El 76% de las enfermeras madrileñas afirma haber sufrido, alguna vez, un accidente biológico
Estrés laboral y material inadecuado causa de los accidentes biológicos. Tres de cada cuatro enfermeras madrileñas indican que han tenido, alguna vez, un accidente biológico por pinchazo, corte o salpicaduras. De los 49.365 profesionales de enfermería colegiados en la región, más de 37.853 han sufrido un accidente biológico. SATSE Madrid considera este hecho como “muy preocupante”.
El 76,62% de los profesionales de enfermería madrileños encuestados asegura haber sufrido un accidente biológico durante su ejercicio profesional (pinchazo, corte, salpicaduras de fluidos, etc.). Este dato es 3 puntos superior a la media nacional donde el 73% de los encuestados afirmaba haber sufrido un accidente biológico.
La encuesta, realizada en nuestra comunidad a 603 profesionales de enfermería, recoge como uno de los motivos la precariedad laboral de los profesionales sanitarios. Así, el 70% considera que ha sido el estrés laboral por carga de trabajo la causa a la hora de sufrir un accidente laboral, seguido del material inadecuado (47%) y de las condiciones ambientales de trabajo (falta de espacio, luz inadecuada, etc.), según el 42% de los encuestados en la Comunidad de Madrid.
La falta de formación e información es otra de las carencias más denunciadas, tanto por SATSE Madrid como por los propios enfermeros. En este sentido el Barómetro Enfermero detecta en la Comunidad de Madrid una falta evidente de formación ya que el 38,81% afirmó que ha sido “parcialmente” formado sobre este tema, frente al 15% que afirma haberlo sido.
“Lo que preocupa y mucho, explican desde SATSE Madrid, es ese casi 22% que afirma no haber recibido ningún tipo de formación ni información sobre este asunto y que el 24% indique que se ha autoformado”. Es una carencia a la que, tanto la administración sanitaria pública como las empresas privadas, deben poner coto lo más rápidamente posible ya que los profesionales de enfermería son un colectivo especialmente afectado por este tipo de lesiones que conllevan una alta posibilidad de contagio de más de una veintena de virus potencialmente mortales, entre ellos los de la Hepatitis o el VIH, entre otras enfermedades transmisibles.
El empleador, poco ágil
Una de las preguntas interrogaba a los profesionales de enfermería sobre si el empleador ha puesto en marcha las medidas de formación y preventivas necesarias para prevenir este tipo de accidente. El 64% responde que ha tomado “algunas medidas” pero no son suficientes, mientras que el 27% considera que las medidas que se han puesto son las suficientes. El dato negativo, el 8% que responde que no se han tomado medidas al respecto.
Uno de los pocos datos positivos detectados en esta encuesta realizada a 603 profesionales de enfermería madrileños es el hecho de que el 78% conozca que su centro de trabajo dispone de un protocolo de actuación en caso de producirse un accidente biológico.
Respecto al material cortopunzante con el que los profesionales de enfermería trabajan habitualmente, el 49% afirman que la mayoría tiene mecanismo de seguridad incorporado (un 23% indica que lo tienen todos), frente al 21% que responde que “solamente las agujas tienen dicho mecanismo de seguridad incorporado”.
En lo que también coinciden la mayoría de los encuestados en la Comunidad de Madrid es sobre quién tiene mayor riesgo de sufrir un accidente biológico. El 77% responde que es la enfermería, seguido del 20% que cree que el riesgo entre estos profesionales y otros es similar. Únicamente, el 3% considera que son otras profesiones sanitarias las que tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente biológico.