«Sobre la situación industrial en Aragón. industria: futuro, soberanía y trabajo digno»
No nos podemos resignar a mantener el actual modelo laboral basado en temporalidad y precariedad. La estabilidad laboral del sector industrial se ha perdido y el futuro es crudo para una juventud obrera que carece de expectativas de estabilidad laboral.
Si el último año de pandemia nos ha demostrado algo es que los trabajadores somos necesarios: desde sanitarias, limpiadoras, repartidoras, cajeras… También los que estamos al otro lado de la producción: operarios, agricultores… La clase trabajadora es la que hace funcionar el mundo.
Con datos del año 2019, Aragón contaba con una influencia de la industria del 19% del PIB y generaba el 20% de empleo, frente al 14% de ambos a nivel estatal. La industria en Aragón es un sector fundamental para el empleo y el desarrollo económico de la región. Pero está en un proceso de cambio, que está suponiendo el cierre de fábricas y centros de trabajo históricos y el empeoramiento y precarización de las condiciones de trabajo. Ejemplos de ello son: Alumalsa, Megasider, Future Pipe, la Central Térmica de Andorra y en la actualidad estamos viviendo el conflicto de la factoría de FerroAtlántica en Monzón en la que previsiblemente se van a perder decenas de puestos de trabajo. No solo es la pérdida de puestos de trabajo, también el empeoramiento de lps convenios como es el caso de Opel (Stenllantis) que afecta directamente a 6000 trabajadoras, pero que es el laboratorio de relaciones laborales en Aragón, y que condiciona el Convenio de la Siderurgia de la provincia de Zaragoza, al estar acogido a él muchas empresas que prestan servicios en sus instalaciones (Stenllantis Figueruelas).
Partimos del hecho que la industria es el motor económico de cada país en todos los sentidos, valor y centro económico, trabajos dependientes, etc. Nos condenaron las mentiras ultraliberales para la entrada de España en la Unión Europea aplaudiendo la importancia del sector servicios, como el turismo estacional y volátil, y la eliminación o privatización de toda industria pública con beneficios. El hecho revelador es que justamente Alemania, país dirigente de la UE, ha conservado y potenciado su producción industrial para un mercado europeo reservado a su antojo.
SOBERANÍA INDUSTRIAL
Reivindicamos una modificación radical del tejido productivo aragonés, recuperando la planificación y propiedad pública de empresas estratégicas cuya actividad responda a las necesidades de su población. Solo con planificación se frenará la despoblación rural. Solo con planificación pública mantendremos fábricas con recursos estratégicos como el aluminio.
Nuestra industria no puede estar situada en una situación dependiente en las cadenas de valor del mercado mundial. Esto es especialmente sangrante en la industria automovilística, sólo montamos los coches y no fabricamos los componentes que añaden valor, por su calidad tecnológica.
FUTURO
Vivimos en una continua evolución tecnológica y el tejido productivo aragonés no puede quedarse anclado si queremos tener futuro. Debemos reconvertir el modelo productivo, recuperar nuestra fuerza industrial y situarnos a la vanguardia de los avances tecnológicos.
No podemos basar el desarrollo industrial en inundar Aragón de mataderos, convirtiéndonos en la granja de Europa. Es una cuestión ecológica y de desarrollo sostenible.
TRABAJO DIGNO
No nos podemos resignar a mantener el actual modelo laboral basado en temporalidad y precariedad. La estabilidad laboral del sector industrial se ha perdido y el futuro es crudo para una juventud obrera que carece de expectativas de estabilidad laboral.
Debemos tomar partido si queremos cambiar esta situación. Por nuestro futuro, apostamos por una industria de alto valor añadido, que no sea tan extremadamente dependiente del exterior y que garantice el empleo. Además el sector industrial ha conseguido gran parte de las conquistas obreras para todos y todas las trabajadoras; y es una herencia a la que no podemos renunciar y que es más necesaria que nunca.
El fortalecimiento industrial no implica per se mejoras laborales (salariales, de conciliación, etc.). Una Industria con un alto valor añadido hace que se puedan asumir mejores salarios para los trabajadores, pero esto no será automático, se logrará con una necesaria unión y organización de los y las trabajadoras.
Por todo esto nos ponemos manos y exigimos estas reivindicaciones concretas e inmediatas: 1 – La derogación de las últimas reformas laborales del PP y del PSOE.
– El incremento del SMI hasta alcanzar el 60% del Salario Medio Bruto en España (2295,75€/mes) en 14 pagas (19.275,90€/año).
– La eliminación de las Empresas de Trabajo Temporal, empresas multiservicios, así como la prohibición de los despidos colectivos y el aumento de la indemnización por despido.
– El refuerzo de la negociación colectiva sectorial y territorial mediante la garantía de la representación sindical en los centros de trabajo. Deben implantarse medidas que obliguen a la empresa a someterse a la negociación colectiva con las organizaciones sindicales.
– La reducción de la jornada laboral acorde con el desarrollo de las capacidades productivas, sin reducción de salarios. En concreto, apostamos por el horizonte de la reducción de la jornada laboral hasta las 30 horas en formato 4 – 3, siendo estos de obligatorio disfrute continuos.
Sin olvidar las apuestas estratégicas para el desarrollo y bienestar de nuestro país y nuestra clase:
a – La defensa de la planificación y propiedad pública del sector industrial frente a la inestabilidad de la economía de mercado y la precariedad y temporalidad en el empleo que genera. Para ello es imprescindible el papel activo de los poderes públicos.
b – Defensa del empleo estable y que aporte un alto valor añadido a la economía regional. La apuesta por sectores productivos que generen alto valor añadido para asegurar estabilidad y futuro en la industria regional: sector tecnológico y energía, industria química, industria farmacéutica, etc.
c – Defensa de la actividad sindical. Derogación reforma laboral. Desde las últimas reformas que están a punto de cumplir 10 años los derechos laborales se han visto mermados fuertemente, más aún cuando ha habido una disminución del derecho y la importancia de la sindicalización a través de la criminalización de huelgas o ataques a la negociación colectiva.
d – Asegurar que se cumplen los planes de igualdad en las empresas. La masculinización del sector industrial es una pieza fundamental en la brecha salarial.
e – Recuperación de la actividad económica en zonas rurales para evitar la despoblación. La industria debe estar articulada a nivel regional, necesitamos una red integrada industrial para que esta tenga una mayor fortaleza.
f – Las industrias españolas, en su mayoría, son las últimas etapas de la cadena de valor haciéndolas dependientes de la tecnología extranjera. Para lograr ser verdaderamente soberanos hace falta elaboración propia de tecnología a través de una mayor inversión y propiedad pública en Investigación y la imprescindible creación de industrias estatales. En la misma línea el estado debe parar cualquier compra por parte de capital extranjero de empresas industriales españolas.
g – Sostenibilidad medioambiental. Tenemos que olvidarnos de esa industria sucia y contaminante, el único futuro es una industria sostenible que no debe ser la principal causante de la crisis climática que vivimos si no un pilar esencial para buscarle soluciones.