Abiertas las urnas en una reiteración electoral clave
Los 23.000 colegios electorales acogerán las cuartas elecciones generales en apenas cuatro años con el riesgo del ascenso de la extrema derecha y la gobernabilidad como piedras de toque.
Los colegios electorales de todo el país se encuentran abiertos para que los más de 37 millones de votantes llamados a las urnas depositen su voto. Tras los malogrados intentos de formar un gobierno desde el Congreso resultante de las elecciones previas del 28 de abril, apenas hace 6 meses, la campaña electoral, la más corta desde la implantación de la Constitución de 1978, ha contado con cierto aire de segunda vuelta.
Pocas cosas han cambiado desde abril, aunque esta nueva convocatoria electoral supondrá la primera oportunidad de votar para 226.771 jóvenes que han cumplido los 18 años durante este paréntesis, convirtiéndose en nuevos electores.
A pesar de las protestas y las reclamaciones de más de 2 millones y medio de electores residentes en el extranjero, la participación desde el exterior una nueva vez quedará limitada por la permanencia del denominado voto rogado, la exigencia de completar toda una serie de complejos trámites administrativos para poder ejercer el derecho a voto.
El nivel de participación en las elecciones será una cuestión crucial, algo que ha condicionado tradicionalmente los resultados en un país donde la participación media en los comicios no alcanza el 70%. Conscientes de esta realidad, algunos partidos políticos han orientado la corta campaña en desmovilizar el voto de contrario más que en reclamar el voto para su propia formación. Una ínea de acción que ha alcanzado su máxima expresión en el caso de la «campaña sucia» del Partido Popular que apeló a la abstención fingiendo ser plataformas de votantes descontentos de las otras formaciones, que le ha generado una oleada de críticas.