la falta de rigor del CSN a la hora de exigir unos mínimos parámetros de control ponen en peligro la seguridad de una instalación tan peligrosa como la de Cofrentes.