Europa Laica «manifiesta su preocupación por la deriva autoritaria que la democracia española está sufriendo en los últimos tiempos»
En breves días se cumple otro aniversario del 15-M, ese clamor de indignación popular y democrática que recorrió las calles, y cuyas reivindicaciones siguen presentes como objetivos para un cambio real y necesario en nuestro país.
En ese marco, Europa Laica quiere hacer una declaración pública de denuncia de la deriva autoritaria que existe a nivel político y judicial en contra de la libertad de expresión y los derechos políticos y sociales. También por la corrupción generalizada y contra la situación de una judicatura incrustada de ideología machista y confesional, aspectos todos ellos que están impidiendo avanzar hacia un Estado laico y una democracia de calidad.
Declaración pública
Europa Laica, cuando un año más se va a cumplir el aniversario del 15-M, manifiesta su preocupación por la deriva autoritaria que la democracia española está sufriendo en los últimos tiempos.
Asistimos a un problema muy serio de corrupción política y económica que está desacreditando el concepto mismo de la política. Además, la corrupción en la gestión de lo público significa también un descredito interesado de lo público y lo universal, en medio de graves problemas estructurales de la economía española, con una deuda estratosférica y un nivel de desempleo intolerable, lo que favorece la aparición de alternativas neo-autoritarias envueltas en una modernidad ultraliberal.
También, las iglesias, en estas circunstancias, aprovechan la dejación del Estado en la atención de los Servicios Sociales para ganar terreno con el discurso de la beneficencia, obteniendo cada año más fondos públicos que fomentan el mercado de la caridad frente a la solidaridad y los derechos sociales.
El deterioro de la enseñanza pública en favor de la enseñanza privada concertada, mayoritariamente en manos católicas, potencia la segregación social en nuestra sociedad, llegando a límites inimaginables hace unos años.
Todo ello, con una judicatura, fiscalía, Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional altamente desacreditados en cuanto a su falta de independencia en su función jurisdiccional, claramente condicionada por su sesgo patriarcal, confesional e ideológico, además de por su fácil instrumentalización política.
En este sentido, Europa Laica ve con alta preocupación las restricciones a las libertades individuales y colectivas, con las más de 30.000 sanciones en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana y una cantidad de procesos y sentencias judiciales que, amparadas en tipificaciones penales como delitos de odio, contra el terrorismo,
*La Asociación estatal Europa Laica, fue constituida el 3 marzo de 2001, está inscrita en el registro de asociaciones con el número NN 167696 y acogida, desde el año 2002, a lo dispuesto en la Ley 1/2002, de 22 de marzo, y normas complementarias, careciendo de ánimo de lucro, en la actualidad su sede social está en Madrid. *CIF: G45490414
por blasfemia o por ofensa a los sentimientos religiosos, en realidad esconden claras restricciones a la libertad de expresión y de manifestación y que, en definitiva, se utilizan como arma para penalizar y acallar la crítica social.
Y todo ello, en un ambiente de nueva censura informativa que se ejerce desde muchos medios de comunicación que son instrumentalizados por intereses económicos o políticos, donde las condiciones precarias laborales y la amenaza del despido de los periodistas e informadores coartan cualquier independencia profesional.
O cuando se trata de delitos de violencia machista, donde el sesgo de esa judicatura, junto a la existencia de extravagantes tipos legales, están produciendo la justa respuesta por parte de las mujeres y del movimiento feminista como principales víctimas de las carencias, omisiones y sentencias de un sistema judicial que por este y otros más motivos, precisa de cambios profundos impostergables
La crisis catalana ha acelerado estas tendencias autoritarias. En vez de buscar una salida política y de deliberación pública sobre el independentismo , el federalismo o el autonomismo se ha optado por el autoritarismo, mediante la instrumentalización política de la justicia y del régimen penitenciario, la intervención autoritaria del Rey por encima del Parlamento y del Gobierno -que constituye un violación intolerable de la democracia política-, la implementación de medidas represivas arbitrarias en contra de las personas y de los representantes democráticamente elegidos, llegando hasta la propia suspensión de la autonomía catalana en una interpretación sui generis de la Constitución, y todo ello en un ambiente de demagogia propagandista que fomenta un patrioterismo españolista anacrónico más propio del periodo colonial-imperial que de una sociedad democrática, favoreciéndose, con intereses electoralistas, la polarización social en Cataluña y en el resto de España.
En este contexto, Europa Laica, en sus aspiraciones republicanas, quiere insertarse en las corrientes sociales y políticas que propugnan un cambio constitucional que resetee el sistema político tan deteriorado, donde la sociedad civil, hoy ignorada y acallada, tome un protagonismo principal.
Europa Laica propugna un laicismo en la política, donde el pueblo y la sociedad civil sean los verdaderos protagonistas, entroncándose de esta forma, con las reivindicaciones por una democracia real, con participación y soberanía popular frente a un sistema político partitocrático y clientelar, reivindicaciones que fueron las aspiraciones de las cientos de miles de personas que inundaron las plazas de España el 15 de mayo de 2011.