La UE reconoce el biocombustible de aceite de palma como insostenible pero no logra reducir su subsidio y la deforestación asociada
- El sábado 9 de febrero la Comisión Europea publicó un acto delegado que reconoce que el cultivo de la palma de aceite causa deforestación y es insostenible.
- Las lagunas que deja esta disposición de la Comisión para que el aceite de palma siga usándose como biodiésel son muchas y no se garantiza la disminución de los subsidios y los usos en la Unión Europea.
- El texto del acto delegado excluye al aceite de soja como “alto riesgo ILUC” a pesar de su alta participación en la deforestación mundial, principalmente en países de América Latina.
En diciembre de 2018 la UE aprobó una nueva Directiva de Renovables (DERII), que establece los objetivos de energías renovables para la Unión. En este texto se debía determinar cuál sería el futuro del biodiésel. Tras complicadas negociaciones, se incluyó tan solo un compromiso de publicar, a más tardar el 1 de febrero de 2019, una metodología que permitiera identificar aquellos biocombustibles que tengan riesgo de provocar altas cantidades de emisiones de CO2 indirectas debido al cambio de uso de la tierra (ILUC) en un acto delegado.
Las emisiones indirectas de cambio de uso de la tierra ocurren cuando tierras dedicadas a cultivos alimenticios pasan a ser cultivos de bioenergía. La necesidad de continuar cultivando los alimentos puede llevar a deforestar nuevas tierras y esta deforestación produce emisiones de efecto invernadero. Hechos que ocurren con la palma aceitera y la soja. Específicamente, tres veces más el de palma y dos veces más el de soja. Además son monocultivos relacionados con la pérdida de biodiversidad y la vulneración de derechos humanos.
Finalmente en la madrugada del sábado 9 de febrero la Comisión Europea publicó el acto delegado por la Comisión Europea, con ocho días de atraso de la fecha establecida. Este afirma que la producción de aceite de palma causa deforestación de zonas de gran importancia a nivel mundial y por lo cual no se podrá utilizar con un “diésel verde”, es decir, es “insostenible”. Este marco normativo no proporciona criterios suficientemente sólidos ni un sistema adecuado de supervisión y cumplimiento que detenga el nivel de producción y continúe con el consumo actual en la UE.
En dicho acto estipula a países productores de aceite de palma como Malasia, Indonesia, Colombia y Honduras, entre otros, que a partir del 2023 comenzarán a reducir su producción. Hasta esa fecha, el consumo de biocombustibles de «alto riesgo de ILUC” no puede crecer por encima de los niveles de consumo de cada país de la UE en 2019 y debería disminuir gradualmente a partir de 2023 hasta alcanzar el 0 % en 2030.
La Comisión Europea considera, sin embargo, que la soja no es un cultivo con alto riesgo de ILUC en el texto del acto delegado, a pesar de que un 7 % de la expansión mundial de este cultivo estuvo directamente relacionada con la deforestación durante el período 2012-2015, según datos del informe de Cerulogy.
Ahora, la Comisión Europea abre una consulta durante cuatro semanas antes de adoptar el do documento final en las que la ciudadanía puede expresar su opinión sobre el mismo. Una vez que la Comisión Europea adopte el documento, los Estados miembros de la UE y el Parlamento de la UE tienen dos meses para vetar el acta sino les parece consistente, pero no tienen poder para enmendar la regla.
Ecologistas en Acción, junto a la coalición paneuropea de organizaciones ecologistas que forman parte de la campaña #NotInMyTank (#NoEnMiDepósito en España) llaman a los 625.000 ciudadanos que firmaron la petición para detener la subvenciones al aceite de palma en el biodiésel a responder a la consulta de la Comisión Europea y así reafirmar la oposición al aceite de palma y soja en los depósitos de coches, camiones o autobuses.